“Murió por su culpa”
A
un año y un mes de su femicidio/feminicidio, los jueces determinaron
que en el caso de Lucía Pérez, ocurrido en octubre de 2016 en la ciudad
costera de Mar del Plata, Argentina, no vivió violencia y las relaciones
sexuales que mantuvo con sus presuntos agresores fueron consentidas.
1: “Todo fue perfectamente querido y consentido”.
En el juicio quedó demostrado que Farías le dio marihuana y cocaína a Lucía y que mantuvieron relaciones sexuales. “Todo se dio en un marco de normalidad y naturalidad, todo fue perfectamente querido y consentido por Lucía Pérez”, explicó uno de los jueces en la sentencia.
Los jueces se basaron en: las declaraciones de los peritos que dijeron que no hubo lesiones compatibles con agresión sexual, en la personalidad de Lucía -que no era sumisa sino fuerte – y que no hubo “amenaza, coacción” o “amedrentamiento” por parte de Farías.
“Hay que entender que aunque no haya huellas físicas en el cuerpo no significa que no haya violencia de género”, explicó la coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Laurana Malacalza, en este artículo de Cosecha Roja previo a la sentencia. “El asesinato de Lucía se enmarca en un caso de tres varones adultos que usan la droga para relacionarse con ella, menor de edad”.
2. “Lucía tenía sexo con quien quería cuando quería”
Los jueces justificaron su decisión a partir del análisis de la vida privada de Lucía. En la sentencia expusieron sus conversaciones privadas con sus amigos y amigas para demostrar que como había tenido relaciones con personas mayores de edad no puede ser abusada sexualmente.
“Lucía era de tener relaciones con hombres a los que apenas conocía pero que eso ocurría por propia elección y cuando ella lo quería”, planteó la defensora de los acusados. Los jueces se apropiaron de esa idea: “De las conversaciones mencionadas (chats) surge claramente que Lucía tenía relaciones sexuales con quien y cuando quería”, dice la sentencia.
3. Ella conocía los riesgos
A partir de los chats privados, en los que ella habla de “malos flash” anteriores, los jueces argumentaron que ella conocía los riesgos (fue advertida por un amigo) y sabía manejarlos. Los jueces juzgaron la intimidad y vida de la víctima. Lucía, por su personalidad y experiencia, no podía ser violada, dijeron.
4. No existió relación de poder ni desigualdad
La fiscalía y la querella plantearon en sus alegatos la dominación y relación de poder de los acusados con la adolescente. “Esa desigualdad entre hombre y mujer, esa asimetría en la relación de poder, no se hallan presentes en este caso. Acá no ha existido ni violencia física, psicológica, subordinación ni humillación ni mucho menos cosificación”, dijo uno de los jueces. .
“Lucía tenía 16 años y Farías 23, por lo que sería muy forzado hablar de una situación de desigualdad o superioridad, sobre todo teniendo en cuenta la personalidad de Lucía quién no se mostraba como una chica de su edad y que además había referido mantener relaciones con hombres de hasta 29 años”, agregaron.
“Hay una situación de dominación de estos varones con jóvenes, esto no se comprueba con huellas físicas. Esa dominación se entiende desde una perspectiva de género que te permite ver estos controles territoriales que ejercen algunos varones con las mujeres”, explicó Malacalza, quien declaró en el juicio como especialista.
5. Lucía murió por su culpa
A los pocos días de la muerte de Lucía, la primera fiscal del caso, María Isabel Sánchez, habló de una “agresión sexual infrahumana”. Contó que los tres acusados drogaron a la chica, abusaron sexualmente de ella y la mataron por empalamiento. Después -dijo- lavaron el cuerpo para ocultar el crimen. Los dichos no se basaron en ningún informe médico.
“No fue a ningún allanamiento, no fue a la autopsia, se fue de vacaciones a los pocos días de promocionar un caso de ‘muerte de una adolescente de 16 años por empalamiento con un sufrimiento inhumano’ y, por supuesto, no concurrió al debate a ‘sostener’ su hipótesis”, dijeron los jueces. “La fiscal Sánchez movió a un país (…) a partir del dolor y del horror derivados de una mentira”.
El tribunal se basó en el pésimo trabajo de la fiscal para defenderse de posibles críticas. Resaltaron el interés social por erradicar la violencia contra las mujeres, pero descartaron que el caso pudiera analizarse con perspectiva de género. Para los jueces no hubo desigualdad ni asimetría, no hubo violencias: Lucía murió por su culpa.
*Este artículo fue retomado del portal de noticias Cosecha Roja
1: “Todo fue perfectamente querido y consentido”.
En el juicio quedó demostrado que Farías le dio marihuana y cocaína a Lucía y que mantuvieron relaciones sexuales. “Todo se dio en un marco de normalidad y naturalidad, todo fue perfectamente querido y consentido por Lucía Pérez”, explicó uno de los jueces en la sentencia.
Los jueces se basaron en: las declaraciones de los peritos que dijeron que no hubo lesiones compatibles con agresión sexual, en la personalidad de Lucía -que no era sumisa sino fuerte – y que no hubo “amenaza, coacción” o “amedrentamiento” por parte de Farías.
“Hay que entender que aunque no haya huellas físicas en el cuerpo no significa que no haya violencia de género”, explicó la coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Laurana Malacalza, en este artículo de Cosecha Roja previo a la sentencia. “El asesinato de Lucía se enmarca en un caso de tres varones adultos que usan la droga para relacionarse con ella, menor de edad”.
2. “Lucía tenía sexo con quien quería cuando quería”
Los jueces justificaron su decisión a partir del análisis de la vida privada de Lucía. En la sentencia expusieron sus conversaciones privadas con sus amigos y amigas para demostrar que como había tenido relaciones con personas mayores de edad no puede ser abusada sexualmente.
“Lucía era de tener relaciones con hombres a los que apenas conocía pero que eso ocurría por propia elección y cuando ella lo quería”, planteó la defensora de los acusados. Los jueces se apropiaron de esa idea: “De las conversaciones mencionadas (chats) surge claramente que Lucía tenía relaciones sexuales con quien y cuando quería”, dice la sentencia.
3. Ella conocía los riesgos
A partir de los chats privados, en los que ella habla de “malos flash” anteriores, los jueces argumentaron que ella conocía los riesgos (fue advertida por un amigo) y sabía manejarlos. Los jueces juzgaron la intimidad y vida de la víctima. Lucía, por su personalidad y experiencia, no podía ser violada, dijeron.
4. No existió relación de poder ni desigualdad
La fiscalía y la querella plantearon en sus alegatos la dominación y relación de poder de los acusados con la adolescente. “Esa desigualdad entre hombre y mujer, esa asimetría en la relación de poder, no se hallan presentes en este caso. Acá no ha existido ni violencia física, psicológica, subordinación ni humillación ni mucho menos cosificación”, dijo uno de los jueces. .
“Lucía tenía 16 años y Farías 23, por lo que sería muy forzado hablar de una situación de desigualdad o superioridad, sobre todo teniendo en cuenta la personalidad de Lucía quién no se mostraba como una chica de su edad y que además había referido mantener relaciones con hombres de hasta 29 años”, agregaron.
“Hay una situación de dominación de estos varones con jóvenes, esto no se comprueba con huellas físicas. Esa dominación se entiende desde una perspectiva de género que te permite ver estos controles territoriales que ejercen algunos varones con las mujeres”, explicó Malacalza, quien declaró en el juicio como especialista.
5. Lucía murió por su culpa
A los pocos días de la muerte de Lucía, la primera fiscal del caso, María Isabel Sánchez, habló de una “agresión sexual infrahumana”. Contó que los tres acusados drogaron a la chica, abusaron sexualmente de ella y la mataron por empalamiento. Después -dijo- lavaron el cuerpo para ocultar el crimen. Los dichos no se basaron en ningún informe médico.
“No fue a ningún allanamiento, no fue a la autopsia, se fue de vacaciones a los pocos días de promocionar un caso de ‘muerte de una adolescente de 16 años por empalamiento con un sufrimiento inhumano’ y, por supuesto, no concurrió al debate a ‘sostener’ su hipótesis”, dijeron los jueces. “La fiscal Sánchez movió a un país (…) a partir del dolor y del horror derivados de una mentira”.
El tribunal se basó en el pésimo trabajo de la fiscal para defenderse de posibles críticas. Resaltaron el interés social por erradicar la violencia contra las mujeres, pero descartaron que el caso pudiera analizarse con perspectiva de género. Para los jueces no hubo desigualdad ni asimetría, no hubo violencias: Lucía murió por su culpa.
*Este artículo fue retomado del portal de noticias Cosecha Roja
Imagen retomada del portal CosechaRoja.com
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Madrid, Esp.-
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