Pedro Echeverría V.
1. Lo he meditado poco, a pesar de ello pienso que la “Ley del
Talión”, el “Ojo por ojo y diente por diente” -que nació hace más de dos
mil años- puede ser justa, igualitaria, aunque también puede tener
fallas. Con ella puede aplicarse el justo rasero de que todos somos
seres humanos y las clases sociales desaparecen. Se acabarían los
privilegios de los millonarios, de los políticos, de los curas y las
mentiras de los medios de información. Recuerdo que por ahí estaba una
divisa: “No hagas lo que no quieras que te hagan”. ¿O, acaso si todos
tienen trabajo, si todos cumplen, si todos tienen para comer y vivir, si
nadie acumula riquezas materiales, puede haber ladrones y saqueadores?
2. Recuerdo que algún filósofo ha dicho que el hombre es (de por sí)
un ambicioso, competitivo, guerrerista, un hijo de P, pero la sociedad
lo hace dócil y lo adapta; pero otro pensador ha dicho lo contrario: “el
hombre es bueno por naturaleza pero su sociedad lo hace malo”. En las
sociedades primitivas los hombres se hacían justicia por sí mismos. Nada
había que limitase la ira del agraviado. Las represalias que se
imponían eran ilimitadas y no guardaban proporción con el daño causado.
En ese contexto llegó la llamada ley del talión o de la igualdad. Pese a lo que hoy nos parece, ella representó un gran avance en comparación con la venganza ilimitada anterior.
3. Estableció esa Ley una proporcionalidad entre el daño inferido y
la represalia de la víctima. Fue, de alguna manera, una limitación en el
ejercicio de la venganza. Casi todos los pueblos antiguos la pusieron
en vigencia. En el código babilónico de Hammurabi, compuesto 17 siglos antes de la era cristiana, que es la más remota compilación de leyes conocida, se encuentra ya la ley del talión.
También en el antiguo testamento de la Biblia. Se escribe que los
hebreos, los griegos, los romanos, los germanos y otros pueblos de la
Antigüedad aplicaron diversas modalidades de la ley del talión. Sus
normas autorizaron al ofendido o a sus parientes cercanos a perseguir al
ofensor para reparar la ofensa recibida.
4. El capitalismo dejó atrás a la ley del Talión o igualdad y regresó
la venganza social de la clase dominante. Se crearon nuevos sistemas
para impartir justicia (leyes, prohibiciones, abogados, jueces y
cárceles) En lo sucesivo nadie pudo hacer justicia por sí mismo. Debió
acudir al juez a que la haga. Y así se superó progresivamente una
práctica “antigua” por una moderna en que –otra vez una minoría
respaldada por las armas y las leyes que ella misma creó a su
conveniencia- castiga a quienes la critican, protestan y se oponen a
ella. Ya la Ley, por órdenes de las leyes burguesas o capitalistas, no
puede aplicarse.
5. Por ello los profesores de la CNTE no podrán intercambiar
prisioneros. Pensaba hace un rato: “si los profesores de Oaxaca tienen
siete soldados/guaruras en su poder, con todo y sus armas, cámaras
fotográficas y lanzagases, porque no apresan a cinco más para ser 12 y
los intercambian con sus 12 presos políticos. O por qué no apresan a más
y los intercambian con las 10 mil plazas de profesores cesados. La
realidad es que a los profesores los golpean y persiguen mucho y ellos
en vez de perseguirlos dejamos que nos sigan golpeando”. Pero me olvido
que ya ni rige la Ley del Talión (de la igualdad) y ahora rige la ley
fascista del orden y la esclavitud de los capitalistas. 2/VI/16)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario