A mi madre a sus 80 años.
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En mala hora se le ocurrió redactar al secretario de educación
una circular para dar cuenta que el Instituto Politécnico Nacional
quedaba adscrito a su oficina. ¡Qué honor de la comunidad! se dijo
mirándose al espejo.
Cuando estudiantes del politécnico empezaron a protestar por esa
circular ofensiva, el secretario de educación casi los trató de
ignorantes. El Politécnico es un “organismo desconcentrado”; de acuerdo a
la ley debe quedar adscrito a mi Secretaría. Revisen la ley, todo está
dentro de la norma. No es una falta es un privilegio, les respondió.
Desconcentrado quiere decir sometido, que debe estar adscrito o
pertenecer a una Secretaría de Estado, a lo que diga su titular y el
presidente de la República. Todo viene de arriba, la comunidad no
importa. Dice la norma que esos organismos carecen de personalidad
jurídica y patrimonio propio, son un apéndice del poder.
Una gran ofensa responde la comunidad. En 2016 el Instituto
Politécnico Nacional cumplió 80 años de su creación y sigue estando
sometido a los dictados unipersonales.
Esa Institución creada por el general Lázaro Cárdenas en el año de
1936 tuvo el propósito de formar a nuestros técnicos para impulsar una
industria nacional que fuera forjadora de una nación independiente.
El pasado martes 16 de mayo estudiantes integrantes de la Asamblea
General Politécnica dirigieron una carta al presidente de la República
para que atendieran sus peticiones ante el rechazo y enojo del
secretario encargado de los asuntos educativos del país.
Los jóvenes dan cuenta del malestar de esa publicación en el Diario
Oficial de la Federación, primero adscribiendo al IPN a la Subsecretaría
de Educación Superior el 6 de abril de 2016 y después el 13 del mismo
mes, sujetándola a la oficina del secretario.
Ellos le dijeron al presidente en pocas palabras, tener un secretario
con falta de sensibilidad, ya que esa circular se da “…en el momento en
el que la comunidad politécnica, se encuentra celebrando un proceso de
elección democrática de los representantes de estudiantes, docentes y
personal de apoyo y asistencia a la educación para la Comisión
Organizadora del Congreso Nacional Politécnico”.
Los jóvenes cuestionaron que la misma actitud asumió el titular del
IPN de limitarse “a dar argumentos jurídicos con los que aseguraron que
estos cambios no implicarían afectaciones a la normatividad…”.
Acusaron de los gazapos del secretario en una publicación oficial de
cometer supuestos “errores” y los “corrige”, “sin consultar ni respetar a
la comunidad del instituto, violentando los acuerdos signados por los
representantes del gobierno…”.
Al tiempo que se han originado las protestas y cierres de escuelas,
el secretario empezó a propalar que esos estudiantes estaban manipulados
por dirigentes de partidos políticos, llegó hasta a sugerir que hasta
podría tratarse de algún secretario de estado del mismo gabinete
peñista, para ponerle el pie en su ascendente carrera presidencial.
Estos jóvenes no pueden pensar por sí mismos, se decía mirándose al
espejo. No es posible que no me entiendan. Son un organismo
desconcentrado y deben entenderlo.
A los jóvenes les llaman rebeldes por defender la fortaleza del
Instituto Politécnico Nacional, para el cimiento de una verdadera
industria nacional y no dependiente como lo es ahora.
Por sus protestas han recibido amenazas, por ello le demandan al
presidente respeto a su movimiento y a la comunidad entera. Ellos hacen
responsable “al Secretario de Educación Pública, quien ha demostrado
intolerancia y autoritarismo”.
Los jóvenes se manifiestan contra el desmantelamiento del IPN,
consideran que las vocacionales, deben estar siempre dentro de la
Institución “…y no desaparecerlas a partir de un acto administrativo”.
Ellos concluyen su escrito presentado al término de la manifestación a los Pinos solicitando:
“Señor Presidente, la mayoría de nosotros somos menores de edad y
luchamos por la demanda justa de educación pública, tecnológica,
científica y popular que el IPN nos ofrece y el Estado Mexicano debe
garantizar. Es por esto que consideramos delicado que se dé paso a voces
que exigen acabar este conflicto con mano dura, y que categóricamente
rechazamos ya que hemos demostrado que a través del dialogo y no de la
represión que se logran los acuerdos”.
Les llaman jóvenes rebeldes por ansiar una patria nueva, una sociedad
más igualitaria, donde la comunidad científica mexicana sea nuestra
fortaleza.
Jóvenes que construyen desde ahora un futuro de esperanza.
Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx Twitter: @Manuel_FuentesM
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