Mujeres y Política
El programa Oportunidades no apoyará a las familias indígenas que tengan más de tres hijos, “porque la recreación se ve como una forma de que ingrese más dinero a sus hogares”
México
D.F,, 08 may. 14. AmecoPress.- En México suceden hechos inverosímiles.
Por ejemplo, un político puede hacerse millonario con sólo estar unos
meses sentado en su curul defendiendo las causas partidistas y no los
problemas sociales.
Un
presidente de partido puede comprar en poco más de un millón de pesos
el camino libre para que su hermano sea candidato a la presidencia
municipal.
Es común que un dirigente sindical pueda superar todas las expectativas de riqueza gracias a las cuotas de las y los agremiados.
Hay notorios
recuentos de corrupción en el sistema presidencial mexicano y ni qué
decir de los virreyes en cada una de las entidades del país y de sus
colaboradores más cercanos, tanto que resulta ocioso señalar uno tras
otro.
Por eso
resulta interesante analizar lo dicho por la Secretaria de Desarrollo
Social, la ex perredista y ex jefa de gobierno en el Distrito Federal,
Rosario Robles Berlanga, quien anunció que el programa Oportunidades no
apoyará a las familias indígenas que tengan más de tres hijos, “porque
la recreación se ve como una forma de que ingrese más dinero a sus
hogares” y que se suspenderá el apoyo económico por nacimiento que
actualmente se entrega.
De nueva
cuenta, como se hace ancestralmente, se condena la pobreza y todo lo
que implica y no las razones que ocasionan la pobreza, entre las que
destacan la corrupción del sistema político mexicano.
Además,
pretenden recular en un programa asistencial que durante años le ha
dado grandes dividendos a los políticos, sus los partidos y, claro, a
los gobiernos.
Es más fácil,
así parece, pretender resolver el problema de la pobreza distribuyendo
migajas entre la gente en lugar de resolver de fondo el problema a
través de cero tolerancia a la corrupción y cumpliendo a cabalidad con
lo indica la Constitución Política Mexicana que mandata a reconocer (y
por tanto a practicar) los derechos humanos de cada uno y cada una de
las mexicanas y no, como sucede, a recibir migajas de un pastel que
sola clase política se come en grandes tajadas.
Resulta, por
demás grotesco considerar que las familias que tienen más de tres hijos
buscan “defraudar” al sistema del programa Oportunidades, porque a más
hijos e hijas les representan más ingresos, pero no es corrupción la
desigualdad salarial que impera en este país.
No es
corrupción que en este país la llamada clase política sea tan grade
como los -500 diputados y diputadas federales, 128 senadores,
gobernadores, el presidente y por supuesto sus amplios, muy amplios
gabinetes y séquitos- y que sigamos pagando sus privilegios.
Lo dicho por
doña Rosario Robles resultará siempre molesto. Primero porque está
violentando el derecho de las personas a tener los hijos que deseen,
como dice la Constitución; segundo porque las “becas” de Oportunidades
no resuelven el problema de la pobreza, pero dicen que les “ayuda”.
Ahora resulta
que las familias de indígenas pobres no tienen derecho a recibir ayuda
por tener más de tres hijos, mientras que otros se reparten bastante
dinero en portafolios y amarrados con ligas, de los cuáles ninguno está
preso y otros hasta gobernadores son.
¿Acaso el
tener tantos hijos no es resultado del sistema? Lo que por cierto ha
inhibido las campañas o políticas públicas para educar a las personas
en prevención de enfermedades como VIH-SIDA o los contagios de
transmisión sexual y que ahora repuntan entre la población joven?
¿Acaso no es a
través de la televisión que se educa “religiosamente” a las familias
mexicanas con la Rosa de Guadalupe y otros programas, y donde se les
dice que el aborto es un pecado mortal, lo mismo que rechazar a los
hijos e hijas que Dios manda y que por tanto se deben tener?.
¿Acaso no es a
través del sistema mexicano de televisión y educación en las aulas
donde no se habla de los derechos sexuales ni de la salud reproductiva?
¿Ni qué pensar en la prevención ni en el uso del condón en algunas
instituciones de educación superior privadas en Oaxaca y en otras
ciudades del país? Campañas, presupuestos que parecen invisibles en las
políticas públicas de la Secretaría de Salud.
No son estos
acasos algunas de las contribuciones más importantes para que las
mujeres tengan más hijos y por tanto más necesidades, al grado tal de
que algún brillante se le ocurrió el programa Oportunidades que vienen
arrastrando sexenio tras sexenio priistas y panistas y luego priistas y
también los perredistas en el D.F.
Como es
“brillante” también el programita Sin Hambre, con el cuál las familias
reciben 14 alimentos básicos con un costo de 640 pesos mensuales, lo
que ella se gasta en un café, en un labial, en unas chanclas para
bañarse…nada importante.
Y, por último,
me pregunto ¿cuántas familias se quedarán fuera del programa? Sabrá que
estas mujeres son las que menos posibilidades tienen en la vida, menos
educación, menos acceso a la salud pública…Las mexicanas estamos más
lejos de los derechos humanos y más cerca de la televisión y la iglesia.
Así estamos esperando las ocurrencias del funcionariado y no el disfrute pleno e los derechos humanos, así de simple.
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