Cesáreas, maltratos físicos y verbales, comunes en Argentina
La violencia de género también se sufre en la sala de partos. Más de 50
por ciento de las mujeres no están informadas acerca de lo que los
médicos harán en su cuerpo y en el de sus hijas e hijos durante y
después de dar a luz.
Luego de encuestar a casi tres mil mujeres, el argentino Observatorio de
Violencia Obstétrica (OVO) aseguró que los resultados son alarmantes.
“Si no empezábamos a revelar los números seguíamos siendo anécdotas”,
dijo Julieta Saulo, una de las fundadoras.
Más de la mitad de las madres se sintió en peligro, padeció el trato
deshumanizado y fue criticada por sus actitudes: como por ejemplo llorar
o gritar de dolor.
El 70 por ciento no pudo elegir una posición para parir que le fuera
cómoda. Las acostaron en camillas, las conectaron a sueros y cables, sin
siquiera poder moverse. Los bebés apenas tuvieron un primer contacto
con sus mamás al nacer, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS)
dice que no hay que separarlos.
Pero ellas desconocían esa información y no preguntaban. Decían “el
médico sabe lo que hace” y entregaban toda su confianza a quienes
traerían a su descendencia al mundo. “Hay un cortocircuito entre conocer
nuestros derechos y hacerlos valer”, explicó Violeta Osorio, integrante
de la agrupación Las Casildas durante la presentación de los resultados
en el Museo Nacional del Cabildo, en esta capital argentina.
Uno de los datos en los que se hizo más hincapié en la charla fue que 46
por ciento de los nacimientos son por cesáreas: la OMS cree conveniente
que la cifra no exceda el 15 por ciento de los casos.
Según los resultados del OVO, los institutos privados son los que más
realizan esa práctica. “Hay una intervención sistemática en el parto
fisiológico que es negocio redondo para los profesionales de la salud”,
apuntó Ester Azzola, integrante del Observatorio.
Las cesáreas tienen consecuencias: condicionan a las mujeres para sus
próximos embarazos, e influencian su vida sexual y reproductiva.
El sistema médico tiene una manera más perversa de lucrar: el servicio
de neonatología. La semana media de gestación es demasiado temprana.
Muchas de las encuestadas marcaron el nacimiento en la semana 36.
Esos bebés necesitaron asistencia médica porque no estaban listos para
enfrentar la vida fuera del útero materno. “Son obligados a nacer antes
de tiempo por el modelo médico mercantilista”, dijo Osorio. Pero eso no
es todo: algunos son revisados por neonatólogos aunque no lo necesiten.
Los altos niveles de medicación con oxitocina sintética o la anestesia,
administrados sin pedir consentimiento; los tactos vaginales hechos por
más de dos personas; las prácticas prohibidas que ponen en riesgo la
vida como la “Maniobra de Kristeller” (en la que se empuja la panza para
apurar la salida del bebé) o el uso de fórceps (donde el médico utiliza
pinzas para ayudarse); la inducción del parto a través de la rotura de
bolsa artificial que puede ocasionar complicaciones; el corte del cordón
umbilical antes de tiempo, y el “tratamiento” inmediato que recibe el
bebé.
Para el OVO, la dignidad, la autonomía y los Derechos Humanos están
siendo violentados. “El relato siempre es el mismo, sólo cambian el
escenario y los actores”, abundó Julieta Saulo.
Según el OVO, Argentina está muy avanzada en las leyes que protegen a
las mujeres de la violencia obstétrica, como la 26.485 –de protección
integral a las mujeres– que integra también la violencia física, sexual,
psicológica, económica y laboral, y la 25.929 de protección del
embarazo y del recién nacido.
En octubre, a un año de la inauguración del OVO, presentarán un informe
más detallado. En la jornada de ayer –que coincidió con la semana del
parto respetado– mostraron dos nuevos instrumentos que serán
implementados a partir de ahora: una guía para el plan de parto y
nacimiento, y otra de mecanismos de denuncia.
Además, armaron un protocolo que ampara a las mujeres que denuncian los
malos tratos. Saulo acotó: “Si hay algo que pudimos constatar con estos
resultados es que todas fueron víctimas, algunas más y otras menos”.
*Este artículo fue retomado del portal de noticias Cosecha Roja.
Imagen retomada del portal de noticias Cosecha Roja
Por: Agustina Lanza*
Cimacnoticias | Buenos Aires, Arg.-
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