El 11 de diciembre del 2006, a menos de dos semanas de haber llegado al poder, Felipe Calderón comienza la guerra militar en contra de los cárteles de narcotráfico y manda a más de siete mil soldados para disipar la violencia en su estado natal: Michoacán.
Esta acción, considerada por muchos analistas políticos -e incluso por ex colaboradores de primera línea de Calderón como Rubén Aguilar (vocero de la Presidencia) y Jorge Castañeda (ex canciller)- como una acción de legitimación [así lo señalan en su libro El Narco: la guerra fallida (2009)] de su cuestionado triunfo electoral derivó en una ola de ejecuciones y desapariciones forzadas que hasta la fecha sigue aumentando su saldo.Las cifras oficiales de personas desaparecidas, pasaron de 22 mil en el 2014 a más de 28 mil en 2016 según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, que se creó por ley en 2012.
Debido a este panorama, que a decir de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) toma una fuerza estremecedora desde que en 2006 comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico, es que a partir de ayer 30 de junio se iniciará la campaña nacional “No Olvidamos”.
Durante la presentación de esta campaña que se realizó en la casa Universitaria del Libro la CMDPDH, se detalló que se tendrá apoyo financiero de la Unión Europea para informar a la sociedad sobre los alcances y consecuencias del fenómeno de la desaparición forzada en México, dimensionando la realidad que muchos no han querido ver; su impunidad sistemática.
“La campaña No Olvidamos, tendrá una duración tres meses en los que llevaremos a cabo actividades de difusión y sensibilización. Una actividad medular de la campaña es un concurso de fotografía, realizado en conjunto con la Agencia de Fotografía Cuartoscuro que tiene por objetivo rendir un homenaje a las miles de víctimas de desaparición forzada en nuestro país, explorando la ausencia como forma de lucha”, explicó a Revolución TRESPUNTOCERO, Mariana Gurrola, directora de comunicación de la ONG.
Además de esta actividad la campaña describirá la historia de ocho casos iniciales de desaparición forzada, ocurridos en contextos muy diferentes en los estados de Guerrero, Chihuahua, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas y Morelos; los asuntos oscilan desde la desaparición de policías federales y miembros del Ejército hasta un capacitador de educación básica.
En su oportunidad Tita Radilla, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM) e hija de Rosendo Radilla Pacheco, desaparecido tras haber sido detenido en un retén militar en Atoyac de Álvarez en agosto de 1974, expresó a Revolución TRESPUNTOCERO la importancia de esta campaña.
“¿Cómo podemos olvidar lo que ocurrió? La situación tan grave que vivió mi familia, cualquier familia en esta situación, ¿cómo olvidar que fue el Ejército? No se puede olvidar todo ese horror que hoy se repite. Se dice que los actores son otros, sin embargo es el mismo estado mexicano. Por tanta impunidad porque ninguno de los más de mil 200 casos en el país han sido esclarecidos. Ningún responsable se encuentra en la cárcel.
“La sociedad mexicana está sorda porque no escuchan los clamores de miles de personas que están siendo desaparecidas, se habla de más de 27 mil. Y no nos sumamos a la lucha hasta que estamos en la misma situación, hasta que nos ocurre. Hay que solidarizarse, gritar y decir: ¡basta de tantos crímenes, tanta impunidad!”.
Para Araceli Rodríguez directora del Colectivo Colibrí, cuyo hijo es uno de los ocho casos que se difundirán en la campaña recordó que “al principio fui rechazada por ser madre de un Policía Federal y no sólo por la sociedad, también por su propia institución. En la búsqueda he aprendido a reconciliarme conmigo misma y perdonar a los que me dañaron, eso busco también que todos aquellos que tengan un desaparecidos busquen la reconciliación consigo mismos”.
Participa la ONU
Jan Jařab, nuevo representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH México) quien tiene menos de un mes en el cargo expresó durante la presentación de la campaña que la desaparición de personas es una situación que se ha ido normalizando en las instituciones porque “no se ha avanzado en las investigaciones para llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes, no se ha acompañado adecuadamente a la familia y hacerlos sentir la verdadera solidaridad de la sociedad y sus instituciones”, dijo.
Para el diplomático, la gente y las organizaciones de personas desaparecidas son las que han ido asumiendo enormes riesgos cuando alzan la voz para exigir justicia y saber dónde están sus familiares.
“Importantes sectores de la sociedad mexicana han reaccionado con indignación ante este horror que es imposible comprender, pero todavía queda camino por recorrer para arropar a las familias de las personas desaparecidas.
Los organismos de derechos humanos hemos ido reaccionando frente a las desapariciones en México, señalando vías para combatir el problema. No podemos olvidarnos de las miles de personas desaparecidas y de sus familiares que viven una angustia permanente”, señaló Jařab.
El representante de la ONU recordó que para contribuir a la superación del problema de desapariciones en México, los organismos internacionales y de derechos humanos han realizado más de 200 recomendaciones muy concretas que llaman a gobierno federal a reconocer la dimensión del problema.
Finalmente, Santiago Corcuera Cabezut, integrante del Comité contra las Desaparición Forzada de la ONU comentó que “perdonar es una facultad y privilegio de quien ha sido ofendido y esa persona sabrá si perdona o no. Pero olvidar es irrenunciable.
“Olvidar quiere decir no tener memoria, y el derecho a no olvidar, es un derecho fundamental en el derecho internacional, que se conoce como el derecho a la memoria. El derecho a la memoria tiene un despliegue adicional: el derecho a la verdad. A conocer la verdad.
Después de conocida la verdad podremos tener memoria de la verdad conocida. El problema que tenemos en México es que no podemos hablar del derecho a la memoria porque no conocemos la verdad”.
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