5/23/2010

La realidad petrolera choca con los discursos

Antonio Gershenson

Menos que antes, con mucho menos información al público, pero van saliendo reportes sobre Pemex. Las importaciones de gas limpio aumentaron de 395 a 434 millones de pies cúbicos diarios entre el primer trimestre de 2009 y el de 2010, principalmente como resultado de la mayor demanda del sector eléctrico del país, según la emoresa paraestatal.

Esto corresponde a que las empresas privadas que venden energía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) generan ya más de la mitad del total que vende al público el sector estatal. Y como esta entidad produce menos, pues eso se nota en la reducción en el consumo de combustóleo. El importado pasó de 39 mil barriles diarios en 2009 a 2 mil 400 en el primer trimestre de 2010. Y la producción de Pemex, también de combustóleo, bajó en el mismo periodo de 209 mil barriles diarios a 192, o sea, 13 por ciento. La CFE produce menos, las empresas privadas, o productores independientes de energía, generan y venden más a la CFE: más de 50 por ciento del total, y bien caro.

Pemex también hace lo suyo. El conjunto de refinados a partir del petróleo también se importó más. Del primer trimestre de 2009 al mismo periodo de 2010, esta importación subió 26 por ciento. No en dinero porque haya subido el precio, sino en volumen]]: de 452 a 530 barriles diarios. Y eso a pesar de que las importaciones de combustóleo, como vimos, cayeron.

La producción de crudo siguió cayendo, pero no parejo. El crudo en total bajó 2.2 por ciento. Pero el crudo pesado (incluido el superpesado) bajó 9.4 por ciento entre el primer trimestre de 2009 y el de 2010. Esa variante sale, en su gran mayoría, de la región marina noreste, que básicamente son Cantarell y Ku-Maloob-Zaap (KMZ). Es la zona que tradicionalmente ha producido más, pero el primer yacimiento que decimos ya está en decadencia intensa, y KMZ ha subido, pero cada vez más despacio, y no alcanza ni de lejos a compensar la baja de Cantarell. De ahí que esa suma haya bajado más de 9 por ciento.

El crudo ligero aumentó 2.9 por ciento. Y el superligero 28.5 por ciento. Estas dos variedades se producen fundamentalmente en las regiones sur y marina suroeste, en buena medida en la parte de aguas poco profundas frente a Tabasco y en la zona costera y cercana del mismo estado. En esto, Chicontepec ni cuenta, sigue produciendo alrededor de uno por ciento del total nacional y sólo destaca por el número de pozos y el dineral que se gasta ahí, con puros contratos, básicamente con trasnacionales.

La información disponible no incluye el desglose de lo que llaman activos integrales. Por ejemplo, litoral de Tabasco, de la región marina suroeste. Desglosan dos pozos y los otros no desglosados son casi las dos terceras partes de la región. Lo menciono porque este activo es el que ha tenido más rápido el ritmo de producción de crudo, y más aún de gas asociado. Pero incluso sin esa subdivisión, toda esa región pasó de 512 mil barriles diarios de crudo en el primer trimestre de 2009 a 546 mil en el mismo trimestre de 2010: 6.6 por ciento de aumento. Y la zona sur, en el mismo periodo, pasó de 479 mil barriles diarios de crudo a 520 mil. Aumentó 8.6 por ciento. La producción de estas dos regiones contiguas fue, en este último trimestre, más de 40 por ciento de la producción nacional.

En general, estas dos regiones no han recibido recursos como para obtener estos resultados. Ya ni siquiera se dignan decirnos cuántos pozos se están perforando y qué otras obras se están haciendo en la producción. Sólo se hace un análisis así para tres yacimientos:

Cantarell, terminación de un pozo de desarrollo y otras operaciones. KMZ, terminación de dos pozos de desarrollo y otras actividades. Chicontepec, 226 pozos del mismo tipo y otras funciones. Pero no dicen cuántos en las zonas sur ni marina suroeste.

La información completa más reciente al respecto es de 2008. Y vimos, por ejemplo, que mientras en la región marítima suroeste se tuvieron 70 pozos de desarrollo en ocho años (2001-2008), en la región norte, donde están Chicontepec y la cuenca de Burgos, ambas con puro contratismo, fueron 3 mil 712 de esos mismos pozos.

En un Programa Operativo de Pemex para 2010, la Comisión Nacional de Hidrocarburos prevé 505 pozos de desarrollo para Chicontepec, 287 para Burgos y 12 del mismo tipo para la región marina del suroeste.

El reporte de Pemex sólo dice al respecto que el aumento de pozos en el primer trimestre se debe esencialmente a una mayor actividad en Chicontepec, y que la caída en la perforación exploratoria se debe a una menor actividad programada en los proyectos de exploración de la región sur. Lo que sí dicen es que los pozos exploratorios anuales totales bajaron de 12 en 2009 a 5 en 2010.

Si las regiones sur y marina suroeste, a pesar de ese abandono y esa escasez de perforaciones y de recursos en general, ya producen más de 40 por ciento del crudo nacional (25 por ciento en 2004), con sólo orientar a éstas 20 por ciento del dinero de Chicontepec se daría un gran paso hacia la solución de esos problemas. Mucho mejor que los optimistas discursos oficiales.

¿Por qué Arizona?

Jorge Durand

Arizona es un entidad de Estados Unidos atípica. Forma parte del legendario Far West, donde los hombres portaban y usaban pistolas para hacer valer sus derechos o pretensiones. Fue considerado como territorio hasta 1912, en que finalmente logró la categoría de Estado. El último en lograrlo, exceptuando Alaska. Ha sido una tierra de frontera, de conquista. Allí se fraguó el último acto de rapiña, dígase venta o, mejor dicho, compra del territorio nacional: una Mesilla de 76 mil 845 kilómetroa cuadrados.

Era tierra de indios indómitos: apaches, navajos, pimas; de guerreros de leyenda como Cochise y Gerónimo. También de bandidos sociales como el enigmático Joaquín Murrieta, que si no nació en Chile, debe haberlo hecho en Trincheras, en el desierto de Altar, frontera con Arizona, donde tenía parientes. La agricultura, la ganadería y las minas definen a Arizona y a sus trabajadores.

Fue tierra de refugio para los indios Yaquis que huían de la guerra que les había declarado Don Porfirio. Desde ahí contrabandeaban armas para sus hermanos que seguían en la lucha. Eran fervientes seguidores de la Santa de Cabora, que también se refugió en Arizona, ella protegía a los indios, los bendecía y animaba en su lucha contra el mal gobierno. Todavía queda un grupo de indios Yaquis en Arizona, reconocidos como minoría india por el gobierno americano que vive en Guadalupe.

En ese poblado, muy cerca de Fenix (ahora Phoenix), subsiste una plaza tan gigantesca como polvorienta. Un territorio que no ha tocado la urbanización de esta ciudad en expansión, quizá porque allí viven muchos indios y mexicanos. Allí están enclavadas dos iglesias memorables y entrañables: la pequeña capilla yaqui y la más grande española, que lleva por nombre Nuestra Señora de Guadalupe. En una se realizan ritos indios, en la otra occidentales. Guadalupe parece ser un pueblo muerto en vida, desolado y azotado por el calor y el viento. Ahora por las huestes del sheriff Joe Arpaio y sus secuaces, uno de los principales promotores e instigadores de la ley SB 1070.

Arizona tiene una larga frontera con México, que alcanza los 624 kilómetros. No obstante, la inmensa mayoría de la población de Arizona es blanca (79.8 por ciento) según la terminología y las últimas estimaciones del American Community Survey 2006-2008. Los hispano-latinos son una minoría: en 1990 era apenas 688 mil, en la siguiente década alcanzaron el millón y, finalmente, en 2006 la población latina es de un millón 877 mil 267, de los cuales son de origen mexicano un millón 681 mil 834. Sin duda se trata de un crecimiento notable de la población hispana, y sobre todo mexicana, en Arizona.

No podía ser de otro modo. Es el resultado directo de la política migratoria estadunidense que ha tenido como uno de sus principales objetivos disuadir el cruce subrepticio por medio del incremento de los costos y riesgos. La manera de hacerlo es clara y transparente. Se sellaron las tradicionales puertas de entrada por California y Texas y se desviaron los flujos hacia los desiertos de Altar y Sonora que tienen frontera con Arizona. De acuerdo con datos del Mexican Migration Project en 1990 la mayoría de migrantes irregulares mexicanos (67 por ciento) cruzaba por Tijuana, Baja California, en cambio por Sonora sólo cruzaba 9 por ciento. La situación cambió en 2003 por Sonora cruzaba 66 por ciento y por Baja California 16 por ciento.

Además de ser mayoritariamente blanca, la población de Arizona está residencialmente concentrada en el condado de Maricopa, donde viven dos tercios de la población del estado. Y es en el área metropolitana de Phoenix donde se han efectuado la mayor cantidad de operativos antinmigrantes, donde los trabajadores migrantes son visibles y por tanto perseguidos y estigmatizados, no así en las zonas rurales. Por ejemplo, no hay noticias de arrestos y redadas en el condado de Yuma, fronterizo con México y con una gran actividad agrícola. Es ampliamente conocido que la mayoría de los trabajadores agrícolas son indocumentados, pero no los persiguen porque son la base laboral estratégica de toda la industria agrícola estadunidense.

Sucede algo similar con las detenciones de tráfico. Según una investigación realizada por la American Civil Liberties Union de Arizona (ACLU), al analizar más de medio millón de infracciones, durante julio de 2006 y junio de 2007, perciben un claro sesgo que afecta a la gente de color: negros, latinos e indios americanos. También hay un sesgo importante de acuerdo con la ubicación de las carreteras, mientras que en el sur los latinos detenidos son 36 por ciento, en promedio, en dos autopistas del norte los latinos detenidos son 17 por ciento. La investigación y los datos aportados en el juicio correspondiente en una corte federal, contra el estado de Arizona, indican que hay claro sesgo en contra de los latinos. Por eso la investigación se titula “Driving While Black or Brown” que viene del código DWI “Driving While Intoxicated” que se utiliza para prevenir y perseguir a los conductores que manejan en estado de ebriedad.

Sin embargo, lo interesante del rumbo que está tomando la lucha en contra de la ley SB 1070 es que se enmarca dentro la lucha en contra de la discriminación. En Estados Unidos rigen dos principios fundamentales: se presume que todos son inocentes y que todos son iguales ante la ley. Sin embargo la ley de Arizona va en contra de estos dos principios. Si se sospecha que alguien es ilegal no se presume inocencia sino culpabilidad. Y el mecanismo para arrancar la ley pone en evidencia que se aplicará de manera discriminatoria. A los blancos de Arizona no se les va a preguntar si tienen o no papeles, eso los hace diferentes frente a la ley.

De una y otra forma se va conformando un nuevo espectro político en Estados Unidos y se va perfilando una posible alianza entre negros y latinos. Un camino tortuoso, lleno de incomprensiones y racismos mutuos. Pero los une una evidencia irrefutable y una constatación cotidiana: la pertenencia a una misma clase social y la discriminación que sufren día a día. Dos motivos, más que suficientes, para trabajar unidos y superar sus propios miedos y prejuicios.

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