La Jornada
El Senado de la República
aprobó ayer modificaciones a las leyes generales del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), a fin de que ambas
instituciones reconozcan el derecho de las derechohabientes a transferir
a sus parejas su pensión en caso de fallecimiento, así como la garantía
de que los cónyuges asegurados extiendan cobertura de seguridad social a
sus parejas cuando son del mismo sexo.
Aunque el matrimonio igualitario fue legalizado ya en más de 12
entidades y, mediante un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en todo el país, aunque en el resto de los estados las parejas
del mismo sexo que desean casarse enfrentan trabas administrativas y se
ven obligadas a interponer un proceso judicial para lograr su propósito.
Por lo demás, a falta de una reforma a todas luces necesaria e
indebidamente postergada por las anteriores legislaturas, diversos
puntos de la legislación nacional deben ser reformados a fin de evitar
la discriminación a los matrimonios del mismo sexo; tal es el caso con
las leyes que fueron modificadas ayer por el Senado. Falta que la Cámara
de Diputados ratifique los cambios, y es de esperarse que lo haga en
breve.
Un aspecto a destacar es el hecho insólito de que la minuta
correspondiente fue aprobada por unanimidad por los legisladores de
todos los partidos, en lo que constituye un indicio claro de los nuevos
tiempos y del avance de una civilidad acorde con los valores morales y
sociales que se han abierto paso en décadas recientes, resultado de las
luchas de quienes integran las minorías sexuales en contra de la
discriminación y por su aceptación en la sociedad como personas con
plenos derechos.
A pesar de las resistencias de sectores moralistas, y aun
cavernarios, los derechos de género y reproductivos se han abierto paso
en México, casi siempre empezando en la capital del país, pero debe
reconocerse que falta mucho por hacer en este ámbito y muchas y muy
graves injusticias enfrentan las mujeres y los integrantes de la
diversidad sexual, injusticias no sólo presentes en leyes y códigos como
los referidos sino, sobre todo, en hábitos y actitudes, tanto
institucionales como sociales, que deben ser erradicados.
En suma, la reforma a las leyes del IMSS y del Issste aprobada ayer
en el Senado es un paso en la dirección correcta, si el país aspira a
construir una realidad social democrática, moderna y libre de
discriminación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario