Gabriela Rodríguez
Bien decía Lennon que la vida
es lo que nos ocurre cuando estamos ocupados haciendo otros planes; a mí
me pasó que de pronto me estaba jubilando y pensando en lo relajante de
mis próximas décadas cuando de pronto me llegó un llamado de la patria.
Un llamado de Claudia Sheinbaum para incorporarme a su campaña y más
tarde, para venir a ayudarle a cambiar la ciudad, al encabezar la
Secretaría para la Autonomía de las Mujeres. Así las cosas hoy en Ciudad
de México, estoy integrándome a todo un gabinete que no viene a
administrar un gobierno, sino a cambiar la situación de deterioro y
violencia en que nos encontramos. Se trata de un gran reto al que le
estamos apostando al mando de una líder de la ciencia y de la política,
que se está rodeando de mujeres y hombres al más alto nivel de decisión,
rostro simbólico de un compromiso con la igualdad de género que es
señal de su voluntad política por terminar con las desigualdades
sociales.
El nuevo ciclo en el que me embarco se acompaña del cierre de la
organización Afluentes SC, la cual fundamos hace 20 años un grupo de
compañeras que habíamos decidido incidir en las políticas públicas,
pensábamos que era necesario aterrizar una agenda comprometida con la
formación de las nuevas generaciones para promover los derechos sexuales
y reproductivos, además de las libertades.
Teníamos claro que el reto era lograr un cambio cultural: no sólo
ampliar las nociones sobre el género y la sexualidad sino, sobre todo,
revisar valores y derechos humanos, cambiar costumbres y formas de
relacionarse entre las mujeres y los hombres, incidir en las decisiones
sobre el cuerpo tanto a nivel personal, como al interior de las parejas y
de las familias, repercutir para establecer una mayor participación en
redes de solidaridad y en procesos comunitarios e institucionales para
construir colectivamente nuevas formas de convivir. Se trataba de un
reto a mediano y largo plazos que pudiera infuir en la sexualidad de las
nuevas generaciones.
Nos propusimos enfocar nuestros proyectos en torno a la Educación
Integral de la Sexualidad (EIS), generando estrategias para incidir en
políticas públicas y en los planes de estudio, en la sensibilización de
tomadores/as de decisión y en la capacitación de quienes trabajan con
adolescentes y jóvenes; queríamos también llegar a los ámbitos rurales,
indígenas y urbano; producir materiales educativos específicos para
estas audiencias tan distintas, piezas de comunicación atractivas que
movilizaran las actitudes y los valores en torno al género y la
sexualidad. Se hacía necesario, además, traducir los nuevos conceptos en
términos comprensibles y en acciones directas, en programas que
pudieran realizar las instituciones. Faltaba también analizar y utilizar
los resultados de las investigaciones que venían realizando las
universidades sobre el género y la sexualidad, como punto de partida
para diseñar programas que respondieran a los problemas y necesidades
relacionados con la vida sexual y reproductiva de las/os adolescentes y
jóvenes de nuestro entorno.
En cuanto a nuestro nombre, elegimos Afluentes por ser un símbolo que
evoca corrientes de agua que confluyen en el mar o en los grandes ríos,
el agua sobre la tierra que rellena las cavidades y se adhiere
firmemente como la sociedad humana frente a intereses comunes. Como una
metáfora que sugiere la búsqueda de solidaridad y la convergencia de
ideas. Afluentes es una idea en movimiento, una noción tan cambiante y
fluida como la sexualidad: en cuanto queremos definirla se nos escapa,
como el agua entre las manos.
Y es que el discurso religioso que produjo el cristianismo en el
antiguo régimen se ha venido traduciendo a un lenguaje secular, pero no
ha dejado de ser una reproducción incesante de regulaciones y centros de
disputa entre jóvenes y viejos, entre mujeres y hombres, entre
poderosos y débiles. Hoy esas disputas se expresa en formas más crueles
de violencia: acoso en las calles y medios de transporte, feminicidios
por doquier. Hoy asesinaron a la hija de una compañera diputada de
Morena, mis condolencias a Carmen Medel. ¡Todas y todos estamos llamados
a cambiar esta situación!
Twitter: Gabrielarodr108
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