Poca denuncia y nula sanción
Un
informe de la organización defensora de Derechos Humanos, Human Rights
Watch, publicado la semana pasada, sugiere que la violencia sexual en
Corea del Norte podría llegar a considerarse “endémica” en esta
sociedad.
El documento titulado “Lloras por la noche y no sabes por qué”, junta
los testimonios de 54 personas que lograron huir del país asiático
desde 2011, año en que asumió el poder Kim Jong-Un. La organización da
cuenta que los abusos sexuales y el contacto sexual no deseado son tan
frecuentes en Corea del Norte que las mujeres los perciben como parte de
la vida habitual.
Oh Jung Hee, una comerciante que vendía ropa en un mercado de Hyesan,
ciudad fronteriza con China, contó que muchas veces, los guardias del
mercado le pedían sobornos, y a veces la obligaban a acostarse con
ellos. “Fui víctima muchas veces”, narró Oh, ahora a sus 40 años dice
“me llevaron a un cuarto vacío fuera del mercado ¿Qué podía hacer yo?
Nos consideran juguetes sexuales. Estamos a su merced.”
Oh relató que nunca denunció estos casos y que pensó que no existía
medio para parar los abusos excepto evitar estar a solas con los
guardias o tratar de pasar desapercibida. “Aunque la violencia sexual y
de género es una preocupación global, cada vez más indicios sugieren que
es endémica en Corea del Norte”, indicó el informe.
Corea del Norte es considerada una dictadura totalitaria socialista
bajo el mandato de Kim. Tiene aproximadamente 25 millones de habitantes y
según la ideología nacional, mujeres y hombres son iguales. Sin
embargo, el informe destacó que los valores patriarcales del
Confucianismo (religión oficial) siguen profundamente arraigados en la
sociedad.
Típicamente, la posición de las mujeres es inferior a la del hombre, y
ellas tienen que subordinarse y mantenerse “puras”. Niñas y niños
crecen con muchos estereotipos de género, por ejemplo que las niñas no
pueden resistirse a abusos y en caso de ser víctimas, tienen que
sentirse avergonzadas.
Al mismo tiempo, no existe educación sexual, y las personas
entrevistadas dijeron saber poco de salud reproductiva, enfermedades
transmitidas sexualmente, embarazo, o anticonceptivos. “Mujeres a menudo
son incapaces de identificarse como víctimas de violencia sexual,
abuso, explotación, o violación”, indicó el informe.
Human Rights Watch subrayó que el Estado norcoreano no protege a las
mujeres. En julio de 2017, el gobierno relató ante la Comisión de
expertas de la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer, por sus siglas en inglés), que
9 personas fueron condenadas por violación en todo el país en 2008, 7
en 2011, y 5 en 2015.
“Mientras oficiales de Corea del Norte parecen pensar que estas
cifras absurdamente bajas muestran que el país es un paraíso sin
violencia, en realidad son una muestra de su fracaso total de abordar la
violencia sexual en el país”, concluyeron las y los autores del
informe.
Relataron el caso de Kim Sun Young, una campesina de una provincia
del norte quien fue repatriada después de su primer intento de escapar a
China, en 2012. Contó que sufrió violencia sexual de parte de un
policía secreto en un centro de detención: “El oficial me violó. Me
interrogó, paró de hablar, y se acercó. No podía hacer nada, me sentí
asustada y oprimida.”
Ella tampoco denunció el caso diciendo que era “inimaginable”. “Cada
vez que veía autoridades, mi corazón empezaba a latir fuerte, mis
piernas temblaban. Intenté no moverme, no hablar y mirar hacia abajo
para pasar desapercibida”.
Varias de las norcoreanas citadas en el informe dijeron que cuando
una violación se hizo pública en su comunidad, era común echar la culpa a
la víctima, y que para estas mujeres fue difícil soportar la
estigmatización.
En cambio, los hombres entrevistados dijeron que consideraban normal
que las mujeres les prestaran favores sexuales cuando ellos así lo
deseaban. Goh Myun Chul, un expolicía secreto de alto rango, contó a
Human Rights Watch que en la primera década del siglo, solía hacer
fiesta en un hotel en la capital con sus colegas, una vez al mes.
“A cierta hora de la noche, cada uno seleccionaba su actriz favorita,
para que los empleados del hotel nos la trajeran. A quien quiera que
escogimos, estuvo en nuestra habitación una hora más tarde. Nadie nos
rechazó, yo pensé que eran felices que las llamáramos porque teníamos
mucho poder e influencia.”
Otras personas entrevistadas opinaron que la estructura jerárquica de
la sociedad norcoreana facilita el abuso por parte de autoridades. Las
recomendaciones de Human Rights Watch hacia el gobierno de Corea del
Norte fueron reconocer el “problema generalizado de violencia sexual
contra mujeres y niñas”, empezar a investigar los casos, y reformar el
código penal para criminalizar todas las formas de violencia sexual.
Concientizar a agentes del Estado, fuerzas armadas, empleados de
empresas públicas y demás, que estos crímenes serán investigados, instar
a crear una base de datos sobre violencia sexual en el país y crear
servicios de salud y acompañamiento sicológico para las sobrevivientes,
son otras de las recomendaciones.
La organización llamó a los gobiernos de los Estados vecinos e
instituciones internacionales a vigilar que el Estado norcoreano
implemente las reformas indicadas.
Ilustración de Choi Seong Guk, retomada de la página de HRW
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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