Ciudad de México. Mientras que los 22 hombres más
ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África, el
valor económico del trabajo de cuidado no remunerado, llevado a cabo por
las mujeres mayores de 15 años, asciende a menos de 10.8 billones de
dólares anuales, “una cifra que triplica el tamaño de la industria de la
tecnología.” de acuerdo con un informe publicado por la organización
Oxfam titulado “Tiempo para el cuidado”.
El informe, publicado un día antes de que iniciara el Foro Económico
Mundial en Davos, Suiza, advierte que la riqueza del 1 por ciento más
rico del mundo ha crecido en las últimas décadas, mientras que gran
parte de la humanidad permanece en la pobreza.
Los 2 mil 153
billonarios en el mundo, poseen más riqueza que 4.6 billones de
personas en el mundo, informó Oxfam. “Esa brecha es consecuencia
de un sistema económico fallido y sexista que valora más la riqueza
de una élite privilegiada, en su mayoría hombres, que los miles de
millones de horas del esencial trabajo de cuidados no remunerado que
llevan a cabo fundalmente mujeres y niñas en todo el mundo.”
Cuidar a niñas, niños y personas de la tercera edad, cocinar, limpiar
y recoger agua y leña, son tareas esenciales para el bienestar de la
sociedad, sin embargo, este trabajo es mal valorado y mal distribuido
entre mujeres y hombres, por lo tanto, “perpetúa tanto las desigualdades
económicas como la desigualdad de género.”
De acuerdo con Oxfam. en total, las mujeres realizan más de tres
cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y constituyen dos
terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados
remunerado. “No tengo tiempo ni para morirme”, dice en el informe Buchhu
Devi, una mujer hindú cuyo día laboral empieza a las 3.00 am. Ella
cocina, limpia y prepara dos comidas para su familia antes de empezar a
trabajar en una obra de construcción, entre 8.00 am y 5.00 pm. Después
todavía realiza más trabajo en su hogar, por ejemplo, recorrer tres
kilómetros para recoger agua. Su jornada termina a la medianoche.
Las mujeres que viven en comunidades rurales dedican hasta 14 horas
diarias al trabajo de cuidados no remunerado, cinco veces más que los
hombres de estas mismas comunidades, informó Oxfam, subrayando que las
mujeres se verán más afectadas por el cambio climático y demográfico.
Por ejemplo, con el calentamiento global se aumentará la escasez de
agua, y en los próximos diez años habrá 100 millones más personas de la
tercera edad, y 100 millones más niñas y niños entre 6 y 14 años que
cuidar.
Otro ejemplo de la descalificación de los trabajos de cuidado, sería
la situación de las trabajadoras del hogar, “uno de los colectivos
laborales más explotados del mundo”. De acuerdo con Oxfam, en el mundo
hay 67 millones de personas trabajadoras del hogar, 80 por ciento de
ellas, mujeres. 50 por ciento de ellas no recibe el salario mínimo, ni
cuenta con un límite de horas a su jornada laboral, y 90 por ciento
carece de seguridad social.
Mientras tanto, en el otro lado de la pirámide económica, la riqueza
de los billonarios del mundo se está agrandando sin que tengan que hacer
un esfuerzo por ello. Oxfam destacó que entre 2011 y 2017, los salarios
promedio en los países del G7 se incrementaron en un tres por ciento,
mientras que los dividendos de las y los accionistas lo hicieron en un
31 por ciento. El informe dio como ejemplo el de Bill Gates, quien “a
pesar de su admirable compromiso de compartir su dinero, sigue teniendo
un patrimonio de 100 billones de dólares, el doble que cuando dejó de
estar al frente de Microsoft.”
Esta concentración de fortunas extremas, advirtió la organización,
debilitaría la democracia. Al mismo tiempo, en muchos Estados, se redujo
la tributación de grandes fortunas y empresas. “Nuestro sistema
económico está construido por hombres ricos y poderosos, que siguen
siendo quienes dictan las normas y se quedan con la mayor parte de los
beneficios”, concluyó Oxfam, por lo que en su informe hizo varias
recomendaciones a los gobiernos entre las que destacan:
Invertir en sistemas
nacionales de atención y cuidados que permitan abordar la
desproporcionada responsabilidad de trabajo de cuidados que recae
sobre las mujeres y las niñas; acabar con la riqueza extrema para
erradicar la pobreza extrema; legislar para proteger a todas las
personas que se ocupan del trabajo de cuidados, y garantizar salarios
dignos para el trabajo de cuidados remunerado.
También aconsejó
garantizar que las personas que llevan a cabo el trabajo de cuidados
tengan influencia en la toma de decisiones; combatir las normas
sociales nocivas y las creencias sexistas que consideran que el
trabajo de cuidados es responsabilidad de las mujeres y las niñas; y
promover políticas y prácticas empresariales que pongan en valor el
trabajo de cuidados.
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