MONEDERO
Especial
Por: Carmen R. Ponce Meléndez*
Cimacnoticias | México, DF.- El 63 por ciento de las mujeres trabajadoras percibe como ingresos laborales de uno a tres salarios mínimos (SM); en los hombres esta proporción es del 55 por ciento, aproximadamente 6 mil pesos mensuales.
En contraparte, una minoría de trabajadoras, el 5.6 por ciento gana más de cinco SM; en los trabajadores masculinos aumenta a 8.3 por ciento; más de cinco SM son cerca de 12 mil pesos mensuales (datos de ENOE-Inegi al cuarto trimestre de 2013).
Para resumir, el ingreso laboral promedio masculino es superior al femenino, pero en ambos casos ha tenido una dramática caída, provocando mayor pobreza y desigualdad.
Su poder adquisitivo se ha reducido considerablemente. En 1993 (hace más de 20 años) el salario real era de 71.45 pesos; para 2013 bajó a 56.81 pesos, una pérdida de 26 por ciento (pesos de 2010).
En 38 años, la remuneración salarial mínima perdió el 75 por ciento de su poder adquisitivo. Los sueldos en México en 2014 han alcanzado su punto más crítico en 38 años, al grado de que el SM de nuestro país es más bajo que el de Haití, uno de los países más pobres de América Latina. (Observatorio del Salario, Universidad Iberoamericana, Puebla)
Situación que se aprecia claramente en el crecimiento que presenta el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza medido por el Coneval. Para el cuarto trimestre de 2013 muestra un crecimiento de 2.71 por ciento, respecto al mismo trimestre del año anterior.
Considerando el periodo comprendido entre 2005 y 2013 se aprecia que el ámbito urbano presenta un mayor incremento del índice, del orden de 80.9 por ciento, frente a un crecimiento de 18.7 por ciento en el índice nacional.
Su importancia radica en el hecho de que la serie de este índice muestra la tendencia de la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo. Un salario que ni siquiera alcanza para alimentos.
Para el cuarto trimestre de 2013 las cinco entidades con el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza más altos son: Nuevo León, Baja California, DF, Sinaloa y Quintana Roo. Los incrementos más importantes se generaron a partir de 2008.
Durante enero de 2007 a 2014 la canasta alimentaria mínima urbana definida por Coneval (bienestar mínimo), pasó de 814.82 pesos a mil 227.42 pesos. Un crecimiento de 50.6 por ciento, que de ninguna manera se corresponde con los aumentos salariales para ese mismo periodo de siete años, lapso con un tope salarial de 4 por ciento anual.
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En el análisis del Observatorio del Salario se demuestra que el valor de la Canasta Básica con Alimentos (CBA) para cuatro miembros alcanza un promedio de gasto de 192.80 pesos diarios, es decir, un promedio de 5 mil 563 pesos al mes, tan sólo para ese rubro.
Quiere decir que los más de 8.8 millones de trabajadoras que ganan hasta dos SM no pueden alcanzar esta canasta básica de alimentos. Esto atenta contra los principios establecidos en el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Según los investigadores de la Ibero-Puebla, en México la pauperización del salario es un problema de carácter público, sobre todo porque sin importar la posición de un trabajador o trabajadora dentro de una empresa, los años de escolaridad que tenga o su experiencia laboral, su poder de compra es cada vez menor.
De tal forma que la pobreza por ingresos es una de las dimensiones que más afectan a la población nacional (La Jornada, 5 de mayo 2014).
Un salario mínimo adecuado para mantener una familia de cuatro personas considerando canasta básica de alimentos y canasta básica no alimentaria, tendría que ser de 16 mil 444 pesos mensuales.
La Canasta Básica sin Alimentos (CBNA), en la que se ponderan 486 productos, entre los que destacan vivienda, transporte, escuela, mantenimiento y menaje del hogar, comunicaciones, entre otros.
Para Cepal, una parte significativa de la desigualdad en México entre fines de los años 80 y comienzos de la década del 2000 se debe a la fuerte caída del SM real.
Más aún esta evolución explica prácticamente todo el incremento de la desigualdad en los niveles inferiores de la distribución de ingresos durante los años 90.
Actualmente el SM en la zona A es de 67.29 pesos diarios y 63.77 para la zona B. La encargada de fijar los SM es la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, la cual desde hace años no realiza estudios sobre la canasta básica y el poder adquisitivo del salario, sólo lo relaciona con el índice de inflación oficial, una simulación.
Existen suficientes motivos para justificar un llamado como el que hace el líder de los senadores del PRD. Se trata de iniciar un debate nacional en el tema de los ingresos laborales con miras a mejorar la calidad de vida de millones de familias mexicanas.
También el Jefe de Gobierno del DF se pronunció en este sentido en el marco del Día Internacional del Trabajo (La Jornada, 4 de mayo 2014).
Como afirma el estudio del Observatorio del Salario, las disposiciones salariales establecidas en la Constitución y en los diversos tratados internacionales firmados por México permiten sustentar la exigencia a las autoridades que garanticen una vida digna para las y los trabajadores y sus familias.
En palabras del economista Hirschman: “Una vez que se introduce un salario mínimo, las curvas subyacentes de la oferta y demanda de mano de obra pueden desplazarse; además, el alza de las remuneraciones impuestas oficialmente puede tener un efecto positivo en la productividad del trabajo y por consiguiente en el empleo. Ésa es la principal justificación lógica para establecer un salario mínimo realista”.
Twitter: @ramonaponce
*Economista especializada en temas de género.
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