5/18/2016

El Estado es una ficción, quien tiene todo el poder son los dueños de la riqueza: antropóloga Rita Segato


    
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(17 de mayo, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Los Estados de América Latina no están protegiendo a las personas, ni siquiera tienen el control de los “señores de la riqueza”, en ese contexto, Ayotzinapa, es un caso de extrema violencia que se puede repetir en cualquier parte de la región porque la institucionalidad estatal es una ficción, pues no puede controlar a las grandes empresas y sus intereses, declaró la antropóloga argentina Rita Laura Segato.
El llamado imperio de la violencia o del desorden -que en ocasiones es provocado por intereses económicos- ha provocado hechos como la desaparición de 43 normalistas. De hecho, la experta mencionó que una de las líneas de investigación del caso Iguala, la que habla del quinto autobús, expone que hubo un interés financiero que pudo ocasionar la desaparición de los estudiantes.
“La imperio del desorden, es lo que estamos experimentando. No sólo en Ayotzinapa, sino en todo el contiene. El golpe de estado que acaba de ocurrir (en Brasil), es un fenómeno de dueñedad, o sea, el mundo hoy como nunca  antes está siendo cambiado de una forma muy acelerada en un mundo de dueños”, comentó Laura Segato.
“Yo le llamo a esta etapa que estamos viviendo, la fase apocalíptica del capital, porque es tan grande la concentración de riqueza que no hay institucionalidad que la pueda controlar, o sea, no existe institucionalidad estatal que pueda controlar el poder de los dueños. Hay una refeudalización de la vida. Y que puede controlar las fronteras, como lo vemos con los offshore. Todo eso es una clara evidencia que el estado es una ficción y que toda institucionalidad es ficcional en este momento, por el extremo grado de acumulación de riqueza. Estamos frente a un mundo de dueños, y en esa realidad sólo hay desigualdad”, agregó la experta en antropología, quien acompañó casos de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez.
El antropólogo colombiano Alejandro Castillejo criticó que en los estados de América Latina tienen un control sobre los conceptos de justicia, la verdad y la reparación,  pues en lugar de darles la dimensión, son usados como artefactos políticos y económicos, lo que provoca una “domesticación” (minimización) de graves problemas, como las violaciones a los derechos humanos.
Castillejo explicó que los estados atienden problemáticas siempre y cuando se tenga una reconciliación con la víctima, lo cual no permite que existan “víctimas que se salgan del marco de lo que se supone tiene que decir y exigir del estado”.
“El discurso de la justicia, verdad y reparación puede ser fácilmente muy limitado, para tratar de entender otras formas de violencia muy específicas”, dijo el antropólogo, quien es integrante de colectivos de búsqueda de desaparecidos, fue miembro de la Comisión de la verdad en Chile y ha estado cerca del problema de la guerrilla en Colombia.
Castillejo explicó que es importante conocer los lenguajes del dolor que se instauran en una sociedad, pues existen hechos de horror que no pueden ser pronunciados, pero cuando un estado o la sociedad les asignan un nombre, entonces los minimiza y puede restarle responsabilidades al estado.
“Es muy importante entender que hay lenguajes del dolor, y que por lo tanto, esos lenguajes definen las condiciones de enunciación de lo decible. Esto en pocas palabras, es que estos procesos de justicia, verdad y reparación, estas leyes que los instauran, estos lenguajes que se ponen sobre la mesa, permiten que unas cosas se digan y otras cosas no se digan”, aclaró, ejemplificando que, una víctima cuando no perdona al estado entonces no se le brindan el mismo acceso a la justicia, verdad y reparación.
Ambos expertos expresaron sus posturas durante un foro realizado en el Instituto de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde ambos coincidieron que existen hechos violentos en América Latina que no pueden ser siquiera nombrados.
Por su parte, Ximena Antillón de Fundar detalló a Revolución TRESPUNTOCERO que los expertos lograron contextualizar la lucha a la justicia y la verdad en América Latina, donde a diario se viven casos de extrema crueldad.
“Es enfrentarse a los mecanismos de impunidad, de simulación y significa que los familiares tiene que dedicarse totalmente estar en contra de estos procesos. Eso es lo que nos han contado los familiares de los 43 normalistas, que desde el 26 o 27 de septiembre (de 2014) han tenido que dejar sus casas, sus trabajos y tuvieron que cambiar su vida para buscar a sus hijos”, detalló Antillón.
La activista agregó que una forma de luchar contra los mecanismos de impunidad es ir conociendo e investigado información de diversas áreas, como fue en el caso de Ayotzinapa, donde muchas organizaciones tuvieron que estudiar sobre ADN nuclear, ADN mitocondrial para oponerse a la “verdad histórica”.
“Investigar es uno de los recorridos para llegar a la verdad. Sobre la justicia, un compañero que sus familiares fueron desaparecidos, nos contó que él ya no sabía qué era la justicia, él quería decir que quería que se castigara a los culpables y se supiera cómo fueron los hechos, pero además pensaba en cómo pensamos en justicia cuando hay una herida histórica, cómo pensamos la justicia cuando hay desapariciones, cómo podemos pensar en justicia cuando queremos que no se repita o que la experiencia de la víctima sea escuchada. Ahí hay una problematización de la justicia y esos mecanismos de impunidad. Sobre la reparación, pues en muchos lugares de América Latina ha sido un logro, frente al reconocimiento de la responsabilidad del estado en crímenes sistemáticos, masivos”, detalló Antillón.

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