Por: Lucía Lagunes Huerta*
¿Cuántas niñas cumplirán 10 años hoy en nuestro país y cuántas de ellas
estarán cursando el cuarto año de primaria y jugarán -espero- mientras
crecen hasta llegar a la edad adulta?
Tener 10 años dirán, “es cosa común”. Que las niñas lleguen a la primera década de la vida no es nada del otro mundo; sin embargo, lo que pasa con estas niñas se reflejará en el futuro que nos forjemos porque el desarrollo de la humanidad depende de las condiciones que ellas tengan para salir adelante.
Y no es exageración. Ellas son la generación que puede hacer el cambio para nuestro mundo. Y miren porqué.
Hoy existen 60 millones de niñas en todo el planeta; 35 millones viven en países en desarrollo- como México- con graves problemas de desigualdad de género que las convierte en madres en plena infancia, cortando con ello un mejor futuro.
En México, 48 por ciento de las niñas entre 10 y 14 años son casadas con hombres 10 años mayores que ellas, o a veces de más edad. Una de cada tres adolescentes entre 15 y 19 años abandona sus estudios porque se convirtió en madre-sin quererlo- o porque no hay posibilidades para seguir estudiando, según revela el Consejo Nacional de Población.
Y por si esto fuera poco, entre los años 2000 y 2004, 8 mil niñas se convirtieron en madres antes de cumplir los 14 años; hoy son mujeres de 25 años con dos o tres hijos a su cargo, la mayoría sin pareja, y con trabajos precarios.
Romper con esta realidad de violencia y precariedad es la meta para los próximos 15 años. Es decir, el objetivo en tres lustros, es lograr que las niñas que hoy tienen 10 años lleguen a los 25 con una escolaridad completa hasta lograr una profesión, que sin duda, les dará mejores condiciones laborales, podrán tener más herramientas para planear su vida y elegir si desean o no ser madres y en qué momento.
Estos 60 millones de niñas en todo el mundo son el indicador humano de los acuerdos internacionales planteados en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sobre ellas descansa un mejor futuro para la humanidad; los planes y programas de los gobiernos de hoy, se estarán midiendo conforme el avance de estas niñas.
JUSTICIA PARA MIRIAM
Y si en verdad la voluntad de la llamada clase política es cierta, y lo firmado en la Agenda 2030 es compromiso real, entonces no sólo garantizará un mejor futuro al proteger los Derechos Humanos de las niñas de 10 años, sino de todas las niñas para evitar que vivan violencia en cualquier lugar.
Le harán justicia a Miriam, niña guerrerense que a los 2 años 8 meses de edad vivió violencia sexual por parte de un hombre 11 años mayor que ella, Saúl Andoni Quintana Campo.
Miriam y su familia buscan justicia desde hace 3 años para que su agresor sea sancionado, pero Saúl Andoni Quintana Campos ha evitado durante todo ese tiempo enfrentar su delito con el apoyo del magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero, Vicente Rodríguez Martínez, quien absolvió a Saúl de la agresión contra Miriam, al no aceptar los peritajes psicológicos, oficial e independiente, que corroboran el dicho de Miriam sobre el abuso sexual.
Las niñas deben ser escuchadas y su dicho debe ser creído por la autoridad cuando la violencia se ejerce sobre ellas, la obligación de las autoridades es proteger a la víctima no al agresor.
Garantizar los derechos de las niñas transformará a México y al mundo en un mejor planeta para la humanidad, porque ellas gozarán de todos sus derechos.
* Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
Foto: Yunuhen Rangel Medina
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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