Si usted necesita a una persona que pilotee un avión, ¿qué busca? “¡Que
sepa volar un avión!”, me dirá. ¡Pues se equivoca! En principio tenderá a
buscar a un hombre que sepa volar un avión. Pero ya hay muchas mujeres
preparadas y están a las puertas de la cabina de mando del avión. ¿Qué
hacemos?
En los próximos meses el Senado deberá elegir a siete personas, entre la
lista de personas previamente aprobadas por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para ocupar las magistraturas del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Por ello, distintas organizaciones encabezadas por la Red Mujeres en
Plural estamos exigiendo paridad en la conformación de ese órgano
judicial. No sólo porque nos parece que no hay ninguna razón para
argumentar lo contrario, sino por un elemental sentido de la
congruencia.
Resulta que precisamente el TEPJF deberá garantizar, entre otras cosas,
que los partidos políticos cumplan con la paridad en todas sus
postulaciones en el proceso electoral federal del 2018, y resolver todas
las impugnaciones que en última instancia recibirán respecto a la
paridad en procesos electorales estatales. Entonces, ¿cómo no exigir
paridad en el órgano que debe garantizarla?
Pero esta demanda suele tener grandes resistencias. Y una de ellas,
invariablemente, sale disfrazada de neutralidad: “Más que cuotas, deben
llegar las personas más capaces”.
Y a mí no deja de sorprenderme cómo el tema de la “capacidad” no sale a
flote cuando se habla de cuotas partidistas o de cuotas con los
distintos sectores o grupos al interior de un partido. Cuando los
señores se reparten el poder, el tema “capacidad” queda en segundo
término.
Así, se asume que los señores son capaces, a menos que demuestren lo
contrario; y las mujeres son incapaces a menos que demuestren –con
creces– lo contrario.
Pero el asunto de la capacidad –que, por cierto, salía a relucir
especialmente cuando exigíamos derecho al voto– ya no es un argumento
sostenible.
Es cierto que las mujeres entramos a las universidades a fines del siglo
XIX, varios siglos después que los hombres. Y ganas no nos faltaban,
claro, pero la entrada estaba vedada para las mujeres, por el único
hecho de haber nacido mujeres.
Sin embargo, a la vuelta de siglo y medio, los datos señalan que las
mujeres representan la mitad de la matrícula de casi todas las
universidades en casi todas las carreras y, en comparación con los
hombres: desertan menos, terminan en tiempo en forma sus estudios y
obtienen mejores calificaciones.
¿Y luego? Luego se topan con el techo de cristal que, no por intangible,
es menos real. Es decir, llegan hasta ciertos espacios de toma de
decisiones. Dicho de otro modo, en cuanto se encuentran frente a la
cabina de mando de un avión, a duras penas se le puede aceptar como
copilota, pero difícilmente se le acepta como capitana del avión.
¿Cómo funcionaría la exigencia de paridad en este caso?
Es un absurdo monumental suponer que la exigencia sólo implica que se
reserve la mitad de los espacios a cualquiera que sea mujer.
Porque, evidentemente, se pretende que sepa pilotear un avión y tenga
todas las acreditaciones necesarias y las horas de vuelo requeridas.
De modo que lo que se exigiría es que se reserven la mitad de los
espacios para todas las mujeres que cumplan con esos requisitos.
El problema es que el sexo sí importa. El problema es que, como decía
una futbolista, antes de que empiece el partido si eres mujer parece que
vas perdiendo dos a cero. El problema es que sólo nacer mujer implica
recibir todas las suspicacias respecto a la capacidad, preparación y
talento.
Es decir, el sexo es la variable invariable para negar, limitar,
excluir, discriminar y cuestionar el acceso y presencia de las mujeres
en espacios de poder.
Por eso exigimos paridad. Porque, como señala la filósofa española
Amelia Valcárcel: No se trata de que nos den la silla por ser mujeres.
Se trata de que por ser mujeres no nos excluyan de la silla.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com
*Periodista de Quintana Roo, feminista e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
Especial
Cimacnoticias | Quintana Roo.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario