Era
febrero del 2014 y el conflicto armado en Michoacán arreciaba. Los
enfrentamientos entre los grupos de autodefensa y Los Caballeros
Templarios entraban en su fase de mayor confrontación al cumplirse un
año del levantamiento de los comunitarios armados que, de haber surgido
en Buenavista y Tepalcatepec, tenían ya el control territorial y armado
de más de 20 municipios de Tierra Caliente y comenzaban a avanzar en
otras regiones del estado.
En medio de la tensión que se vivía ya en Michoacán y de los
primeros operativos lanzados por el gobierno federal, hasta la
Secretaría de Gobernación llegó un mensaje directo procedente de algún
lugar del territorio michoacano: “Servando Gómez La Tuta
quiere entrevistarse con usted; dice que tiene una negociación que
proponerle al gobierno federal”, le dijeron al secretario Miguel Osorio
Chong a través de un intermediario.
El mensaje había salido desde Michoacán vía una periodista que fue buscada directamente por La Tuta
para que transmitiera su propuesta de encuentro y negociación. Pasaron
unos días para que, a mediados de aquel mes de febrero, la petición del
líder de Los Caballeros Templarios llegara hasta el despacho principal
de Bucareli. La respuesta del secretario Osorio Chong fue inmediata y
tajante: “No tenemos nada que negociar con criminales. Díganle a ese
señor que no hay encuentro ni negociación posibles”.
El planteamiento de Servando Gómez, que fue desechado ipso facto por
Gobernación, consistía en negociar una pacificación del estado de
Michoacán a través del retiro y el desarme de Los Caballeros Templarios
para terminar con los enfrentamientos armados que tenían lugar entonces
en varias regiones y municipios del estado. A cambio de su oferta de
paz, el capo templario pedía un salvoconducto para que él pudiera salir
del territorio michoacano y llegar a Estados Unidos con garantías de
que no sería detenido.
Una vez en Estados Unidos, La Tuta tenía un plan: buscaría
acogerse al programa de testigos protegidos de la DEA y revelar
información importante sobre el narcotráfico en México a cambio de
recibir la protección de la agencia antidrogas estadunidense. No se
sabe si en su propuesta de negociación Servando incluía a otros líderes
de Los Caballeros Templarios, pero al menos en su caso, pedía garantías
totales para poder salir del país y llegar a salvo a territorio
norteamericano.
Pero del lado del gobierno no sólo rechazaron cualquier intento de
negociación con el jefe templario, sino que desde entonces comenzó una
cacería que incluía a La Tuta junto con otros siete líderes
del cártel michoacano, cuyas cabezas fueron exigidas por los grupos de
autodefensa desde los primeros intentos del gobierno federal para
negociar un desarme de las guardias comunitarias.
De aquel febrero a la fecha han transcurrido ya seis meses y el
resultado de la estrategia federal habla de cuatro de los siete
principales líderes de Los Caballeros Templarios que han caído. Nazario
El Chayo Moreno, Enrique Kike Plancarte, Dionisio Loya Plancarte El Tío, Jesús Vázquez Macías El Toro figuran entre los líderes abatidos o detenidos por las fuerzas federales en Michoacán.
Pero de toda la lista de los jefes templarios, el principal objetivo
del gobierno de Enrique Peña Nieto en Michoacán sigue siendo Servando
Gómez. Por la cabeza de La Tuta las autoridades federales han
ofrecido 30 millones de pesos de recompensa, se han difundido varios
videos donde se le ve reunirse y operar con alcaldes, diputados y hasta
el ex gobernador interino, Jesús Reyna, quien se encuentra preso por
ese video.
Las fuerzas federales, Ejército, Marina y PF han intensificado la búsqueda de La Tuta
en territorio michoacano y según fuentes de inteligencia federal han
sido ya cinco las ocasiones en que han estado a punto de capturarlo
pero, extrañamente, el capo siempre huye unos minutos antes del lugar
en donde lo tienen ubicado.
Hace algunos meses, el comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo, reconoció que mientras no se logre la captura de La Tuta
no se puede cantar victoria ni considerar totalmente exitoso el
operativo federal en el estado. “Sería como la cereza del pastel”,
definió el enviado presidencial en tierras michoacanas. Ayer, el
secretario de Gobernación, el mismo que rechazó aquella propuesta de
negociar de Servando Gómez, dijo que la captura del principal líder
templario “está en proceso” y que pronto el gobierno federal logrará
detenerlo.
Pero hasta hoy lo único cierto es que Servando Gómez sigue siendo el
gran ausente en la lista de éxitos que el gobierno federal vende en
Michoacán. Y el capo que un día quiso negociar su rendición hoy sigue
prófugo, acorralado y cercado, dicen en el gobierno, pero aún libre.
NOTAS INDISCRETAS… Dos oscuros juniors de la política en el ojo del
huracán: mientras un juez federal le negaba ayer la libertad
provisional a Rodrigo Vallejo por el delito de “encubrimiento”, que es
hasta ahora la única acusación que le hace la PGR, Cuauhtémoc Gutiérrez
de la Torre obtenía un amparo provisional contra una posible orden de
aprehensión o presentación en su contra. Al final las historias de los
dos juniors, uno hijo del Zar de la Basura y el otro del
gobernador de Michoacán, se parecen en algo: las autoridades, federales
o del DF, no actúan contra ellos a pesar de las grotescas evidencias y
denuncias en su contra… Paran los dados. Doble Serpiente.
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