Un estudio revela que el país vive una tercera oleada de desplazados en
su historia; autoridades mexicanas anticipan que habrá un diagnóstico
Debido
a la violencia generada por el crimen organizado de 2007 a 2012, entre
160 mil y un millón 500 mil mexicanos habrían sido desplazados de sus
hogares, así lo revela un estudio elaborado por la London School of
Economics (LSE).
Sobre el tema, el gobierno federal contestó que aunque no se han dado cifras oficiales de personas desplazadas en el país, la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) trabajan en un diagnóstico para conocer la dimensión real de este problema.
Se trabaja en un diagnóstico para conocer la dimensión real del problema, informaron en la oficina de Comunicación Social de la Segob. El programa de desplazados en México se trabaja en cada estado, con el levantamiento de un censo y los detalles de cada caso.
La dependencia dijo desconocer la fecha en que concluirá el levantamiento de información en el país, así como su posible difusión.
Desplazamiento
Esta es la tercera oleada de desplazados en la historia del país tras las provocadas por la Revolución Mexicana y el movimiento zapatista, así lo advierte la LSE en el análisis respaldado por varios expertos, entre ellos cinco economistas ganadores del Nobel, en el que se hace un recuento de los perjuicios por encima de los pocos beneficios, que ha dejado la guerra prohibicionista contra las drogas en el mundo.
El documento titulado “El Final de la Guerra de las Drogas” señala como una de las varias afectaciones a escala global, el fenómeno de los desplazados internos en México y Colombia, dos de los países con las redes de tráfico de drogas más complejas.
Pero mientras en Colombia se ha reconocido que aproximadamente 7.8% de la población total del país se ha desplazado por la violencia, cifra que es la segunda más alta del mundo solo por detrás de Sudán, la tragedia es peor en México, donde el país se niega a abordarlo, indica el análisis.
“En México la situación es aún más grave por la inexistencia de estudios académicos precisos o políticas públicas para reconocer el problema de los desplazados internamente, y que se combina con el continuo incremento de la inseguridad en áreas densamente pobladas debido al crimen organizado”, se lee en el documento.
Es un hecho, subraya el recuento, que México ha enfrentado en su historia tres oleadas de personas desplazas internamente. La primera fue a principios del siglo pasado con la Revolución, sin que exista un dato preciso de personas que dejaron sus hogares.
La segunda oleada fue la que provocó el movimiento zapatista en el sur del país, con aproximadamente 35 mil desplazados; y la tercera es la originada por actual la lucha contra los cárteles desde la década pasada.
La LSE revela que hay algunas estimaciones de la gravedad del fenómeno sin ser precisas. Un estudio del Centro de Monitoreo Internacional de Desplazados indicaba que entre el 2007 y 2012 sumaban 160 mil las personas que abandonaron sus hogares, sobre todo en el norte del país, pero una firma privada estimaba que la cifra era de un millón y medio por lo menos.
La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez reportaba que en el 2010 habían salido sólo de Ciudad Juárez más de 200 mil personas que hasta ahora no han regresado.
EL FACTOR MIEDO
A diferencia de la migración económica o social, la generada por el crimen no tiene otro motor que el miedo.
Utilizando un “análisis econométrico de migración” sobre diversas variables, la LSE concluyó que los empleados que salen de estados con más violencia a los de menos violencia, ven reducido su salario y poder adquisitivo en un 3.65% por lo menos.
“En pocas palabras, los desplazados que vienen de estados violentos están sacrificando dinero en pos de ganar seguridad”, indica el estudio.
Lo anterior sin contar que muchas veces se sacrifican espacios más cómodos en los sitios de origen por ocupar otros sitios reducidos y hasta insalubres, y que generalmente resulta imposible para los que se fueron regresar a sus hogares.
“Lo que es claro es la crisis humanitaria que surge por las condiciones deplorables que enfrentan los desplazados en sus destinos (…) en México ellos no reciben apoyo humanitario del gobierno que insiste en no reconocer el problema”, subraya la LSE.
DATO
La Ley General de Víctimas aprobada en 2013, no hace una sola mención al problema de los desplazados: LSE
Sobre el tema, el gobierno federal contestó que aunque no se han dado cifras oficiales de personas desplazadas en el país, la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) trabajan en un diagnóstico para conocer la dimensión real de este problema.
Se trabaja en un diagnóstico para conocer la dimensión real del problema, informaron en la oficina de Comunicación Social de la Segob. El programa de desplazados en México se trabaja en cada estado, con el levantamiento de un censo y los detalles de cada caso.
La dependencia dijo desconocer la fecha en que concluirá el levantamiento de información en el país, así como su posible difusión.
Desplazamiento
Esta es la tercera oleada de desplazados en la historia del país tras las provocadas por la Revolución Mexicana y el movimiento zapatista, así lo advierte la LSE en el análisis respaldado por varios expertos, entre ellos cinco economistas ganadores del Nobel, en el que se hace un recuento de los perjuicios por encima de los pocos beneficios, que ha dejado la guerra prohibicionista contra las drogas en el mundo.
El documento titulado “El Final de la Guerra de las Drogas” señala como una de las varias afectaciones a escala global, el fenómeno de los desplazados internos en México y Colombia, dos de los países con las redes de tráfico de drogas más complejas.
Pero mientras en Colombia se ha reconocido que aproximadamente 7.8% de la población total del país se ha desplazado por la violencia, cifra que es la segunda más alta del mundo solo por detrás de Sudán, la tragedia es peor en México, donde el país se niega a abordarlo, indica el análisis.
“En México la situación es aún más grave por la inexistencia de estudios académicos precisos o políticas públicas para reconocer el problema de los desplazados internamente, y que se combina con el continuo incremento de la inseguridad en áreas densamente pobladas debido al crimen organizado”, se lee en el documento.
Es un hecho, subraya el recuento, que México ha enfrentado en su historia tres oleadas de personas desplazas internamente. La primera fue a principios del siglo pasado con la Revolución, sin que exista un dato preciso de personas que dejaron sus hogares.
La segunda oleada fue la que provocó el movimiento zapatista en el sur del país, con aproximadamente 35 mil desplazados; y la tercera es la originada por actual la lucha contra los cárteles desde la década pasada.
La LSE revela que hay algunas estimaciones de la gravedad del fenómeno sin ser precisas. Un estudio del Centro de Monitoreo Internacional de Desplazados indicaba que entre el 2007 y 2012 sumaban 160 mil las personas que abandonaron sus hogares, sobre todo en el norte del país, pero una firma privada estimaba que la cifra era de un millón y medio por lo menos.
La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez reportaba que en el 2010 habían salido sólo de Ciudad Juárez más de 200 mil personas que hasta ahora no han regresado.
EL FACTOR MIEDO
A diferencia de la migración económica o social, la generada por el crimen no tiene otro motor que el miedo.
Utilizando un “análisis econométrico de migración” sobre diversas variables, la LSE concluyó que los empleados que salen de estados con más violencia a los de menos violencia, ven reducido su salario y poder adquisitivo en un 3.65% por lo menos.
“En pocas palabras, los desplazados que vienen de estados violentos están sacrificando dinero en pos de ganar seguridad”, indica el estudio.
Lo anterior sin contar que muchas veces se sacrifican espacios más cómodos en los sitios de origen por ocupar otros sitios reducidos y hasta insalubres, y que generalmente resulta imposible para los que se fueron regresar a sus hogares.
“Lo que es claro es la crisis humanitaria que surge por las condiciones deplorables que enfrentan los desplazados en sus destinos (…) en México ellos no reciben apoyo humanitario del gobierno que insiste en no reconocer el problema”, subraya la LSE.
DATO
La Ley General de Víctimas aprobada en 2013, no hace una sola mención al problema de los desplazados: LSE
“En México las políticas públicas son
inexistentes, no hay registro para cuantificar a los desplazados y el
gobierno no ha reconocido su responsabilidad en el problema”
LONDON SCHOOL
OF ECONOMICS (LSE)
OF ECONOMICS (LSE)
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