Marco Dávila
La mal llamada “reforma
educativa” de Enrique Peña Nieto (EPN), como dicen los analistas: no es
reforma, no es educativa y no es de EPN. Antes de aprobarse no hubo una
discusión amplia que incluyera a los maestros, a los padres de familia y
al pueblo en todo su conjunto. Paradójicamente, la supuesta “discusión”
sobre la supuesta “reforma educativa” no fue sobre educación. Lo que se
aprobó fue algo que mutila los derechos de los maestros como
trabajadores y que busca aplacar a la movilización social. Ésta mal
llamada reforma perjudica a padres y a estudiantes, y mantiene al
sistema educativo mexicano en las mismas condiciones precarias de antes.
El punto de la supuesta “reforma educativa” es gastar menos, privatizar
y acabar con la educación pública. La supuesta “reforma educativa”
no es educativa porque no menciona los problemas reales que hacen que
la educación mexicana sea una de las más atrasadas del mundo. No habla
de la educación como un derecho, sino que quiere convertir a la
educación en un simple producto.
La supuesta “reforma educativa” no es reforma porque no busca una solución profunda, no busca reformar al sistema educativo desde su raíz.
La supuesta “reforma educativa” no es de EPN porque fue dictada por órganos internacionales que controlan el capital, en otras palabras, fue dictada por los señores del dinero.
La supuesta “reforma educativa”, deja ver la gran necesidad de implementar reformas verdaderas que beneficien al pueblo y engrandezcan a México, deja ver la necesidad de poner en marcha verdaderas reformas estructurales y exigir que los malos gobernantes, comenzando por el presidente, se vayan todos.
El problema mayor en México en cuanto al sistema educativo, es que una pandilla de criminales tienen el control del monopolio de la educación; el problema es que al maestro que defiende sus derechos se le sataniza y se le reprime; el problema es que la televisión —la peor maestra de la sociedad—, por décadas, por medio de su material chatarra se ha encargado de “educar” a la ciudadanía; el problema son los líderes a cargo del modelo educativo porque estos no tienen preparación sobre la materia; el problema son los poderosos que, entre otras necedades, sostienen que lo privado es “lo que le conviene a México”.
Es por ello que Morena propone, una vez llegando al poder, cancelar todas las reformas del mal gobierno; que el 10 por ciento del presupuesto nacional que se va por el caño de la corrupción, se recupere y sea destinado a la educación; que la educación sea gratuita y para todos; proveer de comedores gratuitos en las escuelas primarias; apoyar a los estudiantes más pobres con becas, para que no tengan que abandonar la secundaria para irse a trabajar; asegurar que los secretarios de educación estatales y federales sean gentes honorables; reabrir las escuelas normales que han sido cerradas por el mal gobierno; iniciar un debate nacional para dar forma a un verdadero sistema educativo…
Un buen sistema educativo bien puede ser uno que sepa educar para la vida, que enseñe a las juventudes a pensar con mente propia, que creé ciudadanos pensantes, actuantes y conscientes. Para lograr una buena educación no podríamos pasar por alto la salud, el trabajo y la alimentación del pueblo. En otras palabras ¡Derecho a salud para todos! ¡Derecho a trabajo digno para todos! ¡Derecho a alimentación para todos!
En conclusión, debemos apoyar al magisterio consciente, defender la educación pública y rechazar todas las reformas privatizadoras del mal gobierno.
La supuesta “reforma educativa” no es reforma porque no busca una solución profunda, no busca reformar al sistema educativo desde su raíz.
La supuesta “reforma educativa” no es de EPN porque fue dictada por órganos internacionales que controlan el capital, en otras palabras, fue dictada por los señores del dinero.
La supuesta “reforma educativa”, deja ver la gran necesidad de implementar reformas verdaderas que beneficien al pueblo y engrandezcan a México, deja ver la necesidad de poner en marcha verdaderas reformas estructurales y exigir que los malos gobernantes, comenzando por el presidente, se vayan todos.
El problema mayor en México en cuanto al sistema educativo, es que una pandilla de criminales tienen el control del monopolio de la educación; el problema es que al maestro que defiende sus derechos se le sataniza y se le reprime; el problema es que la televisión —la peor maestra de la sociedad—, por décadas, por medio de su material chatarra se ha encargado de “educar” a la ciudadanía; el problema son los líderes a cargo del modelo educativo porque estos no tienen preparación sobre la materia; el problema son los poderosos que, entre otras necedades, sostienen que lo privado es “lo que le conviene a México”.
Es por ello que Morena propone, una vez llegando al poder, cancelar todas las reformas del mal gobierno; que el 10 por ciento del presupuesto nacional que se va por el caño de la corrupción, se recupere y sea destinado a la educación; que la educación sea gratuita y para todos; proveer de comedores gratuitos en las escuelas primarias; apoyar a los estudiantes más pobres con becas, para que no tengan que abandonar la secundaria para irse a trabajar; asegurar que los secretarios de educación estatales y federales sean gentes honorables; reabrir las escuelas normales que han sido cerradas por el mal gobierno; iniciar un debate nacional para dar forma a un verdadero sistema educativo…
Un buen sistema educativo bien puede ser uno que sepa educar para la vida, que enseñe a las juventudes a pensar con mente propia, que creé ciudadanos pensantes, actuantes y conscientes. Para lograr una buena educación no podríamos pasar por alto la salud, el trabajo y la alimentación del pueblo. En otras palabras ¡Derecho a salud para todos! ¡Derecho a trabajo digno para todos! ¡Derecho a alimentación para todos!
En conclusión, debemos apoyar al magisterio consciente, defender la educación pública y rechazar todas las reformas privatizadoras del mal gobierno.
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