¡Clic! ¡Clic! ¡Clic!
Puño izquierdo en alto, el presidente electo, Andrés Manuel López
Obrador, y el dirigente magisterial de Michoacán Víctor Manuel Zavala
sonríen satisfechos a la cámara. El encuentro ha terminado.
Apenas unos minutos antes, el futuro jefe del Ejecutivo había dicho a
los 40 integrantes de Comisión Nacional Única de Negociación (CNUC) de
la disidencia magisterial:
Yo le tengo un gran respeto a la CNTE, lo único que quedó después del vendaval neoliberal. Todo lo demás, no resistió. Acabaron con los sindicatos independientes y democráticos, como el SME. Ya nada más quedan ustedes. Yo les tengo un gran aprecio.
Y, ya encarrerado, los invitó a su toma de posesión el próximo primero de diciembre. A siete representantes,
porque no se puede a todas las secciones, les aclaró.
La fotografía, captada el pasado 28 de octubre, es testimonio de una
reunión inédita. El encuentro oficial de la CNTE y un futuro jefe del
Ejecutivo, por primera vez en casi cuatro décadas de vida de la
organización. En un acercamiento previo, apenas un día antes, siete
miembros de la dirección política nacional del magisterio democrático,
se habían reunido con el presidente electo.
Ambas reuniones, pero especialmente la segunda, transcurrieron de
manera fluida en un clima de calidez y respeto. Los maestros fueron, a
un tiempo, firmes en sus convicciones y planteamientos, y cuidadosos en
el trato. Nada que ver con la imagen de un grupo rijoso e intransigente
que ciertos medios han fabricado sobre ellos. López Obrador fue directo
en sus propuestas y cercano en su trato. Su discurso fue el de un aliado
interesado en pactar acuerdos al tiempo que guarda su autonomía,
colocando sus cartas sobre la mesa.
AMLO se reunió con la coordinadora antes de hacerlo con Juan Díaz de
la Torre y la dirección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), y con Elba Esther Gordillo y Maestros por México
(M×M). Pero eso no significa que haya escogido a la CNTE como su único
interlocutor entre los docentes. Por ello, les pidió no cerrarse a la
participación de otras organizaciones del magisterio. Se requiere –dijo–
la reconciliación. Vamos a buscar ese acuerdo. Es un proceso.
“El gobierno –señaló– no va a tener sindicatos ni líderes favoritos.
Va haber democracia sindical. Los dirigentes van a ser los que elijan
los trabajadores. Serán reconocidos los dirigentes que surjan del
proceso democrático, en elecciones limpias y libres. Es democracia.
Democracia en el sindicato, democracia en la familia, democracia en la
sociedad. Democracia como forma de vida. Lo hacemos por convicción. No
por hacerles la barba.
“No tenemos –aseguró– compromiso con la maestra Elba Esther ni con
Romero Deschamps ni con Napoleón (y es senador nuestro). Lo apoyamos
porque lo persiguieron. No va a haber charrismo sindical, ni de derecha ni de izquierda.”
El presidente electo propuso a la CNTE establecer una mesa de
trabajo para alcanzar, antes del primero de diciembre, un primer acuerdo
general sobre cuestiones básicas, y luego resolver los asuntos
pendientes a lo largo de seis meses. Designó un equipo de enlace
integrado por él mismo, Esteban Moctezuma (como secretario técnico),
Olga Sánchez Cordero, Luisa María Alcalde y Julio Scherer.
Entre los puntos de inmediata resolución se encuentra la cancelación de la evaluación:
se quita. Eso ya se acabó, les señaló. También, la derogación o abrogación de la reforma educativa; la desaparición del INEE; la reincorporación de los cesados al servicio; la liberación de los maestros detenidos por su participación en el movimiento; la atención a las víctimas de Nochixtlán, y la democracia sindical. Entre los asuntos que se abordarían en la segunda fase del diálogo se encuentran problemas con el Issste y las pensiones y un plan de formación para el magisterio.
Lo único que nos vamos a reservar, es lo de la nómina del gobierno federal. Es el instrumento que vamos a utilizar, advirtió.
“Vamos –les anunció López Obrador– a recoger los puntos de vista de
ustedes sobre contenidos educativos. Se van a fortalecer las escuelas
normales. Se va a reabrir El Mexe. Vamos a invertir en becas, como
nunca. Van a recibir becas en todos los niveles de escolaridad alrededor
de 10 millones de estudiantes.”
Ambas reuniones sirvieron para aclarar varios malentendidos. Por
ejemplo, el presidente electo suponía que la CNTE tiene varios
legisladores en las Cámaras. Sin embargo, esto no es así. Los maestros
que hoy ocupan una curul no representan a la coordinadora ni pueden
hablar en nombre de ella. Están allí como parte de Morena, no del
movimiento magisterial.
Los encuentros del 27 y 28 de octubre anuncian importantes
transformaciones en el campo educativo. De entrada, una modificación
sustancial de las relaciones entre el Estado y los maestros, cuyas
líneas generales están aún por definirse. Y, por supuesto, un nuevo
modelo pedagógico. Anticipan, también, una refundación del SNTE, un poco
en la dirección del pacto que le dio origen en 1943.
Twitter: @lhan55
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