Indispensable romper el esquema patriarcal que desconecta lo público y lo privado
Investigadoras y feministas alertan sobre la ausencia de un enfoque que ponga en juego las lógicas patriarcales
La Habana. 31 oct. 18. AmecoPress/ SEMlac.- El
proyecto de Constitución que se somete a consulta popular en Cuba,
actualmente, refrenda la responsabilidad familiar y estatal en el
cuidado de grupos vulnerables. Pero, según especialistas y feministas
cubanas, sigue pendiente un enfoque de corresponsabilidad en el texto
constitucional.
Para la socióloga Magela Romero Almodóvar, en materia de
cuidados la balanza se inclina más hacia las familias. "Existe una
delegación del peso de estas funciones en las familias, ello se hace
evidente a través del artículo 67", afirma la investigadora y profesora
de la Universidad de La Habana.
El citado artículo establece que "El Estado protege a las familias,
la maternidad, la paternidad y el matrimonio. El Estado atribuye a las
familias, concebidas como células básicas de la sociedad,
responsabilidades y funciones esenciales en la educación y formación de
las nuevas generaciones y el cuidado y atención de los adultos mayores".
Otros cuatro artículos (70, 72, 73 y 74) hacen hincapié en la
responsabilidad familiar, estatal y social en el cuidado y la atención
de infantes, adolescentes, jóvenes, adultos mayores y personas con
discapacidad. Sin embargo, la atención a la reproducción de la vida, el
ámbito doméstico y la interrelación entre los distintos actores sociales
que intervienen en el cuidado no son visibles en el texto
constitucional.
Georgina Alfonso, directora del Instituto de Filosofía e integrante
del colectivo feminista Berta Cáceres, reconoce esta carencia como una
limitación generalizada en las sociedades modernas regidas por los
enfoques economicistas clásicos.
"Hasta tanto la reproducción de la vida no se visibilice y se
entienda su aporte a la economía, no habrá una verdadera
corresponsabilidad. El espacio público y la economía tradicional
persiguen la eficiencia y las ganancias y, con esa lógica, no funciona
el cuidado", comenta Alfonso.
La baja natalidad y el envejecimiento poblacional son dimensiones de
la compleja situación demográfica que vive la isla y que ponen los
cuidados bajo reflectores.
El estado cubano desarrolla programas específicos, pero
investigadoras y feministas alertan sobre la ausencia de un enfoque que
ponga en juego las lógicas patriarcales.
Para la profesora Romero Almodóvar, en el actual proyecto "no se
rompe con el esquema patriarcal que presenta lo público y lo doméstico
totalmente desconectados.
"La manera en la que se está pensando el cuidado no se corresponde
con las importantes mutaciones que ha tenido lugar en el mercado de
trabajo a nivel nacional, y no toma suficientemente en consideración los
costos de mantenerse o insertarse en él para quienes llevan sobre sus
hombros la atención a familiares y personas dependientes, sobre todo las
mujeres", agrega la socióloga cubana.
Ambas especialistas entrevistadas por SEMlac coinciden en que, en la
práctica, son las mujeres quienes realmente están detrás de la expresión
"las familias".
"Hoy podemos identificar que en Cuba hay una sobrecarga para las
mujeres en término de cuidados. Políticas públicas que correspondían al
cuidado han vuelto a las familias en condiciones de crisis económica;
por tanto, con menos posibilidades de solución", afirma Alfonso.
Estudios sobre el tema confirman que, pese a los avances en materia
de igualdad de género, en Cuba prevalece la división sexual del trabajo y
la sobrecarga femenina en el trabajo doméstico no remunerado.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Igualdad (ENIG), realizada en
2016 por la Federación de Mujeres Cubanas y la Oficina Nacional de
Estadísticas, las mujeres "dedican más horas a planificar, cocina,
servir la comida, además de fregar, son quienes se encargan de la
limpieza e higiene del hogar dedicándole 7,13 horas cada semana, a
diferencia de sus pares varones que consumen como promedio 3,71 horas
semanales en esas labores".
Corresponsabilidad: cuidado en varias manos
Poner al centro a las personas y su bienestar, asumir una perspectiva
integral y romper con la lógica patriarcal no son ingredientes de una
receta ante la complejidad del cuidado, cuyas soluciones no son
sencillas.
Especialistas abogan por amplificar los debates sobre el cuidado como
una cuestión pública en la que participan y se complementan diversos
actores: el Estado, la familia, la comunidad, instituciones sociales y
religiosas, el sector privado.
"Tiene que ser una política social que no defalque al Estado; pero la
solución no es solo económica, tiene que ir acompañada de la dimensión
ética, de una cultura que aporte a la sensibilización de la sociedad",
explica Alfonso.
Se trata de algo que termina incidiendo, directamente, en "organizar
la vida social de otra manera", opina Yohanka León, también integrante
del colectivo que organiza el espacio feminista Berta Cáceres.
Antecedentes de este tipo abundan en el proyecto cubano y sus
políticas sociales de apoyo al cuidado, como fueron la creación de
círculos infantiles en la pasada década de los sesenta, la ampliación de
servicios sociales e instituciones para el cuidado de ancianos, los
comedores obreros, escuelas internas y seminternas, lavanderías
estatales y otros.
Tanto Alfonso como León son partidarias de insertar el cuidado entre
los derechos y deberes de la ciudadanía en el texto constitucional, para
luego transversalizarlo al resto del articulado.
"Otra preocupación que tengo es que convirtamos el debate de la
Constitución en un debate de términos jurídicos y técnicos. La
Constitución es un documento político y ético, es importante que no se
pierda esa perspectiva porque, tratando de acercarnos lo más posible al
tecnicismo jurídico, podemos perder la perspectiva de que queden claros
los posicionamientos políticos y éticos del proyecto", suscribe Alfonso.
Previendo resistencias en la redacción final de la Carta Magna y la
inclusión de estos enfoques sobre el cuidado, Alfonso argumenta que
"muchas veces sale a colación que no se encuentra el modo de refrendar
estas perspectivas por pautas de las técnicas jurídicas o experiencias
de otros países. Pero nuestro proyecto es una apuesta contra la lógica
hegemónica del mundo —en la cual el cuidado no es una prioridad porque
no representa ganancias para nadie— y no podemos perder la perspectiva
de que esta es una cuestión humana", reafirma.
Foto: SemMéxico.
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