Es necesario
reconstruir y reorientar la sociedad sobre nuevas bases éticas y
responder a los terribles desafíos que plantean el desastre ecológico
mundial, la crisis de civilización que vivimos y las amenazas bélicas
siempre presentes.
Propongo algunas ideas (ni nuevas ni originales)
para aprovechar la particular situación política local en la que las
Cámaras responden a un gobierno que deberá instalarse recién en
diciembre y, mientras tanto, tienen la tarea urgente de discutir el
nuevo país ofrecido. Por supuesto, la realización de cada una de ellas,
así como la reorganización del modo de vida, tiene como condición sine
qua non una fuerte movilización popular organizada y con alto grado de
conciencia durante un proceso largo y gradual.
1-Habrá que
pasar de la prioridad absoluta dada a la ganancia a una economía con
prioridad comunitaria y ecológica basada en la producción de objetos de
uso local y de maquinarias y herramientas industriales. Será necesario
diseñar y planificar los centros urbanos para que resistan terremotos y
huracanes cada vez más fuertes y crear un cinturón periurbano de granjas
y huertos al mismo tiempo que se reforestan miles de hectáreas. Todo lo
que se apruebe deberá tener en cuenta la ecología (tratamiento de aguas
servidas y desagües, reducción drástica de los desperdicios prohibir la
producción de envases plásticos no degradables, reciclado de residuos
sólidos y líquidos). De una agricultura basada en agroquímicos habrá que
pasar a otra que utilice fertilizantes naturales y los insectos y
pájaros depredadores de los insectos y hongos dañinos.
2-
México tiene algunas de las personas más ricas del planeta y una mayoría
de pobres: la reducción de las desigualdades (y la supresión de la
miseria extrema) debe ser la primera tarea de todo gobierno que se diga
progresista. Eso implica acabar con las bases de la migración a Estados
Unidos protegiendo la economía campesina y el desarrollo rural.
Exige también eliminar el desempleo y la desocupación disfrazada
(trabajo informal o interino) reduciendo los horarios de trabajo para
que trabajen todos y puedan así mejorar su consumo de alimentos, su
educación y su calidad de vida y de vivienda. Más tiempo libre para los
trabajadores les permitirá también ayudar a sus hijos- lo que reducirá
la delincuencia- o atender huertos y elevar su educación y cultura.
Las nuevas tecnologías aumentan mucho la productividad y reducen el
costo de producción por unidad. Los horarios actuales prolongados sólo
sirven para dar una gigantesca ganancia a los capitalistas. Como se
demostró cuando éstos se vieron obligados a abandonar las jornadas de 12
horas, la reducción de horarios hará aún más productivo el trabajo. La
transición entre los dos sistemas de horarios podrá ser financiada
reduciendo la superexplotación y, en parte, por un impuesto ecológico a
las grandes empresas contaminantes.
3-Nuestro país también
sufre en el Norte una fuerte desertificación y una depredación del
suelo, el subsuelo y el agua. Pero en el Sur mantiene aún, por su escaso
desarrollo capitalista, una gran biodiversidad vital para todo el
planeta y vastos recursos de todo tipo hoy amenazados por la avidez y el
despojo mediante el productivismo y el extractivismo. Es necesario y
posible intentar recuperar en parte los territorios afectados en el
Centro-Norte y salvar del despojo y desarrollar de modo sustentable los
territorios sureños que por fortuna tienen hoy una menor densidad de
explotaciones capitalistas.
No es posible que Coca Cola
embotelle la poca agua disponible para la agricultura y el consumo
humano. Es necesario prohibir las industrias depredadoras o
contaminadoras y crear agroindustrias locales que no afecten el
equilibrio ambiental, no contaminen gravemente ni desperdicien energía
ni recursos al tener que recurrir a fletes a larga distancia por
camiones. Con los propios trabajadores de la industria automotriz hay
que encontrar una fuente sustitutiva de empleo local promoviendo el
transporte público y haciendo un censo de las necesidades y de los
recursos disponibles en la región para que trabajen en puestos no
dependientes de las energías fósiles. Al mismo tiempo es necesario
acordar con los pobladores la utilización comunitaria de los recursos
hídricos, geotérmicos, eólicos o solares para la producción de energía
renovable.
4-La economía mexicana- marcada en su primera fase
por el despojo colonial y, después, por la monoproducción de henequén,
azúcar o petróleo dictada por las necesidades del imperialismo- debe ser
reconstruida con respeto por la Naturaleza y dando prioridad a la
provisión de alimentos sanos y variados que permitan reducir
drásticamente la diabetes, la obesidad y los infartos debido a un tipo
de consumo imitado, importado y dañino.
Para eso hay que
modificar radicalmente la distribución nacional de alimentos y bienes y
la producción y consumo de energía y los bienes con alto nivel de
energía contaminadora o con desperdicio de recursos (envases complicados
y costosos que provocan la destrucción de bosques). (seguirá)
almeyraguillermo@gmail.com
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