Barry Meier
Sarah Edmondson dejó Nxivm después de que la marcaron como parte de un ritual secreto. Ruth Fremson/The New York Times
ALBANY, Estados Unidos – En marzo de este año, cinco mujeres se reunieron en una casa cerca de esta ciudad en el estado de Nueva York para ingresar a una sororidad secreta que, según se les dijo, se creó para empoderar a las mujeres.
Para poder ser admitidas, se les pidió que entregaran a su reclutadora —o “ama”, como debían llamarla— fotografías de ellas desnudas u otro material comprometedor, y se les advirtió que esa “garantía” podría divulgarse públicamente si revelaban la existencia del grupo.
Las mujeres, en sus treintas y cuarentas, pertenecían a una organización de autoayuda llamada Nxivm, con sede en Albany, Nueva York, y capítulos en todo Estados Unidos, Canadá y México.
Sarah Edmondson, una de las participantes, contó que le dijeron que le harían un pequeño tatuaje como parte de la iniciación, pero no estaba preparada para lo que sucedió después.
Le pidieron a cada una de las mujeres que se desnudara y se acostara sobre una mesa de masaje, mientras otras tres mujeres sujetaban sus piernas y hombros. Según una de ellas, su ama, una integrante de alto nivel de Nxivm llamada Lauren Salzman, les ordenó que dijeran: “Ama, por favor, márcame; será un honor”.
Una doctora procedió a usar un cauterizador para marcar como un herraje un símbolo debajo de la cadera, un procedimiento que duró entre 20 y 30 minutos. Durante horas, gritos y el olor a carne chamuscada llenaron la habitación.
Desde finales de la década de los noventa, aproximadamente 16.000 personas se han inscrito a cursos ofrecidos por Nxivm (pronunciado Nex-i-um), que según la organización están diseñados para traer mayor autorrealización al eliminar barreras psicológicas y emocionales. La mayoría de los participantes toma talleres; sin embargo, algunas personas se han comprometido más con Nxivm y han abandonado sus carreras, amigos y familia para convertirse en seguidoras de su líder, Keith Raniere, de 57 años y a quien se conoce dentro del grupo como “Vanguardia”.
Keith Raniere, fundador de Nxivm, en 2009 Patrick Dodson
Tanto Nxivm como Raniere han sido controversiales desde hace tiempo. Algunos exmiembros lo han descrito como un hombre que manipula a sus seguidores, tiene sexo con sus seguidoras y conmina a las mujeres a seguir dietas que casi las matan de hambre para conseguir el tipo de físico que le parece atractivo.
Ahora muchos miembros se están retirando. Entrevistas con una decena de ellos muestran a un grupo que ha ido cayendo cada vez más en prácticas perturbadoras.
Muchos exmiembros han pedido a las autoridades estatales en Estados Unidos que investiguen las prácticas del grupo, pero los oficiales se han negado a entablar acciones legales.
En julio, Edmondson interpuso una demanda ante el Departamento de Salud del estado de Nueva York contra Danielle Roberts, una osteópata certificada y seguidora de Raniere que realizaba las marcas, según Edmondson y otra mujer. En una carta, la agencia señala que no investigará a Roberts porque no estaba fungiendo como la doctora de Edmondson cuando se dice que ocurrió el herrado.
Asimismo un investigador de la policía estatal les dijo a Edmondson y otras dos mujeres en un mensaje de texto que los oficiales no darán seguimiento a su demanda criminal en contra de Nxivm porque los sucesos fueron consensuados.
Los reguladores médicos del estado tampoco actuarán respecto de una demanda interpuesta en contra de otro médico afiliado a Nxivm, Brandon Porter. Como parte de un “experimento”, Porter les mostró a algunas mujeres videos con violencia gráfica mientras una máquina que lee ondas cerebrales y una cámara de video registraban sus reacciones, según dos mujeres que participaron.
Estas dijeron que no se les advirtió que algunos de los videos eran violentos e incluían imágenes de cuatro mujeres a las que asesinaban y desmembraban.
“Por favor, investiguen esto cuanto antes”, señaló una exintegrante de Nxivm, Jennifer Kobelt, en su demanda.
En septiembre, los reguladores le dijeron a Kobelt que concluyeron que los alegatos en contra de Porter no cumplían con la definición de la agencia de “mala conducta médica”.
Raniere y otros altos mandos de Nxivm, incluyendo a Lauren Salzman, no contestaron a reiterados correos electrónicos, cartas y mensajes de texto en busca de sus comentarios. Roberts y Porter tampoco respondieron a nuestras investigaciones.
Algunos exmiembros comentaron que, dentro de Nxivm, los están presentando como desertores que quieren destruir al grupo.
Una copia de un mensaje de texto que Raniere le envió a una seguidora indica que él sabía que se estaba marcando a las mujeres y que el diseño del símbolo incluía sus iniciales.
“No estaba planeado en un inicio como mis iniciales pero lo modificaron un poco como tributo”, escribió Raniere (“si fueran las iniciales de abraham lincoln o de bill gates a nadie le importaría) [sic]”.
Uniéndose a la sororidad
Edmonson, quien vive en Vancouver y ayudó a comenzar el capítulo de Nxivm ahí, se emocionó muchísimo cuando Lauren Salzman llegó en enero para dar algunos talleres. Las mujeres, ambas iniciando sus cuarenta, eran cercanas y Edmondson consideraba a Salzman su confidente y mentora.
Durante su visita, Salzman dijo que tenía algo “realmente maravilloso” que quería compartirle. “Es un poco raro y supersecreto, y para que pueda decirte qué es necesito que me des una garantía de que no vas a hablar”, recuerda Edmondson, quien es actriz y se unió a Nxivm hace casi una década.
La propuesta sonaba como una prueba de confianza. Después de que Edmonson escribió una carta en la que detallaba intimidades del pasado, Salzman le contó sobre la sororidad secreta.
Dijo que se había formado como una fuerza para hacer el bien, una que crecería hasta convertirse en una red que pudiera influir en acontecimientos como las elecciones. Para que fuera eficaz, las participantes debían vencer debilidades que según las enseñanzas de Raniere eran comunes en las mujeres: una naturaleza exageradamente emotiva, la incapacidad para mantener las promesas y la adopción del papel de víctima, de acuerdo con Edmondson y otros miembros.
La sumisión y la obediencia serían las herramientas para alcanzar estas metas, dijeron varias mujeres. La sororidad agruparía círculos, cada uno dirigido por un ama que reclutaría a seis “esclavas”, según contaron dos mujeres. Con el tiempo, ellas reclutarían a sus propias esclavas.
“Lo planteó como un campo de entrenamiento de megacabronas”, dijo Edmondson.
Ella y otras dijeron que, durante la capacitación, se les pedía que enviaran textos a sus amas con “Buenos días, ama” y “Buenas noches, ama”. Durante los ejercicios, un ama les enviaba a sus esclavas un “?” y ellas tenían 60 segundos para contestar “Lista, ama”.
Si no cumplían tenían que pagar penalizaciones, como ayunar o recibir castigos físicos, dijeron ambas mujeres.
En marzo, Edmondson llegó a la ceremonia de iniciación en casa de Salzman en Clifton Park, Nueva York, un pueblo a unos 32 kilómetros al norte de Albany, donde viven Raniere y algunos seguidores. Después de desnudarse, la llevaron a una ceremonia a la luz de velas, donde se quitó una venda que tenía sobre los ojos y vio a las otras esclavas de Salzman por primera vez. Luego llevaron en auto a las mujeres a una casa cercana y ahí se hizo el marcado.
Sarah Edmondson es una de las mujeres que fue marcada. Ruth Fremson/The New York Times
La sororidad creció cuando se unieron mujeres a distintos círculos. Las esclavas añadían garantías comprometedoras todos los meses a cuentas de Dropbox, y se usaba un documento de Google para llevar un cronograma de reclutamiento de nuevas esclavas, según varias mujeres.
‘Los humanos pueden ser nobles’
Mark Vicente, un cineasta, había sido fiel seguidor de Raniere durante más de una década. Lo contactó la madre de Salzman, Nancy, una cofundadora de Nxivm a quien se conoce como “Prefecta”, tras el lanzamiento en 2004 de un documental que había codirigido en el que se exploraba la espiritualidad y la física.
Pronto, Vicente estaba tomando cursos que, según dijo, le ayudaron a enfrentar sus miedos y aprender estrategias que lo hicieron sentir más decidido.
También hizo un documental llamado Encender el corazón, que ensalzaba el trabajo de Raniere en México. “Keith Raniere es activista, científico, filósofo y, sobre todo, un ser humanitario”, dice Vicente en el documental.
Antes de Nxivm, Raniere ayudó a dirigir una empresa llamada Consumers’ Buyline Inc., que ofrecía descuentos a sus miembros en artículos de abarrotes y otros productos. A mediados de los años noventa, varios fiscales generales estatales la investigaron por sospechar que se trataba de un esquema piramidal; Raniere y sus socios acordaron cerrarla.
A través de Nxivm, Raniere se transformó en un maestro New Age de pelo largo que habla como un gurú.
“Los humanos pueden ser nobles”, dice en su sitio. “La pregunta es: ¿haremos lo necesario?”.
Mark Vicente y su esposa, Bonnie Piesses, ambos exintegrantes de Nxivm. Vicente confrontó a Keith Raniere sobre la sororidad secreta dentro del grupo. Ruth Fremson/The New York Times
Los seguidores comienzan a huir
En mayo, Sarah Edmondson comenzó a reconsiderar su aceptación de la sociedad secreta. Su esposo, Anthony Ames, también miembro de Nxivm, se enteró de su marcado y los dos quisieron salir.
Antes de retirarse, Ames acudió a las oficinas de Nxivm en Albany para recoger un dinero que dijo que el grupo le debía y grabó la conversación.
En la grabación, Ames le dice a otro miembro que Edmondson estaba marcada y que otras mujeres le habían contado sobre la entrega de la garantía. “Eso es un delito”, dice Ames.
Se escucha la voz de una mujer —que según Ames es Lauren Salzman— tratando de calmarlo. “Creo que no estás abierto a tener una conversación”, dice.
“Estás totalmente en lo cierto: no estoy abierto a tener una conversación”, responde. “Marcaron a mi esposa”.
Pocos días después, muchos de los seguidores de Raniere se enteraron de la sociedad secreta en un sitio web dirigido por Frank R. Parlato Jr., un hombre de negocios de la zona de Búfalo. Parlato estuvo en una larga batalla legal con dos hermanas, Sara y Clare Bronfman, integrantes de Nxivm.
Las oficinas de los Programas de Éxito Ejecutivo de Nxivm en Albany. La organización tiene capítulos por todo Estados Unidos, Canadá y México. Nathaniel Brooks para The New York Times
En 2011, las hermanas Bronfman demandaron a Parlato, a quien habían contratado como asesor, alegando que las había defraudado por un millón de dólares.
Cuatro años después, en 2015, el Departamento de Justicia levantó contra él cargos por fraude y otros delitos surgidos de presuntas actividades ilícitas, incluyendo defraudar a las Bronfman. Parlato ha negado los cargos y el caso está pendiente.
Parlato lanzó un sitio web, The Frank Report, que usa para arremeter contra los fiscales, Raniere y las Bronfman. A principios de junio, Parlato subió la primera de varias publicaciones procaces bajo el título “Esclavas marcadas y el amo Raniere”.
Recientemente, Nxivm interpuso demandas criminales ante la policía de Vancouver en contra de Edmondson y otras dos mujeres, a quienes acusa de vandalismo y otros delitos relacionados con el centro de esa ciudad, que ahora está cerrado, según Edmondson. Las mujeres han negado los cargos. Un vocero de la policía de Vancouver se negó a hacer comentarios.
Edmonson y otros exseguidores de Raniere dijeron que están enfocados en recuperarse.
“No hay un manual para dejar un culto”, dijo.
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