Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
La agencia Moody’s rebajó el sábado pasado la calificación crediticia
de Arabia Saudita debido a la caída prolongada de los precios del
petróleo. En la imagen de archivo, un obrero trabaja en una construcción
en la ciudad saudita de YedaFoto Ap
Ahora que anduve de
gira durante dos semanas en Ámsterdam, Milán, Beirut y Damasco me
percaté de la profundidad de la devastación financiera que provocó el
abrupto desplome del barril del petróleo en el
gran Medio Oriente.
Líbano, que lleva casi dos años sin poder elegir a un presidente,
sufre los embates en su sector turístico, pero mantiene en forma
antigravitatoria la cotización de la libra libanesa frente al dólar,
gracias a un sector bancario muy poderoso cuan creativo y al eficiente
manejo de Riad Salameh, quizá el mejor banquero centralbanquista del
planeta, dadas las circunstancias bélicas circundantes y lo exiguo del
país de los cedros inmarcesibles.
No se puede decir lo mismo de Siria, donde el régimen de Bashar al
Assad sufre una tremenda guerra geoeconómica/geofinanciera: con una
grave crisis en los insumos de primera necesidad y una reciente abrupta
devaluación de su divisa (libra siria) por más de 20 por ciento –que
lleva un total agregado de 92 por ciento devaluado frente al dólar desde
el inicio de su guerra civil.
Me llamó mucho la atención, en el lapso de un año, la profundización de la
iranizaciónde Líbano, en contrapartida al repliegue tanto de Arabia Saudita como del resto de las petromonarquías árabes.
Una constante de mi conversación a los más altos niveles en Líbano,
con dos de los punteros candidatos a la presidencia, el general Michel
Aoun (http://goo.gl/4oH3Yr) y el general Chamel Rukoz (http://goo.gl/HWZzX7), fue la temática del cada vez menos subrepticio embate geofinanciero que se cocina contra Arabia Saudita.
A mis interlocutores externé mi temor de que para que Estados Unidos
(EU) pague su adeudo a Irán, alrededor de 150 mil millones de dólares,
pues sencillamente se los despojará a Arabia Saudita, que cometió el
grave error de colocar sus cuantiosas reservas de divisas, unos 660 mil
millones de dólares (la cuarta reserva global), en las arcas de EU, que
difícilmente se los devolverá, sin contar los cuantiosos Bonos del
Tesoro que compraron a EU, en lugar de haber diversificado sus haberes.
En forma ominosa, ayer el Senado de EU aprobó una enmienda que permite a las víctimas del 11-S demandar a Arabia Saudita (http://goo.gl/fNoxOH),
mientras el Congreso deja pendiente su espada de Damocles
geofinanciera: la publicación escalofriante de las 28 páginas faltantes
de la Comisión del 11-S sobre la autoría de los atentados.
Mis fuentes muy creíbles en Beirut me comentaron que fue el cónsul en
ese entonces de EU en Yeda quien concedió las visas a los presuntos
terroristas sauditas. Naturalmente, esto jamás será indagado por el
Congreso estadunidense.
En forma estridente, nada menos que el poderoso director de la petrolera estatal rusa Rosneft, Igor Sechin, muy cercano al zar Vlady
Putin, en una entrevista a la agencia británica Reuters, sentenció la
muerte de la OPEP y el fin de su influencia en el mercado petrolero (http://goo.gl/7SLozE).
Es probable que la necropsia de la OPEP por Sechin se deba a la falta
de acuerdo de la OPEP –en lo interno, por la colisión entre Arabia
Saudita e Irán: este último ni siquiera asistió a la reunión– y al
exterior, con Rusia, durante la fracasada cita en Doha del 17 de abril
para
congelar la produccióny detener la caída del oro negro, que, por cierto, ha rebotado en forma espectacular hasta alcanzar 50 dólares por barril en la variedad Brent.
¿Vamos a la regionalización geoenergética de los hidrocarburos,
cuando EU ha capturado los pletóricos yacimientos del Golfo de México
–gracias al entreguismo de la corrupta clase gobernante del “México
neoliberal itamita” y sus mercenarios partidos paleros–,
mientras tiene en jaque el petróleo pre-sal de Brasil y está a punto de
propinar el jaque mate a las máximas reservas del petróleo global en
Venezuela?
¿Cómo se ajustarán Argelia, Angola y Ecuador, los otros
miembros de la OPEP, que todavía lideran las petromonarquías árabes,
ante la
nueva normalidaddel mercado petrolero cada vez más regionalizado?
El geopolitólogo germanoestadunidense F. William Engdhal –a mi
juicio, mucho más profundo que Michael Klare, quien al final del día
ostenta las tesis del establishment estadunidense, aunque en
menor medida que el publicista de la industria petrolera anglosajona
Daniel Yergin–, sentencia que el “mercado petrolero angloestadunidense
está quebrado (http://goo.gl/2OV4CI)”.
Engdhal da vuelo al acta necrológica de Sechin sobre la OPEP de que
ya no puede dictar su voluntad al mercado, a lo cual agrega
factores deprimentes, como la política del anterior ministro del petróleo de Arabia Saudita al-Naimi –quien acaba de ser sustituido por Khalid A. Al-Falih– de
haber eliminado al gas/petróleo de esquisto que ocasionó mayores pérdidas al presupuesto estatal saudita, que ahora se encuentra en déficit, al unísono de
haber creado una inundación superavitaria estimada en 3 mil millones (¡supersic!) de barriles de petróleo que flotan almacenados en algún lugar en los altos mares.
Advierte que los precios no mejorarán hasta que tal mirífica cantidad
de petróleo almacenada en los altos mares no haya sido reducida. Si la
OPEP
pudiese manejar el recorte de la producción por 3 millones de barriles al día, le tomaría casi tres años para disminuir la inundación en el mercado.
Engdhal arguye que
el mundo del mercado petrolero hoy se encuentra quebrado, lo cual
tendrá enormes, aunque aún poco apreciadas consecuencias políticas, una de las cuales sería la
disminución del control del dólar estadunidense en el mercado mundial, ya que el petróleo es de lejos la materia prima más comercializada en el mundo, con la excepción posible de los narcóticos ilegales, sin contar el “colapso del alto costo de la industria del petróleo de esquisto ( shale oil) de EU”: la despedida de
al-Naimi es un género de evento del mercado que finiquita el control angloestadunidense del mercado petrolero global.
Como transcendental dato adicional, Engdhal resalta que
el mercado comercial del petróleo basado en el rublo ruso, St. Petersburg International Mercantile Exchange (Spimex), está a punto de abrir el petróleo comercial ruso en rublos en lugar de dólares estadunidenses.
En forma interesante, el director de Spimex es nada menos que Igor Sechin (http://goo.gl/NwFVIh).
Era evidente que un precio de 20 dólares el barril, al que lo habían
llevado los megaespeculadores de la banca de Wall Street, era
insostenible para Rusia: escenario que coqueteaba con una guerra de gran
envergadura.
También un precio de 110 dólares era intolerable tanto para EU como
para China. Un precio entre 50 y 70 dólares el barril traduciría un
tácito acuerdo geopolítico sobre el petróleo –mucho más que el
inexistente
precio geofinancierodel
mercadocontrolado por Wall Street, cuando el
precio geoeconómicode la muy primitiva oferta/demanda ha sido superado (http://goo.gl/NV9U4B)–, lo cual significaría un acomodamiento geoestratégico entre EU y Rusia cuyo corolario pasaría por el acuerdo del nuevo mapa Lavrov-Kerry del Gran Medio Oriente que sustituiría al fenecido
acuerdo Sykes-Picotde hace 100 años.
El petróleo es ante todo el hijo mayor de la geopolítica.
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