OPINIÓN
Por: Lucía Lagunes Huerta*
El
conservadurismo está sacando las uñas para imponer su visión y eso no
es extraordinario, lo inaudito es que se le den las condiciones para que
esas uñas puedan ser usadas en contra de la vida de las mujeres.
Las visiones en contra de las libertades ha acompañado la historia de
la humanidad, contra ellas se ha tenido que remar, especialmente cuando
los avances de las mujeres para su autonomía caminan. Si no, echemos un
vistazo a la historia y a la quema de brujas de los siglos XVI y XVII.
A ellas se les persiguió bajo el pretexto de brujería por sus
conocimientos en la salud, y más concreto aún en la salud reproductiva,
es decir, por los conocimientos que poseían para que las mujeres
tuvieran la posibilidad de controlar su fecundidad.
Las uñas de estos conservadores se enterraron en lo más profundo en
cuanto tuvieron el poder y las condiciones para ejercerlo, sólo en
Alemania se quemaron 25 mil mujeres acusadas de brujería, pero en
realidad era comadronas, parteras, etc.
Por ello no es menor la amenaza que han recibido las defensoras del
estado de Chiapas, quienes han denunciado, que, ante las movilizaciones
que se realizarán a favor de la despenalización del aborto el próximo 28
de septiembre, han sido amenazadas de ser linchadas y quemadas.
Las autoridades tendrían ya que estar tomando las medidas necesarias
para proteger a esas defensoras, pues de acuerdo con el Relator Especial
sobre la situación de las y los defensores de Derechos Humanos, Michel
Forst, una de las vías de ataque contra las defensoras mexicanas es
precisamente defender los derechos sexuales y los derechos reproductivos
de las mujeres.
Es probable que este dato no lo tengan los santos varones que forman
la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, a
quienes la paridad no les alcanzó a rozar.
Si lo conocen no lo valoraron de la misma manera que su pacto entre
caballeros, por ello prefirieron cumplir con sus compromisos electorales
pasando por encima de los Derechos Humanos de la ciudadanía, una
práctica de la política mexicana. Mal mensaje si de verdad se quiere
hacer un cambio.
Por ello, el Partido Encuentro Social (PES) que se define como el
“partido de la Familia” y que promueve la preservación de los valores
mediante el ejercicio político, relacionado con la religión cristiana en
un Estado laico como el mexicano, será quien presida la Comisión de
Salud durante los tres años de la legislatura.
El partido que de acuerdo con la información proporcionada en su
sitio tiene sólo tres mujeres de las 32 representaciones estatales y
donde las posiciones nacionales están encabezadas por hombres, tendrá
una Comisión ordinaria, es decir, con facultades de dictaminar
iniciativas legislativas, de información y evaluación, con recursos
económicos y de estructura para presentarlas, empujarla o detenerlas.
No es de dudar que pronto tendremos noticias del actuar de esta
Comisión que seguro dará tarea a las defensoras de los derechos
reproductivos, a la población LGBTTTI y quienes buscan ampliar las
libertades.
No es una suposición sino una lógica porque así lo han demostrado desde su llegada al mundo político legislativo desde 2015.
Sin duda la frase dicha por el presidente electo, cuando como
candidato anunció la alianza electoral con el PES “de qué lado nos
colocamos en la historia” es justa, pues el lado de la historia que
necesita ser apuntalado es el de la libertad que nos da la democracia.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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