La tasa de
condiciones críticas de ocupación subió a un máximo de 11 años, mientras
que el 40% de los trabajadores carece de prestaciones de ley.
CIUDAD DE MÉXICO.
(Expansión)
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Las condiciones laborales de millones mexicanos han empeorado en los últimos años,
en medio de una mayor creación de empleos con bajos ingresos, lo que se
ha convertido en una condición estructural del mercado laboral de
México tras la crisis de 2008-2009.
La tasa de condiciones críticas de ocupación nacional subió a 14.50%
(7.46 millones de personas en la población ocupada) al cierre del
segundo trimestre de 2016. Se trata de un máximo desde el mismo periodo
de 2005, esto es, de 11 años, según cifras del INEGI.
Esta medición incluye a las personas que trabajan menos de 35 horas
semanales por razones ajenas a ellas, junto con las que trabajan más de
35 horas semanales con ingresos mensuales menores al salario mínimo y
las que laboran más de 48 horas semanales con dos salarios mínimos.
“Han sido empleos de muy baja remuneración. Parece que son las nuevas
condiciones del mercado: si la gente quiere trabajar, si quiere comer,
acepta el salario que le dan. Mientras que los dueños del capital
aprovechan esto”, dijo a Expansión el economista Jonathan Heath.
El número de personas que gana hasta un salario mínimo (2,227.72
pesos al mes) fue de 8.02 millones en el segundo trimestre del año, un
máximo desde que inició este registro en 2005, mientras que las personas
que ganan entre uno y dos salarios mínimos (4,455.44 mensuales) sumaron
13.72 millones.
Además, la distribución del ingreso entre la población mexicana ha
empeorado ya que el número de personas que gana más de cinco salarios
mínimos junto con aquellos que no revelan sus ingresos alcanzó los 9.11
millones de personas frente a los 9.09 millones que había en 2012. Por
su parte, el número de empleos con remuneraciones de hasta dos salarios
mínimos es de 21.73 millones frente a los 17.61 millones registrados en
2012.
“Es el reflejo de precarización del empleo. Si bien ha caído la tasa
de desocupación, esto se ha hecho en un función de un empleo precario,
menores salarios, menor duración e informalidad. Esto inició en 2006 y
se agravó y permaneció con la crisis”, dijo el director general del
Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José
Luis de la Cruz.
Sin prestaciones
Otra de las problemáticas del empleo en México es la falta de prestaciones de ley como el IMSS y el INFONAVIT, ya que el 39.90% de los trabajadores carece de ellas.
Oaxaca, Michoacán y Guerrero sobrepasan este promedio, pues más del
60% de su población ocupada no cuenta con prestaciones de ley, lo que
obedece a que gran parte se emplea en la informalidad.
“La herencia que se va a dejar con esto es de conflictos sociales”,
dijo De la Cruz, quien agregó que además de necesitar de un mayor
crecimiento económico para conseguir mejores empleos, se requiere
transitar a una producción de mayor valor agregado.
La falta de acceso a la seguridad social pone en riesgo los niveles
de vida de los mexicanos en edad de retiro ante una mayor esperanza de
vida, de acuerdo con instituciones como la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Heath comentó que para mejorar la calidad de los empleos se requiere
de una mayor competencia entre empresas o bien de políticas públicas que
incidan en los ingresos como elevar el salario mínimo, una discusión
que hasta ahora no ha tenido resultados.
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