En el sexenio encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto se invirtieron 6 mil 500 millones de pesos para regionalizar los trabajos de inteligencia y ubicar a los objetivos generadores de violencia; sin embargo, la situación de inseguridad continúa.
Además del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) se creó un Centro Nacional de Fusión de Inteligencia y cinco centros regionales: Centro, Occidente, Noroeste, Sureste y Noreste.
Integrados por funcionarios de Gobernación, de la Comisión Nacional de Seguridad, la Policía Federal, el Cisen, Defensa Nacional, Marina Armada de México y Procuraduría General de la República, se encargan de concentrar información e integrar cuerpos de inteligencia para reforzar la coordinación contra el crimen.
Con la nueva administración federal se desconoce si la Agencia Nacional de Inteligencia –que sustituirá al Cisen– incorporará o desaparecerá a los centros que fueron equipados con tecnologías de última generación.
De incorporarlos, estarían dentro de la nueva agencia de inteligencia que dependerá directamente de la secretaría de seguridad y protección ciudadana, misma que también coordinará y establecerá mecanismos para contar oportunamente con la información de seguridad pública y nacional.
De acuerdo con la iniciativa de Morena que reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la secretaría tendrá funciones en cuanto a la prevención del delito, administrar el sistema penitenciario federal y proponer programas de protección civil en caso de desastres naturales.
El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 del actual gobierno contempló los centros de inteligencia como parte del eje rector México en Paz, que tenía como base el fortalecimiento social, elaboración de productos para el combate a la violencia y la delincuencia, además de reducir los índices de inseguridad; situación que no sucedió, puesto que el sexenio terminará con más homicidios que los ocurridos una administración anterior.
Uno de los Centros Regionales de Fusión de Inteligencia se instaló en Nuevo León para coordinar los trabajos en la región Noreste, que comprende los estados de Coahuila, Durango, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.
Pero la violencia continúa por la disputa que hay entre los grupos que operan en Tamaulipas, como el cártel del Noreste que encabeza Juan Gerardo Treviño Chávez, alias Huevo Treviño.
Por otra parte, el Centro de la región Sureste –Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán– fue instalado en Iguala, donde también la violencia no cesa.
Dennis A. García
Periódico La Jornada
Jueves 8 de noviembre de 2018, p. 14
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