Carlos Acosta Córdova
Fernando Aportela, Miguel Messmacher y Javier Laynez en San Lázaro. Foto: Benjamin Flores |
MÉXICO,
D.F. (apro).- La diputada del Partido del Trabajo (PT), Lilia Aguilar,
sembró la suspicacia. Palabras más, palabras menos, preguntó:
“¿Cómo es que después de que (el presidente Enrique) Peña Nieto se
entrevistó con el presidente (Barack) Obama, México va a comprarle
petróleo a Estados Unidos, cuando nosotros hemos sido, por excelencia,
un vendedor de crudo a ese país?”.
No hubo respuesta inmediata de los subsecretarios de Hacienda y de
Ingresos, Fernando Aportela y Miguel Messmacher, que este jueves
comparecieron ante la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión para explicar los efectos de la
caída de los precios internacionales del petróleo en la economía
mexicana.
Y no lo hicieron porque el formato no lo permitió. Era la etapa de
los posicionamientos de cada partido, y luego vendrían las rondas de
preguntas y respuestas.
Sin embargo, más adelante, ante la insistencia de otros legisladores
sobre el tema de la antes impensable importación de crudo desde Estados
Unidos, el subsecretario de Ingresos, Messmacher, dijo que “por razones
técnicas” se le comprará petróleo de ese país y “de otras partes” del
mundo.
El funcionario federal explicó que las refinerías en México están
diseñadas para procesar crudos con cierta especificidad –densidad,
nivel de azufre, entre otros–, como los que se producen
fundamentalmente en los yacimientos de Cantarell, en la Sonda de
Campeche.
Pero como éste ha estado declinando desde hace varios años, “ha
cambiado por necesidad la composición y la calidad y el tipo de
gasolina y crudo que se obtienen de los yacimientos mexicanos”.
Es decir, dijo el subsecretario Messmacher, “se ha vuelto necesario
analizar la posibilidad de que se complete el crudo producido aquí con
crudo comprado en algunas otras fuentes para que se puedan utilizar las
instalaciones de refinación, dadas las condiciones técnicas iniciales
para las cuales fueron diseñadas.
“Es un tema realmente técnico por la especificación que tenemos en
las refinerías mexicanas. México en su conjunto sigue siendo un
exportador neto de petróleo y va a seguir siendo un exportador neto de
petróleo a nivel agregado”, concluyó.
Pero el funcionario no convenció a la diputada Aguilar, del PT, quien en su réplica, repreguntó:
“Si el tipo de crudo que estamos extrayendo en México no es el
adecuado para nuestras refinerías, ¿qué no se dieron cuenta de eso en
la reforma energética? ¿Entonces quiere decir que no tenemos seguridad
de que lo que vamos a seguir explotando en este país va a ser adecuado
para las refinerías?
Pero ya no hubo respuesta, porque según el formato a la réplica no
seguía una contrarréplica de los funcionarios, sino la pregunta de otro
legislador.
Otra pregunta de la diputada Aguilar fue en el sentido de que si los
precios del crudo están muy bajos, por qué en México no se reduce el
precio de las gasolinas, como en los demás países. Y que, además, ya
hubo un “primer gasolinazo” y Hacienda no descarta que haya más.
Y, otra vez, Messmacher llevó a los legisladores a su laberinto.
Primero aclaró que, en definitiva, no habrá en el año otro aumento a
las gasolinas, por más que Hacienda tenga, por ley, facultad para
hacerlo.
Y luego, el guión:
“Estamos cambiando de un modelo de precio único en el país a un
modelo de precio máximo, donde la lógica es que a través de un proceso
de apertura gradual que se vaya dando en el sector de combustibles,
nosotros vayamos observando una competencia a la baja en precios”.
Explicó así el proceso que llevará a las gasolinas de precios bajos… hasta 2018:
“A partir del primero de enero de 2015 desaparece la figura de un
precio único a nivel nacional y se sustituye por un precio máximo, y se
abre la posibilidad de que empecemos a observar ya durante este 2015
una competencia a la baja entre estaciones de servicios, que todavía
serán franquiciatarias de Pemex.
“A partir del primero de enero de 2016 ya se abrirán las estaciones
de servicios para que podamos tener estaciones de servicios, sean o no
franquiciatarias de Pemex.
“A partir del primero de enero de 2017 se abrirá a las importaciones
(de gasolina), y el primero de enero de 2018 se liberaliza el precio
(de las mismas)”.
Y, otra vez, la puntillosa diputada no le creyó a Messmacher.
La petista dijo en su réplica a la respuesta del subsecretario: “Eso
quiere decir que si los precios actuales de la gasolina están dados por
un precio del barril de exportación más o menos entre 40 y 50 dólares,
(pues) una vez liberado (el precio) y que se inicie la competencia
entre las estaciones de servicio, podemos esperar alzas en el precio de
la gasolina, no bajas, por los propios datos que ha dado el
subsecretario (de Hacienda) Aportela”, en el sentido de que los precios
internacionales del petróleo se recuperarán hasta los 72 dólares hacia
el 2017.
“Es una pregunta”, acotó, que tampoco tuvo respuesta.
“Ni yendo a bailar a Chalma”
La senadora perredista Dolores Padierna –que, con Aguilar del PT
fueron las únicas con posiciones críticas— también le tundió a los
funcionarios de Hacienda.
Padierna criticó que el gobierno de Peña Nieto “lamentablemente siga
esperanzado en la recuperación de la economía de Estados Unidos” cómo
la única opción para sacar adelante al país.
Hizo toda una explicación de cómo el modelo exportador no ha sido
capaz de jalar a la economía interna, y de cómo ésta es tan vulnerable
a los vaivenes del exterior.
Peor, dijo, “las reformas estructurales no están funcionando.
Ustedes dijeron que si se aprobaban todas las reformas, en 2015
tendríamos un crecimiento de 4.7%, y ahora nos salen que va a ser de
3%, y les aseguro que no va a ser ni de 3%.
Y agregó la senadora Padierna, con la vehemencia que le caracteriza:
“Y digo que no va a ser ni de 3%, no porque sea profeta o porque sea
divina, sino simplemente porque hay una ciencia que se llama
prospectiva, que si uno hace algunos cálculos, se puede determinar que
ni yendo a bailar a Chalma pueden entregar, en este escenario
internacional, un 3% de crecimiento del producto interno bruto en 2015”.
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