Ciudad de México. Las mujeres con COVID-19 pueden amamantar si lo desean, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte de la semana mundial de la lactancia materna, que se conmemora del 1 al 7 de agosto.
Esto, siempre que se laven las manos frecuentemente con agua y jabón o con un gel hidroalcohólico, especialmente antes de tocar al lactante; utilicen una mascarilla médica durante todo contacto con el lactante, en particular mientras lo amamantan; se cubran la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser, (tras lo cual deben desecharlo inmediatamente y lavarse las manos); y se limpien y desinfecten sistemáticamente todas las superficies que toquen.
De acuerdo con estos organismos, los beneficios de la lactancia materna y la interacción entre madres e hijos para prevenir infecciones y promover la salud y el desarrollo, son especialmente importantes cuando la salud y otros servicios comunitarios se ven afectados o limitados.
Por ello, las madres y sus hijas o hijos deben recibir apoyo para permanecer juntas y practicar el contacto piel a piel o el método de madres canguro, ya sea que ellas o sus bebés sean casos sospechosos, probables o confirmados de infección por el virus que causa la COVID-19.
De acuerdo con ambos organismos, los cuidados inmediatos y continuados piel con piel mejoran la regulación de temperatura de los neonatos y se asocian a una mayor supervivencia neonatal. Además, colocar a la o el recién nacido junto a la madre permite una iniciación temprana de la lactancia materna, lo que también reduce la mortalidad.
“Los numerosos beneficios del contacto piel con piel y de la lactancia materna superan sustancialmente los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados a la COVID-19”, precisaron los organismos.
Hasta ahora, el virus activo causante de la COVID-19 (virus causante de la infección) no se ha encontrado en la leche materna. Tampoco se ha detectado la transmisión de la COVID-19 a través de la leche materna ni el amamantamiento. “No existen motivos para evitar la lactancia materna ni interrumpirla”, explicaron la OPS y la OMS.
De acuerdo con ambas instituciones de salud, la lactancia materna mejora la supervivencia de neonatos y lactantes y les proporciona beneficios de salud y desarrollo que duran toda la vida, además de que también mejora la salud de las madres. Por ello, la lactancia materna es recomendable en todos los entornos socioeconómicos, incluyendo comunidades con prevalencia de COVID-19.
En caso de que la madre se encuentre demasiado enferma para amamantar a su bebé debido a la COVID-19 o a otras complicaciones, la OMS y la OPS señalan que debe recibir apoyo para proporcionar leche materna de una forma viable, posible y aceptable para ella, por ejemplo, a través del uso de sacaleches o leche materna procedente de donantes.
La madre puede empezar a amamantar cuando se sienta suficientemente bien para hacerlo. No hay ningún periodo de espera establecido después de haber padecido COVID-19 presunta o confirmada, ni hay datos científicos que indiquen que la lactancia modifique el curso clínico de la COVID-19 en las madres. Para ello, dicen los organismos, las mujeres deben recibir apoyo de las y los profesionales sanitarios o de una asesora de lactancia.
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