Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
▲ Los Papeles Paradisíacos filtraron hace dos años las andanzas criminales de la hoy quebrada empresa Odebrecht.Foto Ap
Los explosivos Panamá Papers, donde aparece el obsceno lavador Mario Vargas Llosa (https://bit.ly/3i8THH2), son un juego de niños comparados a los Paradise Papers –que traduje idílicamente como Papeles Paradisíacos– que revelan cerca de 14 millones (sic) de documentos de
inversiones piratasen los paraísos fiscales.
Los Papeles Paradisíacos “publicados por el influyente Süddeutsche Zeitung, con sede en Múnich y cercano al Partido Social Democrático alemán (https://bit.ly/30srBAz), en colaboración con International Consortium of Investigative Journalist, con sede en Washington y con más de 200 investigadores periodistas y 100 multimedia en 70 países– filtraron hace dos años las andanzas criminales de la hoy quebrada megaempresa brasileña Odebrecht y donde afloran más de 120 mil (sic) personas y empresas de toda índole (hasta las
empresas fantasma) que gozaban de la asesoría legal de Appleby –con sede en Bermudas y en las Islas Vírgenes Británicas, entre otros paraísos fiscales– y de los proveedores de servicios Asiaciti Trust y Estera.
Emanan los nombres de la reina Isabel II, el príncipe Carlos, George Soros, Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia; Wilbur Ross, secretario de Comercio de EU, etcétera.
Entre las empresas mancilladas aparece Odebrecht y, en México, emergen desde el polémico Alberto Baillères, presidente de la Junta de Gobierno del ITAM y presidente del Grupo Bal, pasando por el ex líder sindical Gamboa Pascoe, hasta el ex secretario de Hacienda itamita, Pedro Aspe.
El incandescente e indecente asunto de Odebrecht comporta componentes geopolíticos y jurídicos del Departamento de Justicia de EU, que no ha perseguido aún a ningún implicado en el propio EU ni en Gran Bretaña, pero que ha presionado a su exhumación implacable en 10 (sic) países de Latinoamérica y el Caribe, donde han sido golpeados y desestabilizados ferozmente Brasil, Perú (con cuatro ex presidentes perseguidos, entre ellos un suicidado: Alan García), Ecuador y ahora México (https://bit.ly/2DErloP).
La alta explosividad del caso del itamita Lozoya, ex director de Pemex, por sus transacciones delincuenciales con Odebrecht y su socia Braskem, ha expuesto la cleptocracia del sistema político mexicano que mancilla a varios ex presidentes del
viejo régimen: desde Salinas, pasando por Calderón, hasta Peña (en particular, a su titiritero: el itamita Luis Videgaray).
Dejo de lado la masacre familiar en Temixco del itamita Alfonso Gamboa Lozano, operador de la ingeniería financiera de Videgaray. ¡La red itamita a lo que da!
Así como Mossack Fonseca fue asesor legal offshore, según los fétidos Panama Papers, la firma legal Appleby forma parte del “circulo mágico de firmas legales offshore” que
asesoróa Odebrecht, según los Papeles Paradisíacos.
Los sobornos de Odebrecht lubricaron a ex directores y altos funcionarios de Pemex, además de Lozoya: bisagra del engranaje de la cleptocracia del sistema político mexicano en su otrora principal empresa estatal, lo cual está a punto de desencadenar un
efecto dominómegatelúrico que ha puesto a temblar a las cúpulas del
viejo régimen.
Hace siete años adelanté el lavado de Lozoya en Pemex y su execrable labor para comprar las
inconscienciasde congresistas del PRI, PAN y PRD con el fin de aprobar la oprobiosa
reforma energética(https://bit.ly/33qGuoL) que dejó sin anticuerpos estratégicos a México, como aduje en mi libro Muerte de Pemex y suicidio de México (https://bit.ly/33xIawy).
Los depósitos en todos los paraísos fiscales ascienden a 10 por ciento del PIB global (92 millones de millones de dólares): casi 10 millones de millones. ¡En caso de ser país, los paraísos fiscales ocuparían la tercera economía global detrás de EU y China!
De los depósitos en los paraísos fiscales, que analizo desde hace 25 años (https://bit.ly/3kbjwI2) y que forman parte de la operatividad de la globalización financierista, se calcula que la mitad (sic) proviene del lavado de dinero, sin contar la evasión fiscal (https://bit.ly/2Dw11NU). Tal es la dimensión del caso Lozoya.
Facebook: AlfredoJalife
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