Aferrado, el salvaje de la Casa Blanca no quita el dedo del renglón:
Cerraré la frontera(sin olvidar el muro), si México no se pliega a sus exigencias. Al energúmeno le urgen dos cosas: desviar la atención de las tonterías por él cometidas en su país (y para lograrlo mete la pata en otro lado) y ampliar su red de votantes.
Como al inquilino de la Casa Blanca su estrechez mental lo tiene sin
cuidado y, por lo mismo, no mide consecuencias, asegura que procederá.
¿Cerrará la frontera? No es la primera vez que amenaza, pero si lo hace
habrá que ver cómo torea las consecuencias, porque, de entrada, pondrá
en riesgo la economía de cuando menos cuatro estados de su país:
California, Texas, Arizona y Nuevo México, y sólo los dos primeros
representan en conjunto alrededor de 25 por ciento de la economía
estadunidense.
Pero él quiere cerrar la frontera y, por lo visto, valen más sus
caprichos que el impacto económico que ellos provoquen. ¿Está dispuesto a
asumir la pérdida de alrededor de mil 200 millones de dólares diarios,
que en números cerrados sería el costo de su antojo?
En este sentido, el Centro de Estudios Internacionales Gilberto
Bosques, del Senado de la República, analiza la situación (de él se
toman los siguientes pasajes) y advierte que, de acuerdo con las
estimaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cada día se
realizan más de un millón de cruces legales de personas y 300 mil de
vehículos, de los cuales más de 70 mil son camiones de carga.
Contemplados como una sola economía, los 10 estados fronterizos
(California, Arizona, Nuevo México y Texas, del lado estadunidense, y
Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas,
del mexicano) representan la cuarta potencia económica mundial.
En el caso de México, el impacto de los estados fronterizos en el PIB
es de 21 por ciento. La zona fronteriza incluye 48 condados
estadunidenses que se distribuyen en cuatro estados y 94 municipios
mexicanos distribuidos en los seis estados anteriormente mencionados.
A pesar de que la integración social y económica de las comunidades
fronterizas mexicanoestadunidenses es profunda y benéfica para ambas
naciones, las propuestas del presidente de Estados Unidos podrían tener
considerables efectos perniciosos en la región y no se limitarían a los
intercambios socioculturales de la región fronteriza, sino que
impactarían a ambas economías nacionales.
La economía de los estados fronterizos es determinante para el
crecimiento de la economía nacional, en vista de la creciente
importancia del sector exportador para la planta productiva mexicana a
partir de la entrada en vigor del TLCAN en 1994. La participación del
comercio internacional de México en el PIB pasó de 27 a 63 por ciento en
las dos primeras décadas de vigencia de esa área de libre comercio.
Juntos, los seis estados fronterizos citados agruparon 57 por ciento
de las exportaciones totales mexicanas en 2015. Ello es consecuencia
lógica de la creciente integración productiva y de la concentración de
las exportaciones mexicanas en Estados Unidos. Debido a los menores
costos de transporte que conlleva la cercanía con el mercado de destino,
son también los estados fronterizos los que han obtenido las
inversiones y el establecimiento de los sectores económicos más
productivos en sus territorios.
El comercio de México no sólo se ha incrementado en términos
cuantitativos, sino también cualitativos, ya que, antes de la apertura
comercial detonada por el TLCAN, el principal producto exportado era el
petróleo, en tanto que hoy 89 por ciento de las centas al exterior son
manufactureras. Con excepción del estado de México, las únicas entidades
federativas cuyas exportaciones son mayores a 20 mil millones de
dólares anuales (cada una) se encuentran en la frontera norte.
Las rebanadas del pastel
Por el lado gringo, Trump pondría en riesgo más de 130
mil millones de dólares en exportaciones a México, sólo de las cuatro
entidades estadunidenses que se citan líneas arriba. ¿Se lo permitirán?
Twitter: @cafevega
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