Organizaciones simpatizantes de la IV Internacional |
“Es hora de unir el repudio al Estado y a sus instituciones de los neozapatistas con el repudio a este Estado y este gobierno de los millones que depositan sus esperanzas en Morena y con el de los estudiantes y demócratas de todo tipo, hartos de las atrocidades cotidianas. Como piden los familiares de los normalistas de Ayotzinapa es hora de que el Estado pague y de echar al gobierno a Peña Nieto. Es hora de unirse. O nos salvamos juntos o nos hundimos por separado.”
Guillermo Almeyra, “México: lo viejo y los nuevo” La Jornada 28 de diciembre
La
justa indignación nacional por el asesinato y desaparición de los 43
estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa -que condensa décadas de
rabia por la creciente miseria, violencia, despojo, corrupción e
impunidad, que provoca la avaricia de los de arriba-, está generando
diversas demandas como la renuncia de Enrique Peña Nieto, la
convocatoria a un congreso constituyente, el boicot a las elecciones
parlamentarias de este año o la expectativa, según las últimas
encuestas, de que Morena capitalice el voto de protesta en contra de
los partidos del sistema PRI-PAN-PRD-Verde. Tendría fatales
consecuencias, para quienes nos ubicamos de este lado de la barricada,
el que nuestro movimiento se dividiese por una diferencia de ópticas
electorales. El tema electoral, cualquiera que sea la postura que se
adopte, no debe ser obstáculo para alcanzar la unidad de acción en
diversos asuntos vitales. Después de todo participar en las elecciones
no es una cuestión de principio, lo mismo que no participar. Es hora de
atrevernos a mirar por encima de las diferencias tácticas para ponernos
de acuerdo en las cuestiones estratégicas. ¿Qué queremos decir con
esto?
El problema es el sistema capitalista, no solo el régimen
La
ofensiva del capital sobre el trabajo, en su inmensa variedad de formas
y contenidos, va más allá de la coyuntura electoral. ¿Acaso la ofensiva
sobre nuestras condiciones de trabajo, salarios y criminalización de
las luchas sociales se va a detener hasta después de las elecciones?
Por el contrario, la lucha por la presentación con vida de los 43
estudiantes normalistas, para romper los topes salariales en las
revisiones contractuales de inicios de año, por la liberación de los
presos políticos, por la defensa de los derechos laborales de los
trabajadores de la salud, contra la reforma educativa, entre muchas
otras, requieren respuestas INMEDIATAS, que no pueden esperar hasta que
los diversos movimientos nos pongamos de acuerdo en la cuestión
electoral. La primera tarea de los movimientos sociales en los próximos
días es la de construir una articulación de todos los movimientos y
fuerzas, dispuestos a levantar un programa de lucha que recoja sus
demandas más inmediatas: fin inmediato de la estrategia de guerra;
regreso del ejército a los cuarteles; presentación con vida de los
desparecidos; liberación de todos los presos políticos; por el derecho
a la autodefensa y el fin de los grupos criminales y paramilitares;
aumento salarial de emergencia; derogación de las reformas neoliberales
en materia energética, educativa y laboral; ni una reforma neoliberal
más; renuncia de EPN; por un Nuevo Constituyente. Forjar esta unidad
requiere vencer cualquier tipo de sectarismo e iniciar procesos de
organización en una sociedad aún desorganizada o dominada por el
corporativismo.
La más amplia UNIDAD de los de abajo es la condición primera para alcanzar cualquiera de los objetivos mencionados.
Si
no somos capaces de construir un espacio unitario en donde converjan
los principales movimientos sociales –Asamblea Nacional Popular,
Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, Nueva
Central de Trabajadores, Unión Nacional de Trabajadores, Asamblea
Nacional de Afectados Ambientales, Congreso Nacional Indígena,
organizaciones campesinas, Asamblea Interuniversitaria , movimiento
urbano popular, etc.-, estaremos condenados al fracaso. ¿Es posible que
en esta unidad converjan organizaciones que participan en procesos
electorales y las que se oponen? Por supuesto que sí.
La Nueva
Central de Trabajadores es un buen ejemplo de ello. La unidad en torno
a un programa de lucha clasista y un funcionamiento democrático son más
imperiosos que las diferencias en torno al tema electoral. En la NCT se
respeta el derecho de sus organizaciones a disentir y a su autonomía
para tomar sus propios acuerdos. Sí esta unidad es factible en el seno
de una misma organización ¿por qué no habría de serlo en el marco de
una convergencia más amplia? Podemos estar o no de acuerdo en la
participación en el proceso electoral de 2015, pero tampoco podemos
descalificar a todos los procesos electorales, a todos los partidos y
mucho menos a todas las candidaturas.
Mucho ha ganado nuestra
Patria Grande con candidaturas como las de Hugo Chávez o Evo Morales.
Debemos, eso sí, aprender a respetar nuestras diferencias sobre ese y
muchos otras temas y nunca anteponerlas a la necesaria unidad de acción
en contra de nuestro enemigo común.
Las organizaciones
signantes de esta propuesta –simpatizantes de la IV Internacional-,
también utilizamos tácticas diferentes en el tema electoral, pero
coincidimos en lo fundamental: construir la unidad de los de abajo no
solo para la consecución de nuestros objetivos inmediatos, sino para la
construcción de un gobierno de la clase trabajadora.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! ¡Basta de guerra, que llegue la paz! ¡Fuera peña Nieto!
¡Viva la unidad obrera, campesina, estudiantil y popular! México D. F. a XX de enero de 2015 Colectivo de la IV Internacional en el estado de Colima. Militantes de la IV en la Ciudad de México.Liga Socialista Revolucionaria Movimiento de Unidad Socialista
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