8/09/2014

La risa femenina, política subversiva



Daniela Villegas

El viceprimer ministro turco Bülent Arinç y el monje Jorge de Burgos, personaje ficticio de la novela El nombre de la Rosa de Umberto Eco, parecen compartir la misma animadversión: la risa.



Mientras que en la novela de Eco, el anciano y ciego benedictino se empeña en tener bajo resguardo la Segunda parte de la Poética en donde el filósofo Aristóteles legitima la risa como algo favorable, lo que para los preceptos de la Iglesia de esa época es desestabilizador al generar que los seres humanos no tengan temor de Dios, -uno de los fundamentos de la orden benedictina-, en la actualidad y fuera de la ficción el político turco ha anunciado que las mujeres no deben reírse en público.


El 28 de julio Bülent Arinç describió su ideal del hombre y mujer castos, poniendo especial énfasis en las mujeres: "Ella no va a reír en público. Ella no va a estar invitando en sus actitudes y protegerá su castidad", en suma señaló que la gente hoy en día había abandonado sus valores.

Y agregó "¿Dónde están nuestras niñas, que se ruborizan, bajan la cabeza, y apartan la mirada cuando nos fijamos en su rostro, convirtiéndose en el símbolo de la castidad?".



Ante tales señalamientos de Arinç, el viceprimer ministro, aliado del primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan la ola de rechazo a las recientes declaraciones no han parado de circular, principalmente en las redes sociales como Twitter e Instagram, donde miles de mujeres han publicado fotos de sí mismas riendo y sonriendo. Ha habido más de 300 mil tuits utilizando el término "kahkaha" -la palabra turca para "risa"- y en los hashtags "Resista la Risa" (#direnkahkaha) y "Resistir Mujer" (#direnkadin).


"Fue una declaración muy indignante y conservadora", dice la escritora y comentarista política Ece Temelkuran. Ella fue uno de los primeros en tuitear una imagen de sí misma sonriendo - y animó a otras mujeres a hacer lo mismo.

La actriz británica Emma Watson conocida por su papel como Hermione Granger en la serie de películas de Harry Potter y que recientemente fue nombrada embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres, se ha unido a la campaña de Twitter en solidaridad con miles de mujeres que publican sus fotos de sí mismos riendo.

La risa ese elemento tan intrínseco a los seres humanos se convierte en un dispositivo de rebeldía y metáfora de la transformación para pensar en el cambio cultural. Las mujeres que se han indignado por las declaraciones conservadoras y violentas del político turco a través de la risa, esa herramienta contestataria a la que tanto teme Arinç y seguamente también Erdogan de ser un goce privado, se vuelve no sólo público y global sino también solidario.

Se politiza la risa como primera y comunal respuesta y así reír se convierte en estrategia subversiva de liberación de las mujeres a quienes se les sigue vedando el espacio de lo público.
¿A qué le temen esos políticos? ¿A que las mujeres no tengamos más miedos?            

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