El crecimiento de la extrema derecha es una de las expresiones más significativas del siglo XXI en la vida política en Europa, Estados Unidos y América Latina. Estamos ante un fenómeno heterogéneo que no es necesariamente novedoso. Los postulados de la nueva derecha son cercanos, pero diversos y han crecido en diferentes contextos. Lo mismo en la próspera Alemania que en EU que rechaza al establishment de las élites del poder. La extrema derecha en Brasil se nutrió de la corrupción del PT, partido de izquierda social. Y en Bolivia fue fruto de una rebelión de las clases altas racistas que en nombre de Dios asestaron un golpe de Estado.
El año pasado apareció en Francia, el libro La fasciósfera. Cómo la extrema derecha ganó la batalla de la red, de Dominique Albertini. La fasciósfera es una nebulosa de sitios web, blogs y portales a través de los cuales los movimientos de extrema derecha han adquirido una voz cada vez más poderosa en Europa y EU. Señalan a la extrema derecha conquistando nuevos espacios de representación, una presencia que cruza las fronteras. Los principales son sitios religiosos ultraconservadores, supremacistas, hasta predicadores web que son negacionistas y nacionalistas obsesivos, hasta sitios de noticias falsas.
La nueva derecha glorifica un nacionalismo exacerbado. Exalta la identidad local, evoca con nostalgia el pasado, promueve una atmósfera negativa hacia los extranjeros; en suma, es misógina, patriarcal y racista. Es nostálgica por lo sagrado, sea religioso o moral. Antes católica, ahora se puede alimentar de un nuevo conservadurismo pentecostal que defiende los valores patriarcales tradicionales.
Por un lado, esta derecha refleja la desconexión entre las élites políticas y los reclamos de la ciudadanía. La crisis de los partidos políticos ha propiciado grietas con la población y facilita que la derecha instale un libreto más radical en el ámbito público.
En México, la crisis de los partidos ha faclitado que emergan movimientos como el autonombrado Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAA), que se denomina
ciudadano y pacífico. Su objetivo único es hacer dimitir al presidente López Obrador vía artilugios jurídicos, movilización y presión social, así como presencia en medios de comunicación. FRENAA fue creado por 67 ciudadanos, entre los que se encuentran empresarios de Nuevo León, como Gilberto Lozano y Pedro Luis Martín Bringas, así como Juan Bosco Abascal, miembro de una familia de linaje católico ultrconservador, y los comunicadores Pedro Ferriz, Rafael Loret de Mola. Su líder visible es Gilberto Lozano. Alto ejecutivo de empresas del Grupo Monterrey, del cual, se presume, recibe apoyo. FRENAA no tiene discurso consistente. Está colmado de ambigüedades. Se dice cívico y despliega un preocupante lenguaje de odio, no sólo contra AMLO, sino contra cualquiera que no piense como ellos. Se proclama pacífico y coquetea con las fuerzas armadas, incluso algunos de sus miembros, exaltan el ejemplo del golpe
pacíficoen Bolivia. Rechaza la injerencia extranjera de Venezuela y Cuba en México; sin embargo, escriben a Donald Trump para que cambie el enfoque hacia México. FRENAA habla en nombre de los mexicanos a quienes dice respetar. Pero es clasista, rechaza el aborto y considera las manifestaciones feministas
pandemia peor que el coronavirus. Abiertamente misógino, Lozano llama
vil rameraa la alcaldesa de Atizapán. Homófobo al calificar de maricones a sus malquierientes, como lo hizo con el sacerdote Alejando Solalinde
verdadero idiota, pelón y mayatón. FRENAA enarbola el Estado de derecho pero quiere presionar la renuncia de un Presidente constitucionalmente electo. Son impacientes y no esperan nada del proceso electoral de 2021 ni del ejercicio de revocación del mandato a principios del 2022.
En un video, Lozano afirmó: “AMLO, es usted un comunista, un chavista. No se burle de nosotros porque vamos a los templos. ¿Por qué te burlas, López? Cada quien profesa la fe religiosa. En cambio, usted hizo un acto chamánico, el 1º de diciembre de 2018, encomendándole a parte del país a Satanás. Ahí con incienso y un gallo cortado ahí en Tabasco. No se vuelva a burlar de los mexicanos que profesamos una fe. Usted no va a acabar con la fe. Es más, la fe va hacer que lo quitemos a usted del puesto muy pronto… Está obligado en un Estado laico, por ley debe respetar las libertades religiosas de la gente. Y deje de andar usando sus verborreas religiosas para acomodarlo en su discurso bueno para nada (24/7/20).
FRENAA rescata el discurso anticomunista enarbolado por el viejo catolicismo social. Preocupa la presencia de Juan Bosco Abascal. Puede ser indicativo de que actores yunquistas se han subido a la nave aventurera de Lozano. Estos sí son peligrosos. Es decir, la utraderecha católica más recalcintrate en la historia moderna de México se monta en un nuevo proyecto. Lozano muestra una ignorancia crónica al identificar a Satanás con el chamanismo. FRENAA tiene un discurso frágil y contradictorio. Quizá la forma y contundencia atrae a muchos mexicanos que rechazan a AMLO. Hay que reconocer que la falta de sustancia y de coherencia auguran descalabros inminentes. Sin embargo, la semilla de una nueva derecha está sembrada, probablemente otros actores sin tanto protagonismo teatral retomen con eficacia una potencial corriente social e ideológica que se ha disparado estos dos años.
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