Las mujeres han sido desplazadas históricamente de varios espacios públicos, uno de ellos son los medios. Aunque su participación ha crecido durante los últimos años en Latinoamérica, ha sido a un paso lento y constantemente es frenada por violencias sistemáticas, así concluyeron diversas periodistas y activistas este 20 de mayo en el conversatorio “Pendientes a 25 años del Capítulo J de la Plataforma de Acción de Beijing”.
En la plática, realizada en el cierre de la Semana Internacional por el Derecho Humano a la Libertad de la Expresión de las Mujeres, participaron Belen Spinetta, de Comunicación para la Igualdad en Argentina; Sandra López, de Fundación GAMMA en Ecuador; Rosy Rodríguez, de la Red Nacional de Periodistas en México (RNP); Silvia Trujillo, periodista de “LaCuerda” en Guatemala; María Paula Martínez Concha, académica colombiana integrante de FES Comunicación y Tobyanne Ledesma, directora general del Mecanismo de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Ciudad de México.
La Plataforma de Acción de Beijing es una resolución que se firmó en 1995 tras la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. El apartado “J” establece que las naciones deben procurar una mayor participación de las mujeres en los medios de comunicación, además de optar por modos de representarlas que no incluyan estereotipos negativos ni violentos.
De acuerdo con Sandra López Astudillo, desde la firma de esta resolución hasta el 2020, la representación de las mujeres en los medios de comunicación ha crecido hasta un 26 por ciento en Latinoamérica. Esto –explicó López Astudillo– es una buena noticia si se considera que el promedio a nivel mundial es del 25 por ciento; no obstante, agregó que el problema persiste en cómo se representa a las mujeres: en un 79 por ciento de sus representaciones, se recurre a roles como los de amas de casa y madres; mientras que, para el caso de los hombres, en el 90 por ciento aparecen en posiciones como científicos o políticos.
Un avance lento y lleno de objeciones
Rosy Rodríguez celebró los avances en cuanto a la representación y participación de las mujeres en los medios, pero también apuntó que el avance en el tema ha sido lento debido al recrudecimiento de la violencia de género en diversas regiones de Latinoamérica y el mundo en general.
La periodista mencionó que basta recordar a todas las mujeres desaparecidas, desplazadas o asesinadas en el ejercicio del periodismo, además de la criminalización de su trabajo y la violencia digital que las han expuesto a nuevos tipos de agresiones. A esto, se ha sumado la impunidad de las autoridades en los casos de quienes se atreven a denunciar a sus agresores y la falta de mecanismos para abordar la violencia contra las periodistas.
La integrante de la RNP enfatizó que las autoridades se niegan a reconocer la violencia de género para no verse afectadas en sus niveles de aceptación y en votaciones, por lo que organizaciones y colectivas feministas han asumido en mayor parte el trabajo para cerrar las brechas de género y combatir la violencia hacia las mujeres.
Resistir desde el centro de la comunicación
Además de las acciones directas para hacer frente a estas situaciones de violencia y desigualdad, las mujeres resisten desde los propios medios de comunicación. Una de estas mujeres es Silvia Trujillo, del medio feminista “LaCuerda”, para quien la perspectiva de género en la difusión de información es central no solo para evidenciar las violencias, sino también para responder a la pregunta “¿qué estamos haciendo para frenarlas?”.
Este modo de resistir se traduce, por ejemplo, en mujeres editoras a cargo de diarios como “El Clarín”, en Argentina o en publicaciones de medios como “Prensa Comunitaria” y “Plaza Pública”, en Guatemala.
De acuerdo con la directora de Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC), Lucía Lagunes Huerta, estos esfuerzos no estarán completos si los gobiernos y las empresas periodísticas no ponen de su parte para garantizar los derechos humanos y de expresión de las mujeres.
Lagunes Huerta afirmó que en México, por ejemplo, existen marcos normativos que favorecen estas acciones, sin embargo, “la apuesta es que se cumplan”. De otra forma, no es posible que exista una verdadera democracia en la comunicación y en la sociedad.
Para cerrar la Semana Internacional por el Derecho Humano a la Libertad de Expresión de las Mujeres, Lagunes recordó que México está en un momento coyuntural con la propuesta de una Ley General de Protección para personas Defensoras y Periodistas; sin embargo, dijo que esta ley no sería posible sin las voces de las mujeres que han contribuido a los avances en su propia representación.
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