Videntes vs López Obrador
PIB: atínele al crecimiento
En el arranque de la 4T
proliferan las bolas de cristal –de chile, dulce y manteca– y, por lo
mismo, son ya incontables los pronósticos, estimaciones y conexos sobre
el eventual resultado económico en 2019. Así, de acuerdo con esa kermés
de videntes, lo que Fox, Calderón y Peña Nieto calificaron de
un navío de gran calado(léase la anémica economía nacional) avanzaría, por llamarle así, entre uno y 1.6 por ciento en el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Si tales adivinos llegaran a tener razón, México se mantendría en el
sendero del raquitismo económico de los últimos 36 años (de Miguel de la
Madrid a Enrique Peña Nieto). Entonces, parecería una maldición gitana
que México no pueda crecer, en el mejor de los casos, ligeramente por
arriba de 2 por ciento como promedio anual, con todo y que los genios
modernizadoresdel país prometieron eso, e infinitamente más.
Sólo para dar una idea de qué tan centrados estaban dichos
modernizadores, vale referir que en el primer año de cada uno de los seis gobiernos neoliberales el promedio de la caída económica en el país fue de -0.55 por ciento, en el entendido de que en ese periodo se registraron tres desplomes (el mayor fue el de Ernesto Zedillo, con -6.2 por ciento) y otros tres con avances mínimos.
Con todo, López Obrador no cree en los videntes, nacionales y
foráneos, propios y extraños, y en la mañanera de ayer se aventó el
siguiente tiro: “la proyección (económica) que presentó la Secretaría de
Hacienda al Congreso es un estimado prudente, conservador, para no
contradecir a quienes están elaborando proyecciones de crecimiento,
sobre todo para no contradecir al Banco de México. Si ustedes revisan el
documento que presenta Hacienda es muy parecido al diagnóstico que
tiene el Banco de México.
Yo respeté ese trabajo de los técnicos, de Hacienda, porque estamos actuando con responsabilidad, con seriedad; sin embargo, considero, y a las pruebas me remito, y además vamos a poder aquí constatarlo, se está grabando lo que estoy diciendo. Yo creo que se quedaron cortos en la proyección, que vamos a crecer como se estima, en cuando menos 2 por ciento este año; ese es mi pronóstico, 2 por ciento, y el año próximo vamos a crecer ya a 3 por ciento. Y apuesto. Trato hecho.
En efecto, el pasado lunes la SHCP envió al Congreso lo que denomina
Precriterios de política económica, y en el documento respectivo estima
que en 2019 la economía crecería entre 1.1 y 2.1 por ciento (cuatro
décimas menos respecto de su pronóstico inicial) y entre 1.4 y 2.4 por
ciento en 2020. En pocas palabras, nada.
Pero el presidente no deja de tener razón, pues, si se recuerda, los
genios tecnocráticos de los seis gobiernos neoliberales nunca dieron en
el clavo ni por aproximación. Todas sus sesudos cálculos sobre el
crecimiento económico del país se quedaron muy altos ante una realidad
cada vez más ruda y la notoria incapacidad gubernamental para mejorarel
panorama.
Atínele al PIB, fue el juego más practicado en 36 años, y los neoliberales siempre perdieron.
Cómo olvidar, por ejemplo, el 7 por ciento anual prometido por Fox
(en los hechos, de milagro libró 2.3 por ciento);el 5 de Calderón (que
terminó en 1.8) o el 5,
con reformas estructurales, de Peña Nieto (que resultó 2.1 por ciento). Y esa es la triste historia del México
modernode los últimos seis sexenios.
De cualquier suerte, López Obrador no debe tomar a la ligera un
panorama económico cambiante. El crecimiento no es resultado de la buena
voluntad de uno u otro encargado de la tienda, ni de apuestas de buena
fe. Lo que sí urge es la reactivación (el desapendejamiento, vamos a
llamarle) de una economía que a lo largo de 36 años ha
crecidoa un ritmo tres veces inferior al registrado en el México
premoderno.
Las rebanadas del pastel
A saber qué consume, pero más allá de ello resulta obvio que aTrump le urge atención sicológica.
Twitter: @cafevega
No hay comentarios.:
Publicar un comentario