8/04/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Emilio: semblanza de un triunfador 
Clientes digitales
Partidos en tiempos de pandemia
En Estados Unidos, aparte de las divisiones raciales, hay otra: winners and losers. En nuestro idioma, ganadores y perdedores. Nadie diría que Emilio Ricardo Lozoya Austin, 46 años, es un perdedor. Salió del hospital Ángeles del Pedregal el sábado –se supone, en realidad nadie lo vio entrar ni salir–, tras firmar vía electrónica el libro de los procesados. No pisó la cárcel y seguramente nunca lo hará. Los delitos que le atribuyen no necesariamente son castigados con prisión. Además, cuando los cometió la corrupción todavía no existía como delito incluido en el Código Penal, así que no podrían aplicárselo retroactivamente. Tiene pedigrí priísta: su padre, Emilio Lozoya Thalmann, fue director general del Issste y secretario de Energía durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Estudió economía en el ITAM y cursó una maestría en la Universidad de Harvard. Estas credenciales le abrieron las puertas de la política y los negocios. Entre las distinciones que le han sido otorgadas destaca, en 2012, el reconocimiento como Joven Líder Global, del Foro Económico Mundial de Davos; en 2011, incluido por la revista Poder, en la lista de los 40 hispanos de mayor impacto en Estados Unidos menor a 40 años. En 2010 recibió el premio al Liderazgo como Embajador Hemisférico, por la Fundación del Consejo Americano de Negocios. La revista mexicana Expansión lo incluyó en la lista de los 30 líderes mexicanos treintañeros. Entre sus experiencias profesionales está la gestión de fondos de inversión. No fue extraño que Enrique Peña Nieto lo incluyera en su equipo de campaña a cargo de las relaciones internacionales, porque, como se dice, domina el inglés. Ahí fue aproximado por compañías como Odebrecht antes de que ésta se hundiera. Tampoco fue una sorpresa que Peña Nieto lo designara director general de Pemex. (Los delitos que se le atribuyen los cometió presuntamente en la campaña presidencial y en la petrolera). Fue separado de su cargo, pero nunca perdió cercanía con Peña Nieto. Ya en la actual administración desempolvaron unos expedientes que tienen relación con AHMSA, la planta Agronitrogenados y Odebrecht. Emilio tuvo que huir y esconderse. Pero lo invitaron a una fiesta en España, no resistió la tentación del escondite y en el camino lo pescaron. Pasó muy mala temporada en la cárcel madrileña, le tocó la pandemia, pero no quería ser extraditado a México. Contrató al costoso despacho del ex juez Baltasar Garzón, quien conoce bien las zonas blandas de la justicia mexicana, y le aconsejó que sería mejor que aceptara ser extraditado cuando ya estuviera todo planchado. Para eso negoció dar una buena embarrada a un grupo de políticos, pero no pasó de eso. No hay testimonio público fehaciente de las famosas declaraciones y menos de si fueron acompañadas de pruebas.
El brazalete
Los amigos de Peña Nieto dicen que no se ve preocupado, ni habla, posiblemente tiene la certeza más o menos razonable de que no lo alcanzará la ola. El fin de semana Lozoya dejó el hospital con un brazalete electrónico en un tobillo, no se lo pusieron en el brazo para que no le estorbe cuando hable por celular. En seis meses (no precisaron si en la mañana o en la tarde) la justicia mexicana decidirá qué hará con él. Es decir, si le regresa los bienes que le han congelado –ya lo está gestionando–, incluso su rehabilitación para ocupar cargos públicos) o sólo le darán un usted disculpe. Moraleja: es un winner.
Clientes digitales
Anuncia Banco Azteca que rebasó los 10 millones de clientes en su aplicación móvil. Con la imposibilidad de que puedan trasladarse a las sucursales bancarias, por los riegos sanitarios, han encontrado la solución en ella, que el banco describe como segura y eficiente. En los pasados cuatro meses, la app registra un incremento mayor a 40 por ciento en el número de transacciones. Cuatro de cada 10 créditos otorgados fueron colocados por ese medio.

¿Ya cambió la tv privada?
Moctezuma, optimista
Canales alternos y pago
España y sus reyes 
El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, extendió ayer en Palacio Nacional el certificado oficial de cambio de la televisión privada mexicana, durante tantos años señalada críticamente desde izquierda y centroizquierda. No sólo está cambiando la educación, también está cambiando la televisión, dijo el optimista Moctezuma a partir de la firma de un acuerdo para que Televisa, Televisión Azteca, Imagen Televisión y Milenio Televisión transmitan por canales alternos, de multiprogramación, los planes escolares virtuales a los que obliga la pandemia del Covid-19.
No ahorró consideraciones positivas el personaje que tras la derrota electoral de Francisco Labastida Ochoa como candidato presidencial del PRI en el año 2000 –de cuyo equipo formó parte– pasó a una especie de retiro de la política partidista, pero no de la vida pública, pues se encargó durante 17 años de la Fundación Azteca, bajo la batuta de Ricardo Salinas Pliego. Ante el Presidente de la República dijo: Hoy se alejará aquella crítica que decía que la televisión compite en la tarde con lo que la escuela construye en la mañana. Hoy vemos cómo la televisión va a permitir que nuestras niñas y niños sigan aprendiendo. Nace una televisión aliada de la educación (https://bit.ly/3grBu72).
A la ceremonia de conversión asistieron Emilio Azcárraga, Benjamín Salinas Sada, Olegario Vázquez Aldir y Francisco González Albuerne, directivos de las cuatro principales televisoras privadas del país, quienes pronunciaron discursos breves. Ellos acompañaron al Presidente de México a su cena con el de Estados Unidos y forman parte de la asesoría empresarial presidencial.
El periodista Jenaro Villamil, ahora presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, autor como periodista de las más fundadas críticas al poder de las televisoras privadas, participó en el esclarecimiento de un tema planteado por un reportero en la sesión de preguntas y respuestas. También estuvieron Antonio Álvarez Lima, director de Canal Once, y Rodolfo González Valderrama, de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación.
El acuerdo firmado ayer implica que los canales de televisión utilicen señales adicionales de programación bajo el esquema de la multiprogramación para difundir, de manera temporal, el contenido audiovisual que incluya las sesiones escolares que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está transmitiendo ante la contingencia por la epidemia de Covid-19, según aprobó el Instituto Federal de Telecomunicaciones desde el 21 de abril del presente año” (https://bit.ly/39R1JBc).
Esos canales adicionales, que están en proceso de acreditación de audiencias y comercialización, llevan una numeración secundaria y se dedicarán por completo a la transmisión de las clases vía remota, a cambio de un pago del gobierno federal a tarifa social, que a la hora de redactar esta columna no se había precisado. Los demás canales tradicionales, los que la mayoría de los mexicanos conoce, seguirán con su programación habitual. ¿Ya cambió la televisión privada mexicana? Cuando esos canales alternos dejen de transmitir las clases, ¿se habrá acabado el cambio?
Envuelto en escándalos de corrupción, Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, conocido como Juan Carlos I, abandonó España para tratar de disminuir el impacto negativo a la corona que desde 2014 ha sido adjudicada a su hijo Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, conocido como Felipe VI.
Con 82 años, de los cuales casi 40 ejerció la función de rey luego de la muerte del dictador Francisco Franco, Juan Carlos I busca poner distancia de las indagaciones respecto del dinero recibido de manera irregular y con tufo corrupto y, a la vez, trata de que la agitada política española no haga prosperar el rechazo de un segmento de la población del país peninsular a la figura de la monarquía. ¡Hasta mañana!

Economía: ¿reactivación cercana? 
Enrique Alfaro: primitivo y bocón
El presidente López Obrador confía en que el tercer trimestre del año será el punto de partida para que la economía mexicana emerja y el país comience a superar la sacudida que se veía venir desde mediados de 2018 y que la pandemia desbocó. En México tenemos la esperanza de que vamos a salir adelante y hemos sostenido que esta crisis va en forma de V, es decir, caímos y vamos a salir; vamos a recuperarnos pronto.
Hasta ahora, señala el mandatario, la estrategia gubernamental se ha enfocado a proteger a la población más necesitada e inyectar recursos de abajo hacia arriba, sin endeudamiento, en vez de rescatar a los banqueros y grandes empresas, como antes se hacía, cuyo costo, dicho sea de paso, permanece como un enorme fardo para las finanzas públicas (recuérdese el caso del Fobaproa, que sólo es uno de los muchos salvamentos privados que, a costillas de la nación, los gobiernos neoliberales endilgaron a los mexicanos).
Pero más allá del mensaje positivo y de las ganas por dejar atrás los perniciosos efectos de la pandemia, la realidad es que nada fácil será, aunque no imposible, superar el tremendo golpe económico-social asestado por el bicho. Se supone –versión oficial– que la caída tocó fondo en el segundo trimestre del presente año y que en el tercero comenzará la reactivación.
En vía de mientras, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes) subraya que, en función de las cifras preliminares recientemente divulgadas por el Inegi, la economía refrenda su mensaje sobre la necesidad de contar con un programa de reactivación que permita vencer la inercia de una recesión que implica tanto la pérdida estructural de empleo como la desaparición de empresas: tienen una relación simbiótica que no debe analizarse de forma separada.
La precarización del mercado laboral (problema estructural de larga data) tiene una estrecha relación con la erosión que enfrenta el sistema productivo. La consecuencia se puede observar en la afectación que existe en el bienestar de las familias mexicanas: como señaló el Coneval, el aumento en la pobreza laboral muestra que la pérdida de empleo y la contracción del ingreso de quienes han logrado conservar su fuente de empleo ha causado un aumento en la pobreza laboral que no se ha observado desde 2005, cuando comenzó a elaborarse dicha estadística. Por ello, es fundamental comenzar a sentar las bases de un programa integral de reactivación productiva que atienda los sectores más afectados tanto por la crisis sistémica que enfrentan (por ejemplo, la industria) como por los efectos del Covid19.
Un acuerdo nacional es el primer paso. El segundo, un programa de política industrial integral. El tercero, una estrategia puntual para enfrentar los desafíos y las oportunidades que el T-MEC representa. El cuarto, revisar que los nuevos tratados comerciales no representen una competencia desleal. El quinto, generar una estrategia de desarrollo regional y sectorial que atienda una coyuntura que no estaba contemplada a inicio del año y que requiere incorporar nuevos elementos para evitar que la mayor crisis registrada desde 1934 se profundice y cause daños estructurales a una economía que llegó enferma a este momento.
Debe prevalecer la lógica de favorecer lo hecho en México, por ser la manera de cumplir con el mayor contenido regional planteado en el T-MEC, al tiempo que se genera empleo y crea un entorno favorable para la inversión productiva. El mensaje de la economía es claro: el peso de la inercia recesiva es el más grande en la historia del país, por lo que se necesita un plan económico emergente para hacerle frente.
Las rebanadas del pastel
Con la cara más dura que una piedra, el primitivo gobernador jalisciense Enrique Alfaro pide la cabeza de Hugo López-Gatell, porque no entiende que la pandemia es un asunto serio; avanzamos y él se encarga de echarlo todo a perder; a cada quien lo pondrá en su lugar la historia, y lo dice quien permitió una megafiesta de mil 500 invitados en Guadalajara.

Quiebras bancarias
El sector bancario comienza a vivir uno de los peores momentos de su historia y a lo largo de los siguientes meses se producirá una serie de quiebras, sobre todo de bancos pequeños y medianos que no están suficientemente capitalizados. 
En México ya quebró el primero, Famsa, fundamentalmente porque otorgó grandes créditos a sus propios accionistas y no los pudo recuperar. Ahora, Famsa, el grupo comercial que lo controlaba, también está en problemas y vive un proceso de restructuración. 
A nivel internacional la situación también es difícil. Hace unos días, por ejemplo, Santander reportó la mayor pérdida en sus 163 años de operación. Hay que señalar que a esta institución no le fue tan mal en México y mantiene un índice de capitalización de 16.69 por ciento, lo cual es adecuado en relación al resto de la banca. Tanto esta institución como el resto de bancos medianos y grandes han acumulado grandes reservas para hacerles frente a los deudores que no podrán pagar durante los próximos meses.  
El gran problema de estas instituciones no es la falta de dinero, en el mundo existe una gran liquidez y los gobiernos promueven el otorgamiento de crédito con tasas de interés muy bajas y en algunos países incluso negativas. 
El problema es que muchas empresas y personas no cuentan con recursos para pagar sus deudas. Millones de trabajadores han perdido sus empleos y la mayor parte de empresas redujeron al máximo sus operaciones o simplemente cerraron sus puertas. Debido a esta crisis, en México se han restructurado más de 9 millones de créditos mediante el programa para diferir pagos, lo que significa que muchos de estos financiamientos no se recuperarán. 
En teoría los bancos cuentan con reservas para enfrentar la crisis y, si quiebran, el Instituto de Protección al Ahorro Bancario devuelve su dinero a los pequeños ahorradores. Sin embargo, los recursos de este fondo no son suficientes para hacerle frente a la insolvencia si algún banco mediano o de gran tamaño quiebra, por lo que se puede generar nerviosismo y una corrida financiera si la situación empeora, cosa muy probable. 
El futuro del sector financiero a corto plazo se ve complicado, por lo que no hay que descartar más quiebras del sector en México.

Virales ataques contra López-Gatell
Sin escape, en México la pandemia podía pegar mucho más fuerte que en otras partes del mundo, y la pregunta saltaba: ¿Por qué? Pues entonces nos enteraron que la gente obesa, quienes padecen hipertensión, los diabéticos y muchos más con enfermedades crónicas serían las víctimas más probables del virus.
México es el segundo país del mundo que más gente obesa alberga –el primero si se trata de niños–, y eso, quieran o no, es un problema que nada tiene que ver con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien ha sido utilizado por la oposición al gobierno federal para atacar al presidente López Obrador.
Con esas condiciones: ¿Qué esperaban los gobernadores? Claro que cuando se les dijo, una y otra vez –diría López-Gatell–, que era necesario frenar la venta de alimentos chatarra que proliferan en todo el país, nada hicieron, nada dijeron, bueno, ni siquiera se hizo el intento de ofrecer a la gente una alternativa de alimentación que no fuera la bebida azucarada y las bolsas de carbohidratos.
Y claro, nos dimos cuenta que desde el gobierno de Carlos Salinas se dejaron de construir los hospitales, que ahora hacen falta, y permitió a la iniciativa privada hacer de la salud un gran negocio, donde quien tiene dinero tiene salud, los demás, que se pudran.
El plan fue más que perverso. Los medicamentos, siempre escasos en los dispensarios del sistema de salud, se ofertaban en las farmacias a precios elevados. Una red de intermediarios protegía a la iniciativa privada y se coludía con funcionarios del sistema de salud para debilitarlo y obligar al enfermo o a su familia a acudir a hospitales y farmacias fuera del sistema público.
¿Todo eso es culpa de López-Gatell? El fin de semana pasado, un enorme contingente de alemanes protestó por las medidas que su gobierno ha tomado para tratar de frenar el contagio; aseguran que las libertades individuales están en riesgo. También en Israel se dieron protestas callejeras masivas, en las que se acusaba al primer ministro hasta de corrupción en el combate a la enfermedad; Japón declaró estado de emergencia en Okinawa por una propagación explosiva del mal, y en Corea del Sur se llevó a la cárcel a un líder religioso acusado de sabotear los esfuerzos del gobierno en su tarea de tratar de disminuir el contagio. Eso, ¿también es culpa de López-Gatell?
No podemos negar que muchos de los dichos del subsecretario han llevado a cierta confusión, pero se le ha sometido a un desgaste constante diario que le ha hecho caer en contradicciones que de ninguna manera son comparables con la corrupción y el daño que el salinismo y sus secuaces le han causado, y le causan, a México.
De pasadita
Por cierto, esos gobernadores que con tanto cinismo buscan desacreditar al gobierno de López Obrador no representan ni a la mitad de los habitantes empadronados de sus entidades.
Enrique Alfaro, en Jalisco, no llegó ni a 40 por ciento de la votación; hoy tiene menos de 35 por ciento; Silvano Aureoles tampoco llegó a 40 por ciento, y el gobernador panista de Guanajuato, hoy la entidad más violenta, más sangrienta del país, tuvo un porcentaje mayor al de los ya citados, aunque tampoco logró la mitad de sufragios a favor. Entonces, ¿a quién representan esos que piden la renuncia del subsecretario? Aguas.


Editorial
Juan Carlos I de Borbón, quien desde su abdicación al trono de España ostenta la categoría de rey emérito, comunicó en fechas recientes a su hijo, Felipe VI, su decisión de trasladarse fuera de España debido a los escándalos que están generando ciertos acontecimientos de mi vida privada, en alusión a las abultadas cuentas del ex monarca en varios paraísos fiscales y por las cuales lo investigan autoridades judiciales de Suiza y de la misma España.

Solicita más cursos en línea para los profesores de la UNAM
Ayer ingresé a la página de la plataforma Tacur para inscribirme a los cursos interanuales que ofrece la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a sus docentes, cuya publicación se hizo el 31 de julio; pero me encontré con que la mayoría se saturaron a los pocos minutos y ya no se tienen inscripciones.

El llamado Tren Maya, supuestamente aprobado en una consulta, ha sido sujeto a licitaciones, asignación de contratos, cuenta con decreto de asignación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en favor de la empresa de participación estatal mayoritaria denominada Fonatur Tren Maya SA de CV, para construir, operar y explotar la vía general de comunicación ferroviaria denominada Tren Maya, la prestación del servicio público de transporte ferroviario de carga y de pasajeros que, por lo demás, le otorga un año para que presente el proyecto ejecutivo ( DOF, 21/4/20). Es decir, se reconoce que aún no lo tiene y, por tanto, la consulta indígena no contó con información previa sobre el proyecto que dicen aprobó. En ese desorden de fases, también falta la aprobación de la manifestación de impacto ambiental (MIA) de acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente (Lgeepa) y cuyo proyecto se presentó el pasado 16 de junio. En el camino, comunidades y organizaciones mayas han expresado su rechazo al megaproyecto que, no hay que olvidar, es más que un tren e incluye un plan de reordenamiento territorial a través de polos de desarrollo, han presentado amparos en trámite y con suspensiones definitivas, pero acotadas.
Para un mejor y mayor control de la población, el capitalismo acelera su transición digital. En este proceso está obligado a introducir cambios estructurales en sus instituciones. Nuevos tiempos nuevos requerimientos, otras funciones. Algunas nacerán bajo palio, otras serán declaradas obsoletas, y las restantes sufrirán mutaciones. La universidad es una de ellas. Por razones utilitarias, mantendrá su nombre, pero su ADN habrá mutado. La universidad pública será una caricatura de sí misma, al introducir el ideario empresarial de las universidades privadas. Hasta hoy, los fines de la pública han sido la promoción de las ciencias, las artes, el pensamiento crítico, la investigación y los saberes poco convencionales. Sus valores y principios aquilatan sus enseñanzas. Siempre encuentra un espacio para incorporar avances científicos o modificar planes y programas de estudio. En sus 10 siglos de existencia pervive gracias a mantener el norte en sus reformas: defender la libertad de pensamiento, la crítica, y ser atalaya contra la inquisición y el dogmatismo. Además, tiene fama de incentivar itinerarios nada rentables, como la historia del arte, griego, latín o las humanidades.
Obrero de la palabra, esforzado artesano del lenguaje, José Vicente Anaya llegaba los mediodías de 1979 a las oficinas de Insurgentes a la altura de Barranca del Muerto, a corregir el estilo de la revista Información Científica y Tecnológica, del Conacyt. Herencia de su cuna y travesía norteña, vestía, como si fuera uniforme de trabajo, pantalón de mezclilla y camisa vaquera.
Los gobernadores abajo firmantes del pasado viernes se autodenominan Alianza Federalista. Son parte de los desesperados con la 4T. Su tiempo pasó y no pueden con eso. Están de salida por la puerta trasera y les resulta espantoso. Nacieron en el mundo neoliberal de la grilla, los cargos y los ríos de dinero, y su futuro previsible los asfixia. Creen, como Trump, que la política es de fake news, y esperan ansiosos salvarse mediante un uso intensivo de las mismas. Son Martín Orozco, José Rosas Aispuro, Diego Sinhue Rodríguez, Francisco García Cabeza de Vaca, panistas; Miguel Ángel Riquelme, José Ignacio Peralta, priístas; Enrique Alfaro, priperredemecista; Jaime Rodríguez, bronco, y Silvano Aureoles, perredista. A Javier Corral debieron sacarlo de su lista: los firmantes no sabían que no había firmado.
En 2018, un grupo de amigos organizamos un homenaje para celebrar los 70 años del poeta José Vicente Anaya. Lo nombramos Homenaje a la disidencia. El escritor aceptó la invitación y comentó: Me parece buena idea; hagamos un homenaje a la disidencia.

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