Hay quienes dicen que
sería absurdo atribuir el fenómeno de las novedosas caravanas de
migrantes hondureños a un plan concertado por el imperialismo, las
oligarquías regionales y las mafias de tratantes de personas. Pero como
en política la mala fe es de oficio, no se puede descartar así como así
esa posibilidad.
Sin embargo, tampoco se puede negar que la
violencia, la criminalidad, la miseria, el abandono y la carencia de
oportunidades para lograr una vida digna son factores objetivos que
empujan a la gente a emprender la muy incierta y peligrosa aventura de
la migración indocumentada, por tierra y atravesando México, hacia
Estados Unidos. Quizá, y con alta probabilidad de que este sea el caso,
se trate de una combinación de ambos factores.
Pero más allá
del origen espontáneo, inducido o mixto de esas caravanas, lo central es
que el destino de ellas es precisamente Estados Unidos. Y esto llama la
atención porque una vez alcanzado el territorio mexicano se terminan
los factores objetivos que se aducen para explicar las caravanas: en
México se ofrece a los migrantes refugio, asilo, seguridad, educación,
salud, empleo y oportunidades de una vida digna y estable.
¿Por qué, entonces, la insistencia en internarse y establecerse en
Estados Unidos, donde no habrán de encontrar las posibilidades y
oportunidades que México les ofrece y les ha ofrecido reiteradamente? Es
más: en EU están garantizados el mal trato, la discriminación racial,
la persecución policiaca, la amenaza constante de deportación, con la
consecuente y dolorosa separación de las familias, y la condena a vivir
permanentemente en un gueto.
Es en este punto donde toma
mayor fuerza la hipótesis de una acción concertada. Los líderes e
integrantes de las caravanas actúan como si debieran cumplir una
obligación, un contrato, un compromiso ineludible. ¿Por qué proceder
contra la lógica, la razón y las palmarias evidencias que aconsejan
aceptar el ofrecimiento mexicano? ¿Pura necedad? ¿Puro apego a la idea
preconcebida, irracional y obviamente sembrada en la mente de esos
migrantes de alcanzar el sueño americano?
En el lenguaje
mexicano frente a una situación inexplicable, como esta de las
caravanas, suelen utilizarse las expresiones coloquiales “mar de fondo”,
“aquí hay gato encerrado” y “buscarle tres pies al gato sabiendo que
tiene cuatro”.
Blog del autor: www.economiaypoliticahoy. wordpress.com
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