Sistema de salud pone en riesgo la vida de las mujeres
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 9 may 12 (CIMAC).- A pesar de la recomendación internacional de disminuir las cesáreas a no más de 15 por cada 100 partos, en México se realizaron 38 cirugías de este tipo por cada 100 mujeres durante 2009 –es decir más del doble– de acuerdo con datos oficiales.
El señalamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se debe a que la cesárea comparada con un parto vaginal aumenta tres veces el riesgo de que las mujeres mueran o se enfermen, e incrementa las posibilidades de que el bebé tenga problemas respiratorios al nacer. Además practicar esta cirugía es más costoso para los servicios de salud.
Así lo advirtieron el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, los institutos nacionales de Salud Pública y de Desarrollo Social, y la organización Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Latina, en el folleto “Ventajas y desventajas de tener un parto o una cesárea”.
En el documento se advierte que optar por la operación abdominal o cesárea también aumenta los riesgos para la madre de adquirir alguna infección durante el puerperio, de que le saquen la matriz, que haya complicaciones por la anestesia aplicada durante el parto, o sufra hasta un paro cardiaco.
La Secretaría de Salud (Ss) señala que sólo debe practicarse cesárea a las mujeres que padecen alguna enfermedad cardiaca, tienen la presión arterial alta, o sufren complicaciones como el desprendimiento de placenta antes de tiempo o una infección en la bolsa amniótica del bebé.
De igual modo refiere que la cirugía es necesaria cuando el bebé pesa más de cuatro kilos, está en una posición o tiene malformaciones que le impiden salir, si padece sufrimiento fetal, o en caso de que el cordón umbilical se salga de la matriz durante el trabajo de parto.
No obstante, en el sistema nacional de salud se practican cesáreas de manera desproporcionada, aunque la mayoría de las mujeres son saludables, y por lo tanto podrían tener un parto vaginal sin complicaciones, señalaron las instancias que elaboraron el folleto.
Agregaron que el personal médico justifica las cesáreas en situaciones que no impiden llevar a cabo un parto vaginal, por ejemplo cuando el trabajo de parto es lento (menos de cuatro horas), si el bebé es prematuro, por el tamaño de la pelvis de la mujer o cuando es menor de 20 años de edad.
Además de los argumentos inválidos de los gineco-obstetras, el aumento de las cirugías se asocia con la atención brindada por médicos que utilizan aparatos promovidos “agresivamente” por la industria.
También se debe a que las mujeres temen el dolor durante el parto o tienen poca preparación para ese momento. Tal situación disminuye la posibilidad de que ellas tomen decisiones informadas, se señala en el documento.
Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009, en México 38.1 por ciento de los nacimientos fueron por cesárea programada o de emergencia, muy lejos del estándar propuesto por la OMS, el cual establece que el número de cirugías debe estar entre el 10 o 15 por ciento de los alumbramientos.
En el documento se concluye que para disminuir el número de cesáreas se requieren normas simples de implementar, como consultar la segunda opinión de otra médica o médico, la definición precisa de las razones para practicar la cirugía, y vigilar la frecuencia con que el personal realiza cesáreas.
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