Con el telón de fondo
del plantón indefinido instalado frente a la sede central de la
Procuraduría General de la República (PGR) por los padres de los 43
normalistas desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala,
Guerrero, funcionarios de esa dependencia informaron ayer que ampliarán
la búsqueda de los jóvenes con sistemas de alta tecnología, como el
aerotransportado de reconocimiento del terreno Lidar, a un área de 60
kilómetros cuadrados alrededor de Iguala, pues la búsqueda anterior se
limitó a un kilómetro cuadrado.
En conferencia de prensa, Sara Irene Herrerías Guerra, subprocuradora
de Derechos Humanos, y Alfredo Higuera Bernal, fiscal de la PGR para el
caso Iguala, dijeron además que hay siete órdenes de aprehensión
pendientes de cumplir; reconocieron que se comprobó la tortura de dos de
los ocho detenidos que la denunciaron, pero minimizaron el hecho al
afirmar que invalidaría las declaraciones de los afectados, pero no el
resto de las indagatorias. Dijeron que
en su momentose dará a conocer el resultado de la investigación en torno de las presuntas ilegalidades e irregularidades cometidas por el ex director de la Agencia de Investigación Criminal Tomás Zerón de Lucio, en el curso de las pesquisas realizadas en octubre de 2014 en el basurero de Cocula y el río San Juan, y divulgadas en abril de 2016 por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Aseguraron que la institución a la que representan tiene una determinación
muy clarade dar seguimiento a todas las líneas de investigación establecidas por el propio GIEI y por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Asimismo, prometieron cumplir cabalmente para noviembre próximo, a más tardar, los compromisos contraídos ante los padres de los estudiantes ausentes en lo referente a investigaciones no realizadas y búsqueda de los desaparecidos.
Pero las declaraciones de Herrerías Guerra e Higuera Bernal, lejos de
expresar un cambio, ratifican la actitud indolente, omisa, confusa y
agraviante que ha caracterizado la respuesta del gobierno federal ante
la atrocidad y la tragedia ocurridas hace casi 32 meses en la ciudad
guerrerense. Es insólito y exasperante, para empezar, que la PGR haya
dejado pasar todo este tiempo antes de recurrir a instrumentos
tecnológicos como el Lidar para dar con el paradero de los estudiantes
de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Luego, es
descorazonador enterarse que la única acción oficial de búsqueda
realizada más allá del perímetro de Iguala haya sido la del basurero de
Cocula y el río San Juan, puntos que fueron establecidos con base en
confesiones dudosas y en los cuales se construyó el relato oficial de un
supuesto exterminio e incineración de los 43 desaparecidos que ha sido
desvirtuado y desmentido por especialistas nacionales y extranjeros,
debido a su imposibilidad física y a que exhibe numerosas
inconsistencias.
Es desconcertante, asimismo, que a la fecha la PGR no haya
aportado un estudio de los datos de telefonía de los celulares de
algunos de los muchachos desaparecidos, los cuales, según datos duros,
fueron activados en las proximidades de la sede del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional y en el Campo Militar Número 1, en
Ciudad de México, días después de las desapariciones. Por lo demás, es
incomprensible que a más de un año de que se hicieran públicos los
señalamientos sobre la desaseada actuación de Zerón de Lucio y el
traslado ilegal a ese sitio del detenido Agustín García Reyes, acciones
señaladas en forma coincidente por el GIEI, por personal del Alto
Comisionado de las Nacionales Unidas para Derechos Humanos y del Equipo
Argentino de Antropología Forense que trabajaba en el lugar.
Semejantes extravíos llevan a pensar que asiste la razón al abogado
de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales, cuando afirma que el
gobierno se ha limitado a
administrarel reclamo de esclarecimiento ante las desapariciones forzadas perpetradas en Iguala la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, y a preguntarse si realmente existe en el gobierno la voluntad de hacer justicia.
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