Nueva York, 21 mar. 18. AmecoPres/SEMlac.-
El 80 por ciento de la biodiversidad del mundo está ubicada en zonas
rurales; el desafío de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) es
asegurar esos recursos para los pueblos indígenas, que desde tiempos
milenarios los han protegido y conservado, aseguró Joan Carling, del
Grupo Mayor de Pueblos Indígenas.
Originaria de Filipinas, donde el gobierno la persigue por
considerar que es una "peligrosa terrorista", denunció que muchas y
muchos líderes del mundo que defienden sus tierras y recursos naturales
son asesinados o perseguidos, y en ello las mujeres también han sufrido
persecución.
Hizo hincapié en que es necesario mirar a las indígenas como
personas, como seres individuales y como parte de colectivos, lo que
implica atender diferentes derechos. Recalcó que son más criminalizadas
por ser mujeres y por ser indígenas, de ahí que los ODS deben observar
sus derechos.
El desarrollo está alineado con la preservación de los recursos,
precisó Joan Carling, quien participó en la reunión "Mujeres Indígenas,
actoras clave en el logro de la agenda 2030"; sin embargo, la exclusión
de los bienes que les pertenecen no solo crea conflictos, sino que las
hace sobrevivientes.
Cuestionó el hecho de que en los OSD haya más recursos para el
crecimiento económico y que haya sido ignorada la visión holística que
plantea cómo resolver la pobreza y los derechos desde la perspectiva de
los pueblos indígenas.
Las mujeres indígenas somos las actoras del desarrollo de los
pueblos; nosotras somos las que hemos mantenido la biodiversidad del
mundo por generaciones y la vamos a heredar a las nuevas generaciones.
Esa es la gran contribución de las mujeres, y todo ello se ha hecho en
un mundo que nos quiere arrebatar los bienes de nuestros pueblos y que
nos discrimina, continuó la expositora.
Nos han echado la culpa. Nos llaman "antidesarrollo", porque usamos
los recursos de forma tradicional; si cortamos árboles para construir
nuestras casas, nos encarcelan, pero nadie actúa contra los daños que
provocan las empresas mineras, agregó.
Mujeres enfrentan discriminación y desigualdades profundas
La directora del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, Teresa
Zapata, originaria de Guatemala, planteó la importancia de hablar sobre
las profundas desigualdades, discriminación y racismo que enfrentan las
mujeres indígenas.
Luego explicó que la ruralidad es un concepto que no define
identidad. Esto, en relación con el nombre con que se determinó el
análisis de uno de los dos objetivos que se discuten en el seno de la 62
sesión de la Comisión de la Condición Social de la Mujer (62CSW) en la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Recordó también la diversidad de las mujeres indígenas que viven en
un contexto de ruralidad y destacó la relación diversa y profunda de las
mujeres y de los pueblos indígenas con el territorio y los recursos
naturales.
Kenia, las mujeres no acceden al dinero
Por el continente africano, de Kenia, participó Alice Lesepen, de la
organización Merigo Women Group, quien de forma detallada advirtió sobre
las dificultades de las mujeres de zonas rurales de su país para
obtener agua, situación agudizada por el cambio climático y la violencia
sexual y violaciones de que son objeto.
Dio a conocer que su organización ha iniciado un programa de
educación a mujeres, las únicas que procuran la subsistencia de sus
comunidades.
El dramático panorama, reveló, provoca que carezcan de agua por dos o
hasta cinco años, y cuando llueve viene en exceso provocando severas
inundaciones.
Ello también ha causado que cultivos ancestrales se pierdan, de ahí
que las propias mujeres se organizaran en pequeños grupos en busca de
soluciones.
Sin embargo, por tradición, ellas no son las dueñas de sus tierras ni
de los animales; aunque los cuiden, no pueden acceder a los beneficios
económicos. Ellas no tienen acceso al dinero.
Recalcó que en Kenia hay programas para que las mujeres puedan
acceder a recursos. El problema es que no se aplican o ellas no saben
que existen; a pesar de todo, es importante que se empoderen porque
entonces pueden exigir sus derechos.
El sistema vive una contradicción
Indira Vargas, la más joven de las ponentes, originaria de Ecuador, dijo tener dos nacionalidades: una Kichwa y otra Achuar.
Como representante de la Comisión de la Niñez y de la Juventud del
Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas también denunció
la falta de atención a las zonas rurales donde no hay ni buena
educación, salud ni agua y son las mujeres las que más sufren la
violación a sus derechos humanos.
Recalcó que al igual que en otros países, en Ecuador viven el despojo
de sus territorios para favorecer a las compañías mineras: "El sistema
está empecinado en generar riqueza; por un lado dicen que la Amazonia es
el pulmón del mundo, pero los Estados negocian a nuestras espaldas,
violando el derecho de consulta a nuestros pueblos".
Empoderamiento de mujeres, más allá de lo material
Eleonor Dictaa-Bang-oa, una de las convocantes a la reunión realizada
en la sede de la ONU y lideresa de la organización Asian Indígenous
Women´s Network Tebtebba, presentó los resultados del programa de
empoderamiento a las mujeres que viven en zonas rurales de Camerún,
Filipinas y Perú.
Cuando hablamos del empoderamiento de las mujeres indígenas no solo
me refiero a los recursos económicos, sino a la forma en que contribuyen
a la sostenibilidad de las tierras, con lo que aseguran tanto el
presente como las generaciones futuras. "Quizá les puedan parecer muy
modestos los resultados.
Nosotras hemos visto como a muchas mujeres les ha cambiado la vida",
dijo, tras explicar cada uno de los programas que emprenden en los tres
países.
Eleonor Dictaa-Bang-oa está preocupada por la persecución y amenazas a
la vida de las mujeres indígenas que defienden sus territorios y los
recursos naturales. Citó como ejemplo el caso de Bangladesh y Filipinas,
donde las defensoras de derechos humanos de las mujeres han sufrido
persecución o agresiones y violaciones sexuales.
La presidenta del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y
experta del Foro Permanente para las cuestiones indígenas, Tarcila
Rivera Zea, consideró necesario entender los desafíos que el desarrollo
implica para las comunidades rurales y para las sociedades no indígenas.
Aseguró que este enfoque es una oportunidad para toda la población.
Recalcó que las nuevas generaciones deben buscar una solución, pero
desconoce si realmente los gobiernos podrían cambiar su visión y
mentalidad para con los pueblos, cuándo solo están pensando en el
desarrollo material y económico y en la competencia para ser más
poderosos.
La reunión fue coordinada por Chandra Roy Henriksen, del Foro
Permanente de las Naciones Unidas para Cuestiones Indígenas. En su
intervención planteó el desafío más grande: asegurar que cuando cada una
vuelva a casa, realmente habrá un cambio y que los Objetivos del
Desarrollo Sustentable no sean para las mujeres indígenas que viven en
pueblos rurales solo un documento.
Foto: Archivo AmecoPress.
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Internacional – Mujeres del mundo – Ecología – Mujeres rurales – Encuentros y Jornadas. 22 mar. 18. AmecoPress.
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