Pedro Echeverría V.
1. Este mismo día que se publica el gran triunfo de Carlos Slim por ser inmensamente rico, el gobierno de México anuncia que se ha agotado la búsqueda –incluso fue obligado a autorizar la apertura de cuarteles militares- de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos. Por un lado el sistema capitalista garantiza larga y feliz vida para los millonarios y, por otro lado, ofrece entierro para los pobres jóvenes que no supieron adaptarse en este mundo de los más fuertes. Es la constante del sistema de opresión y desigualdades extremas: premia a unos cuantos ambiciosos de riquezas personales y castiga con miseria y sufrimientos a la inmensa mayoría de la población. ¿Ello obliga a pensar que estos males no pueden durar más tiempo?
2. Carlos Slim según la revista Forbes, uno de los hombres más ricos del mundo, duplicó su participación accionaria en The New York Times Company de 8 a 16.8 por ciento, informó la compañía. Slim adquirió 15.9 millones de las acciones comunes clase A de The New York Times Company, con lo que llevó su tenencia total a 27.8 millones de acciones, convirtiéndose así en el mayor accionista individual, informó la firma en un comunicado. Emilio Azcárraga y Salinas Pliego –también multimillonarios de la revista Forbes- mantienen aún el monopolio televisivo y el control de las conciencias de los mexicanos. Son tan poderosos esos personajes y tan rodeados de guardaespaldas, guaruras y policías, que nunca han sufrido la enorme inseguridad en México.
3. Estos personajes y otros más (Larrea, Bailleres, Arango) por simple orgullo personal, luchan entre sí para ser únicos amos de México. ¿Puede alguien que no sea iluso o tonto, pensar que esas gigantescas acumulaciones de capital, ese enorme monopolio de riquezas en unas cuantas familias, pueda beneficiar en algo al país? Sin embargo, cuando mueran (como siempre sucede), gobierno y empresarios harán grandes homenajes y desfiles en honor “de los creadores de miles de empleos”. Me recuerdan preguntas de Pérez-Reverte, el periodista y escritor español, acerca de este mundo-basura que hace homenajes a los asesinos y abandona las grandes acciones del pueblo. ¿Cómo compaginar a los millonarios de Forbes con los 43 estudiantes desaparecidos?
4. ¿Cuántos problemas provocados por la miseria, desempleo e inseguridad desaparecerían en México si las empresas de los cinco mil millonarios que dominan pagaran sus impuestos de acuerdo a sus ingresos y riquezas? Sin embargo, dado que los gobernantes ocupan sus cargos por obra y gracia de esos mismos magnates del capital, éstos les exigen el cumplimiento de sus acuerdos. ¿Cuántas inversiones millonarias de la gran burguesía mexicana se celebran en negocios de España, América Latina, en EEUU, por el hecho de que en esos lugares tienen asegurado mayores ganancias? ¿Cuántas necesidades tiene el país de inversiones en salud, educación, alimentación?
5. ¿Por qué se quejan tanto los gobiernos por la falta de inversiones en México para crear empleos y trabajo productivo pudiendo obtener a “toneladas” de capitales en México? Y no necesitan expropiarlos; basta con que entreguen vía impuestos la mitad de sus gigantescos ingresos. Lo que no debe olvidarse es que también el pueblo (los trabajadores del campo y la ciudad) es culpable de su situación de pobreza porque no ha podido superar la funesta conciencia individualista que recibe de los medios de información para entregarse a la lucha social. En tanto esta liberación ideológica no suceda, será muy difícil –casi imposible- lograr nuestra liberación definitiva.
6. En el tiempo que escribía esta nota mi amigo ha acomodado o adaptado un viejo poema japonés de un libro que leímos en la escuela preparatoria que habla de un sabio miserable. (15/I/15)
Cuentan que Azcárraga, Salinas y Slim
(multimillonarios mexicanos)
solo han dedicado sus años
en comprar negocios y conciencias sin fin
¿Para qué invertir en salud, educación y comida
si el pueblo sólo recibe, consume y olvida?
¡Mejor compramos conciencias y propiedades
y así reconozcan nuestro poder y facultades!
¿Habrá gente más rica que nosotros? preguntaban
Y cuando volvieron su sorpresivo rostro
sintieron que sobre su lomo montaban
tres jinetes de la Reserva Federal
(los Schild, Rockefeller y Morgan)
reafirmando su riqueza y poder sin igual.
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