8/06/2014

Brzezinski propone un G-2 secreto a China contra Rusia


Bajo La Lupa
Alfredo Jalife-Rahme

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Los mandatarios de Rusia, Vladimir Putin; India, Narendra Modi; Brasil, Dilma Rousseff; China, Xi Jinping, y Sudáfrica, Jacob Zuma, al término de la sexta cubre del grupo BRICSFoto Notimex

El editor de Foreign Policy, el israelí-estadunidense David Rothkopf –quien por cierto evadió su cautividad del sionismo – entrevistó al muy influyente Zbigniew Brzezinski, ex consejero de seguridad nacional de Carter e íntimo de Obama, quien vuelve a la carga para reproponer un “G-2 secreto” con China para sepultar a Rusia con el fin de estabilizar las presentes turbulencias globales sin precedentes en la historia.

Brzezinski, quien profesa una incurable rusopatía a sus 86 años, profundiza su reconversión desde el supremacista poder eterno de EU vertido en sus dos libros – El gran tablero de ajedrez mundial y El dilema de EU: ¿dominancia global o liderazgo global?– a su nueva postura más multilateral plasmada en su más reciente libro Visión estratégica: EU y la crisis del poder global, cuando EU pierde control de su habilidad a los más altos niveles para lidiar con los desafíos.

A su juicio EU es todavía una potencia prominente, pero cada vez más carente de voluntad estratégica y de un sentido de dirección.

Desprecia a Europa –mucho más, de cara al contencioso ucranio–, señala que Asia está petrificada por los prospectos del ascenso de China y vislumbra un gran paralelismo entre la guerra de los 30 años en Europa y las turbulencias en Medio Oriente, y apuesta, antes del epílogo de la catástrofe moral de Israel en Gaza, por la vigencia de solamente cuatro polos de poder en Medio Oriente: Turquía, Irán (¡supersic!), Israel y Egipto. A mi juicio, una percepción muy discutible que amerita un metanálisis.

Brzezinski, quien es indiciado como el creador de Al Qaeda en Afganistán –lo cual fue el catalizador de la disolución de la URSS–, juzga que EU no debe tratar de ser prominente en Medio Oriente, cuyos problemas probablemente persistirán, crecerán (¡supersic!) y se diseminarán (¡supersic!) más ampliamente.

Considera que los dos países que serán mayormente afectados por estos desarrollos en el tiempo son China y Rusia, debido a sus intereses regionales, vulnerabilidades al terrorismo y sus intereses estratégicos en los mercados de energía global. ¡Ni más ni menos que mi tesis más ampliada sobre la guerra de los yihadistas contra los BRICS, que valió la mención tanto del portal galo Réseau Voltaire como de Russia Today, uno de los óptimos portales en el mundo!

Más allá de su impecable análisis sobre Irán, aboga por algún género de entendimiento tácito (¡supersic!) con los chinos y los rusos en Medio Oriente, en referencia al común denominador de una amenaza inaceptable para todos. ¿Cuál sería?

A su juicio, los rusos se han dañado considerablemente a sí mismos por su invasión a Crimea y sus acciones en Ucrania, lo que impide la construcción de mecanismos de colaboración con EU.

A mi juicio, el desprecio a Rusia tanto de Brzezinski como de Obama –quien en su reciente entrevista a The Economist minimiza el poderío ruso– forma parte más bien de una campaña negra que de hechos reales.

Brzezinski, después de haber descalificado a Rusia, a la que juzga mucho más débil (¡supersic!), propone mejor optar por un acuerdo entre EU y China, ya que los chinos son más prudentes, pero algunas veces insensibles a las aspiraciones e intereses de sus débiles y pequeños vecinos, litigios en los que no debe inmiscuirse EU. ¿Arroja Brzezinski a Japón al basurero de la historia?

Muy realista, bendice el expansionismo de China y su hegemonía regional siempre y cuando no sea excesivo (¡supersic!), el cual puede ser diluido por una alianza de India y Japón. Pero deja claro que EU no debe apoyar un conflicto con los chinos por unas pequeñas islas relativamente oscuras (sic).

Tanto el entrevistador David Rothkopf como su prominente entrevistado están de acuerdo en que el mundo se dirige a regionalismos que se acomoden a un condominio de las superpotencias –que tanto mejor fuesen solamente EU y China. Otra vez la tesis de Bajo la Lupa sobre los metarregionalismos.

Viene la parte seminal de la entrevista, cuando David Rothkopf asienta que guste o disguste, nos movemos a un mundo de un G-2 plus que Brzezinski asienta y consiente sin especificar.

Brzezinski rememora que cuando propuso el G-2 China lo rechazó oficialmente, pues consideró su propuesta como “una conspiración de EU para enredar a los chinos en los excesivos problemas estadunidenses”.

Juzga que la sombra de China amenazará cada vez más a Rusia, que será absorbida por Europa, al igual que Ucrania mediante los acuerdos mercantiles y los lazos con la OTAN. Para Brzezinski, Europa debe ser vista como una extensión de EU.

Una región donde la cooperación entre EU y China sería fructífera es África, al igual que Latinoamérica, donde EU tiene problemas reales (¡supersic!) y donde EU aprende a ser tolerante (¡supersic!) ¡Cómo no!
El entrevistador y el entrevistado concuerdan en la aplicación por China en Asia de algo así como “una doctrina Monroe light”, que tolere alguna medida de autonomía y sea simétricamente sostenible cuando los vecinos de China deben acomodarse a la realidad de que China estará ahí para siempre (¡supersic!). ¡Brzezinski reparte un mundo que se le escurre de las manos!

David Rothkopf comenta la insistencia de Brzezinski en la centralidad de la relación EU-China como la más importante fuerza estabilizadora en ese ambiente emergente, mientras Brzezinski aduce que la ausencia de una colisión ideológica entre EU y China es lo que diferencia a ambos del conflicto de EU con la URSS o con Hitler y Alemania.

Brzezinski acepta que los mecanismos multilaterales alcanzaron hace mucho la edad de jubilación y antes de conseguir nuevas instituciones multilaterales se debe estar seguro que la relación bilateral pueda ser el punto de partida para lidiar con ese problema, ya que sin un acuerdo entre China y EU ninguna institución multilateral creada funcionará.

Viene la frase trascendental de la entrevista sobre el G-2 hierático: “Debemos profundizar la visión de la relación con los chinos –sin ser proclamada (¡supersic!), ya que el resto del mundo lo objetaría (¡supersic!)”– creando un género de entendimiento de lo que fue la relación entre Roma y Bizancio, que tenían muchas similitudes, eran extensiones del mismo imperio, pero tenían instituciones de poder separadas, ya que EU y China están destinadas (¡supersic!) a colaborar si es que el mundo desea tener un sistema que sea efectivo.

Amén de que no percibo ninguna similitud entre el binomio Roma-Bizancio con el de EU-China (con dos cosmogonías diferentes), Brzezinski admite que la armada china y algunos intereses comerciales de EU colisionan ardientemente, y se contradice al calificar a EU de superdemocracia (¡supersic!) y a China de dictadura convenenciera.

En la época de gran confusión y caos prevaleciente, además de los residuos (sic) de la estabilidad global, ¿abandonará China a los BRICS para suicidarse subiéndose al Titanic estadunidense como invitado especial de última hora, a sabiendas del inevitable epílogo? A ver cómo contrarresta Rusia.

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