En hospital oaxaqueño le realizan OBT sin su consentimiento
María
Martínez Luis es una joven madre que a sus escasos 20 años de edad fue
víctima de una presunta responsabilidad médica y técnica en el Hospital
General “Macedonio Benítez Fuentes”, ubicado en esta ciudad del Istmo
oaxaqueño.
La joven asegura que la cirugía que le hicieron –la primera de toda su vida–, la recordará por siempre.
Y es que María ingresó el 14 de junio de 2014 porque presentaba dolores
de parto; sin embargo, al no poder parir de forma normal, se le
practicó una cesárea, pero al mismo tiempo le cortaron las trompas de
falopio, que en términos médicos es una oclusión tubaria bilateral
(OTB), lo cual le impedirá volver a ser madre otra vez.
Las autoridades del Hospital General –en ese entonces a cargo del
director Jerónimo Ramírez Luis– se deslindaron de toda responsabilidad
haciéndola firmar a ella y sus familiares un documento con fecha 19 de
junio, que indicaba que ella autorizó la cirugía.
Ese mismo día, el director amenazó también a su entonces esposo, Fabián
Vázquez, para que negara que había concedido una entrevista a una
periodista, quien difundió el hecho en medios de comunicación, debido a
que eso significaría su probable destitución del cargo.
María es indígena zapoteca, habla su lengua materna porque creció con
su mamá y su abuela que lo hablan; es originaria de la ciudad de
Juchitán, de origen humilde, y desde hace 12 meses busca que se le haga
justicia y se castigue a los responsables de su desgracia, como ella le
llama.
CALVARIO SIN FIN
La joven cuenta que también ha sido víctima de discriminación y abuso
de autoridad de parte del personal de la Comisión Estatal de Arbitraje
Médico de Oaxaca (CEAMO), que la visitó luego de que presentó su
denuncia ante la dependencia, pero al no haber una negociación con las
autoridades del Hospital General, se acordó que habría un segundo
encuentro sin precisar fecha.
Para la segunda cita con la CEAMO, el consultor médico Alejandro Pérez
López y el consultor jurídico Cristian Cruz le exigieron a María el
pago de viáticos (pasaje, alimentación y hospedaje), para atender su
caso o la cantidad de 5 mil pesos para llegar a Juchitán y realizar el
segundo encuentro.
“Pareciera que las puertas se me cerraban. Primero, el director del
hospital que nos amenazó y a la vez prometió que ellos cubrirían todos
los gastos de los daños ocasionados a mi persona. Incluso dijeron que
me realizarían una segunda operación para reconstruir las trompas de
falopio, pero no acepté porque no soy un juego, soy un ser humano y,
por otro lado, la Comisión de Arbitraje Médico en lugar de apoyarme
como institución oficial me exige dinero.
“Entonces por orientación de familiares decidimos acudir con el abogado
Jesús Pineda, quien con mi consentimiento interpuso una denuncia penal
contra el médico que me operó y contra el ex director del hospital
Jerónimo Ramírez Luis, por solapar este tipo de atrocidades”, precisó.
Al recordar los hechos llora mientras manifiesta no tener palabras para
describir el daño y la afectación psicológica que ha vivido, además de
la depresión y falta de motivación por todo lo que le ha pasado y que
aún no se hace justicia.
“Es algo que no puedo describir; se me enchina la piel cada vez que lo
recuerdo porque a mis pocos años no podré ser madre otra vez; por
fortuna tengo a mi nena viva aunque mi pareja me abandonó de forma
cobarde. Ha sido muy difícil vivir así”, narra con una tristeza
mezclada con coraje.
DOLOR COMPARTIDO
A la joven siempre la acompaña su mamá, María Luisa de la Cruz, quien
asegura que la vida para ambas no ha sido fácil, pues al mes de haber
dado a luz es abandonada por su pareja debido a que no podrá darle más
hijos.
“Mi hija, aparte que sufrió una operación que ella no autorizó, su
esposo la abandonó al mes al saber que no podrá ser padre de un segundo
hijo y, lo más triste, es ignorada por las autoridades defensoras de
alguna negligencia o responsabilidad médica. Nosotros lo único que
deseamos es que se haga justicia”, indicó.
“Me gustaría decirle al doctor Jerónimo de frente –ahora que anda en
campaña política–, que a mi hija y nieta nos dejó en el abandono, nos
amenazó con privarnos del servicio médico si denunciáramos, dijo que
nos arregláramos con él y lo más triste es que nosotros somos una
familia humilde, no tenemos dinero; yo lavo ropa ajena para mantener a
mi nieta y mi hija”, puntualizó.
LO LEGAL
Finalmente, el abogado Jesús Pineda dijo que existe una denuncia penal
por los hechos. Añadió también que “casualmente” no hay documentos del
historial clínico de la joven en la unidad de salud en la colonia
Colosio, donde llevó su control médico durante los nueve meses de su
gestación.
“El caso de María comprueba una vez más que el médico que la operó
incurrió en una responsabilidad médica; él hizo la cesárea muy bien,
pero exageró en la operación cortándole las trompas de falopio, además
de que el director del Hospital lo respaldó porque no hizo nada para
apoyar a esta familia”, indicó.
Hoy, María Luisa está en un dilema, entre si come y alimenta a su hija
o paga un estudio especializado que cuesta alrededor de 5 mil 600 pesos
que le fue solicitado por la Fiscalía de Juchitán para acreditar que
sus trompas de falopio fueron cortadas aquel 14 de junio de 2014.
Por: Diana Manzo
Cimacnoticias/Página3 | Juchitán, Oax.-
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