La pobreza nos ha llevado a este nivel: Yanina Romero
“La
solidaridad no se condiciona”. Con esa frase del pensador cubano José
Martí, resumió la periodista hondureña Yanina Romero su determinante
decisión de cambiar su vida para convertirse en la vocera de los pobres.
Confiesa: “no sabía que tenía tan intrínseca en mi sangre la
solidaridad como para hacer a un lado el periodismo y sumarme al éxodo
migrante con un propósito: vigilar que se respeten los Derechos Humanos
de mis compatriotas que viven en condiciones vulnerables en Honduras y
que van en condición sumamente vulnerable en el éxodo”.
Y “aquí estoy presente porque son mis compatriotas, son mis hermanos centroamericanos y cómo no apoyarlos”.
Hace 15 días llegó a México, precisamente a Arriaga, Chiapas, para
intentar ver a sus compatriotas retenidos en estas zonas de albergue o
zona de detención donde “fue imposible verlos porque resultó un poco
agresiva la policía mexicana y las autoridades encargadas de esos
centros”.
Entrevistada a su paso por Matías Romero, Oaxaca, Yanina Romero
reconoce que “hacer periodismo en Honduras no es fácil para ningún
periodista, pero para ningún hondureño como lo sintetiza una agencia
internacional:
“Es que en Honduras todos estamos en riesgo por la violencia, en
riesgo por la falta de oportunidades, en riesgo por la impunidad y, por
supuesto, un poder muy arraigado que no le permite a la gente expresar a
la gente lo que piensa y lo que quiere es aspirar a tener condiciones
más dignas de vida”.
Reconoce que muchos periodistas han sido asesinado en ese país
centroamericano al manifestar que “Honduras está en la lista, después de
México, donde se asesinan más comunicadores sociales, eso es
indiscutible, no lo podemos negar.
Y pese a que hay una ley que dice para protección de periodistas y
abogados, se sigue atacando a la gente que protesta en el interior del
país, sobre todo con el tema del extractivismo, que es una de las
principales causas de la emigración porque cuando llegan estas empresas,
despojan a la gente de sus territorios y ¿qué le toca a la gente?
migrar.
Considera que este éxodo es resultado del “fracaso del sistema
neoliberal, del neocolonialismo que colapsó en nuestros países y ni
Centroamérica, ni México ni los países de América Latina están exentos
de eso y hay grandes responsables, los que deciden en el norte, los del
G-16 y G-8”.
Al final, agregó, estos grandes países “están interesados en
desaparecernos para quedarse con nuestros recursos y no permite la
sobrevivencia humana y que se mantengan la cultura y buenas costumbres.
“Seguimos siendo comunidades o colectivos indígenas que van a seguir
peleando su patrimonio y que van a seguir cuidando lo que les pertenece
porque era de los mayas, de los aztecas y porque van a seguir siendo de
ellos”.
Opinó que durante este éxodo lo que ha visto es “mucho dolor,
impotencia, desesperación y demasiado aguante de los hondureños. No es
fácil, salieron desde el 13 de octubre, han aguantado mucho sol, lluvia y
discriminación”.
“Me ha tocado ir a hoteles donde como india hondureña me han cerrado
la puerta, entonces, imagínate si esto le pasa a una profesional que
anda reglamentada, qué no le pasa al que anda con ropa sucia, con
zapatos echados a perder y que huye.
El éxodo es huir de la tierra donde no tienen oportunidades y no puede vivir”, puntualizó.
Al preguntarle qué dejó en Honduras para acompañar a sus connacionales, se le humedecieron los ojos al cambiar su vida.
“Tengo una mamá, un papá, muchos hermanos, una iglesia, trabajo, un
hijo de 20 años, una hija de 17 años. Mi hijo me dijo mamá eres mi héroe
y eso significa que ellos están orgullosos de que he dejado la
comodidad para sumarme a una situación que estos hermanos no habían
planificado, pero que la necesidad y la violencia en sus comunidades los
obligó a escapar”.
Y “ahora asumo con mucho más compromiso el reto de decirle al mundo
de que en Honduras es un delito ser pobre, que se criminaliza a los
jóvenes, se criminaliza a los líderes sociales, se criminaliza a las
mujeres y no tenemos derecho a la vida”.
Finalmente, mencionó que “el pasado 29 de agosto, la Comisión de
Acción Social menonita con la Pastoral de Movilidad Humana que dirige
monseñor Ángel Garachana, en la ciudad más importante de Honduras, donde
más del 63 por ciento de la economía mantiene al país, San Pedro Sula,
donde tuvimos un foro con más de 120 organizaciones y no se presentaron
las autoridades pese a que estábamos hablando de temas del por qué
migran”.
Lamentablemente la prensa y los medios de comunicación tocaron el
tema “suavecito” cuando la Iglesia ya advertía de una bomba de tiempo
que va a explotar en cualquier momento y no pasaron ni siquiera dos
meses cuando la bomba estalló.
Al salir el éxodo, le preguntaron a monseñor Garachana ¿usted cree
que hay líderes políticos? A lo que respondió: ¿por qué buscan
culpables? ¿por qué no se revisan ustedes, y se preguntan qué han hecho?
Ahora, “nosotros solo podemos caminar en solidaridad con nuestros hermanos, no podemos juzgarlos. ¡Quiénes somos para juzgarlos!
“Esa situación se viene dando desde el 2014. Estamos atendiendo una
emergencia de deportaciones desde el 2014, decretada en junio por Barak
Obama y no hicieron nada las autoridades”.
Entonces, abundó, “lo que tenemos que resolver son los problemas de
impunidad, desigualdad social, porque es la pobreza la que nos ha
llevado a este nivel, una pobreza en la que tienen responsabilidad los
medios de comunicación de Honduras, la empresa privada y un sector de la
Iglesia que calla y que es aliado del grupo de poder que desde hace más
de 30 años nos mantienen sometidos en la pobreza e indiferencia”.
Para rematar dijo que “como he ejercido con tanta pasión el
periodismo, no puedo estar de otro lado más que del lado de los pobres”.
Foto retomada del portal de noticias Página3.mx | Pedro Matías
Por: Pedro Matías
Cimacnoticias/Pagina3.mx | Oaxaca, Oax.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario