Pantalla nómada
Alan Rodríguez
▲ Prospect Cottage, en Gran Bretaña, hogar del cineasta Derek Jarman.Foto Alan Rodríguez
Hay libros que llegan
a ser un refugio. Un lugar donde podemos evadirnos de aquello que nos
inquieta. En otros casos, son el punto de partida para despertar una
pasión, tal vez encaminar un destino. Fue el caso del cineasta Derek
Jarman, a quien, a los cuatro años, un libro eduardiano de jardinería le
animó a dibujar y despertó su entusiasmo por las flores.
Con el tiempo, Jarman se convirtió en destacado pintor de su
generación. También en el realizador inglés más opositor al régimen
thatcherista durante el último cuarto del siglo pasado, así como en
líder activista, devoto jardinero y destacado diarista. Sus libros son
modelo de todo su arte porque en ellos se expande una escritura
auténtica y transfronteriza.
Por eso hay que celebrar la edición en español de Naturaleza moderna
(2019), quizás el mejor de sus diarios, con traducción de Hugo Salas y
prólogo de Olivia Laing, ferviente admiradora del libro. Publicado
originalmente en 1991, el volumen es una mezcla de mitología personal,
poesía elegiaca, ensayismo histórico, ruleta de recuerdos, tratado
botánico y crónica de su tiempo.
Aquí habla un Derek Jarman muy recogido en su persona, entre 1989 y 1990, cuando también filmaba su película The garden (1990).
Pasaba los días en Prospect Cottage, una cabaña en la desolada costa de
Dungeness, en los confines de la tierra, donde había hincado su jardín,
uno de los más visitados hoy en Gran Bretaña. Enfermo de sida, se
acercaba a su muerte.
El título proviene de una conciencia adoradora de los placeres
terrenales, de un amor profeso por la naturaleza, al que el autor enlaza
con la propia experiencia. Así, el texto describe el devenir personal a
los ojos de un naturalismo romántico. Plasma un cosmos de entramados
cíclicos, precisos y eternos. Un mundo de una belleza que motiva el
espíritu y el alzamiento de los sentidos.
Al igual que el resto de sus diarios, resulta un válvula para vaciar
la tensión de un artista homosexual con su época y con la precariedad
con la que debió consolidar su arte:
¿Qué propósito tuvo mi libro? ¿He sido un fugitivo de mi pasado? ¿Me he condenado a mí mismo a prisión aquí? ¿Cómo puedo celebrar mi sexualidad harto de tanta locura, y frustración por lo que he perdido? ¿Cómo han sido dañadas mis películas? Miro el dinero en efectivo chapoteando alrededor de mis contemporáneos.
En este diario la voz de Jarman se expresa en un tono más sereno a diferencia de, por ejemplo, At your own risk (1992) en el que se muestra más punzante con el tema de su sexualidad. O bien, Kicking the pricks (originalmente titulado The last of England, 1987) que despide esquirlas de disidencia política y social.
La edición de Caja Negra tiene el gran acierto de agregar
notas a pie de página a un libro plagado de nombres, eventos y
referencias que no resultan familiares para el público no británico.
También incorpora un glosario botánico y otro zoológico que permiten
acceder al versado manejo de estos temas por parte del artista fallecido
en 1994.
Su formación como historiador conce-de al cineasta herramientas para
una visión más amplia y crítica que la que despliegan otros diaristas,
que dan testimonio a partir de su sola experiencia. De ahí que este
volumen resulte inspirador, tanto que en diciembre de 1993 la compañía
teatral De Parade montó en Bruselas un monólogo tomado de este cuaderno
de notas.
Por eso, Naturaleza moderna es una lectura con la que hoy
podemos cobijarnos. Encierra una gran enseñanza para la calma aun
viviendo presa de la enfermedad. En sus páginas brilla la tintura que
abrasa la vida. En su líneas se discurre con una lucidez expuesta con
arreglo poético. Su lección más valiosa tiene aplicación en nuestra
realidad incierta como civilización. Porque, tácitamente, nos dice que a
pesar de la contingencia y el miedo, hay que enfrentar la aurora con
serenidad.
Twitter: @kromafilm
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