Demandan diputadas, sindicalistas y feministas
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 5 mayo 08 (CIMAC).- Frente a las desfavorables condiciones laborales para las mujeres, que implican bajos salarios, falta de seguridad social y hostigamiento sexual en el trabajo, diputadas federales, sindicalistas y feministas se pronuncian por una reforma laboral con perspectiva de género que defienda los derechos humanos de las trabajadoras, promueva la justicia social con equidad de género, la igualdad de trato y oportunidades y la reproducción humana como asunto de interés social.
Así lo refiere Rosario Ortiz Magallón, feminista y diputada federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en su texto La equidad de género en la reforma laboral, donde puntualiza que desde hace una década diputadas federales, sindicalistas y feministas se han dado a la tarea de realizar una investigación y análisis para definir una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) con perspectiva de género.
Dicha reforma a la LFT debe “tomar en cuenta la realidad diferente y desigual de las mujeres y los hombres que trabajan, para que atienda las necesidades de las mujeres, ya que el ámbito del trabajo y las normas laborales están centradas en las necesidades e intereses de los hombres”, afirma Ortiz Magallón.
La reforma laboral con enfoque de género “se fundamenta en la defensa los derechos humanos de las trabajadoras, la justicia social con equidad de género, la igualdad de trato y oportunidades, la reproducción humana como asunto de interés social y un mundo laboral libre de violencia”, expone Ortiz Magallón.
“Lograr la equidad de género en el mundo del trabajo requiere construir mecanismos para erradicar la discriminación tanto directa como indirecta mediante acciones afirmativas, entendidas éstas como medidas temporales que permiten generar igualdad de oportunidades y de trato”, refiere el documento.
Para modificar la Ley Federal del Trabajo desde un enfoque de género, la autora destaca que es necesario construir nuevos instrumentos legales armonizados con los tratados internacionales (convenios, convenciones y declaraciones relativos al trabajo y a los derechos universales) que permitan “elevar a rango constitucional el derecho al trabajo y la igualdad real entre mujeres y hombres”, menciona.
CONTENIDOS DE GÉNERO
Un nuevo contenido de la LFT tendría un lenguaje incluyente que nombre y visibilice a las mujeres y deberá ser garante de la igualdad de oportunidades y de trato, como la incorporación del concepto de no discriminación, el establecimiento del fuero materno y la bilateralidad en la negociación colectiva dice en su texto la perredista, integrante de integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
Asimismo, deberá proteger a las trabajadoras contra la violencia laboral y el hostigamiento sexual, a través del reconocimiento del hostigamiento como riesgo de trabajo, sancionar al agresor y brindar protección a las víctimas, explica la también integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social y miembro del Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y de la Equidad de Género.
Esta iniciativa de reforma laboral con perspectiva de género, señala la diputada del PRD, contemplará las condiciones laborales de las trabajadoras durante la gestación y la lactancia, como: la ampliación del periodo pre y posnatal a ocho semanas, y en parto múltiple o prematuro dos semanas más, con goce de salario y prestaciones.
De igual forma, establece que las y los trabajadores tienen derecho a guardería proporcionado por el sistema de seguridad social, así como permisos para atender cuidados de hijas e hijos, entre otros.
En lo que respecta a los derechos reproductivos de las y los trabajadores, Rosario Ortiz señala que tienen el derecho a decidir de manera libre el número y espaciamiento de hijas e hijos, sin que pierdan su empleo o sus salarios, puntualiza.
En su último apartado, titulado De los trabajos especiales, Ortiz Magallón señala la relevancia de modificar la denominación de trabajadoras domésticas por trabajadoras del hogar y la ampliación de sus derechos. Así como la incorporación de los derechos laborales de las jornaleras agrícolas y los de las trabajadoras de la maquila.
DETERIORO NEOLIBERAL
La necesidad de modificar la LFT con perspectiva de género se origina por el deterioro de las condiciones laborales para las mujeres en México, determinadas por el actual modelo económico, que se caracteriza por: adelgazamiento del Estado, desregulación económica, flexibilidad laboral, debilitamiento de los sindicatos y de las organizaciones sociales, afirma la legisladora.
Dichas políticas “han sido algunos de los compromisos asumidos por el Ejecutivo federal para garantizar a las grandes trasnacionales el ambiente de paz social y laboral que exigen sus inversionistas”, afirma Ortiz Magallón.
Las consecuencias de la aplicación de estas políticas económicas en el país, acentuadas a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), en 1994, “permitieron la obtención de ganancias exorbitantes a costa de la caída estrepitosa del poder adquisitivo de la población, y de las condiciones laborales y ambientales, con lo cual se ha arrojado cada vez a más mujeres y hombres a la pobreza y discriminación”, indica.
Ejemplo de ello es la aplicación de horarios flexibles de trabajo como los llamados tiempos parciales, el trabajo a domicilio y la media jornada, que se han propiciado bajo el argumento de que permiten a las trabajadoras seguir atendiendo sus responsabilidades en el hogar. En realidad, “estas facilidades profundizan la depreciación de los salarios, de las condiciones de trabajo y de los derechos humanos laborales”, asevera la diputada federal.
La mayoría de las trabajadoras en México se ubican en asalariadas y por cuenta propia. De las primeras, se encuentran laborando en la manufactura, pero con mayor peso en el comercio y en los servicios, ambos sectores perciben entre 1 y 3 salarios mínimos con jornadas en promedio de entre 15 y 48 horas por semana, menciona Rosario Ortiz en su manuscrito.
“Estos datos evidencian que sus trabajos no son estables y sus contratos son por honorarios, medios tiempos, o con otro tipo de contratación flexible, lo cual indica que 5.9 millones de mujeres no cubren su jornada legal de 48 horas a la semana y eso tiene estrecha relación con el alto número de mujeres sin acceso a la salud: 9.9 millones de trabajadoras, es decir, 61 por ciento del total de la población femenina ocupada no tiene cobertura de atención médica”, refiere.
La propuesta de reforma a la LFT con perspectiva de género se presentó y discutió con sindicatos, como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), con partidos políticos como el PRD, el Revolucionario Institucional (PRI); con la Subsecretaría A de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, responsable de la Mesa Central de Decisión para la Actualización y Modernización de la Reforma Laboral, desde las pasadas legislaturas LVIII y LIX.
08/GCJ/GG
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 5 mayo 08 (CIMAC).- Frente a las desfavorables condiciones laborales para las mujeres, que implican bajos salarios, falta de seguridad social y hostigamiento sexual en el trabajo, diputadas federales, sindicalistas y feministas se pronuncian por una reforma laboral con perspectiva de género que defienda los derechos humanos de las trabajadoras, promueva la justicia social con equidad de género, la igualdad de trato y oportunidades y la reproducción humana como asunto de interés social.
Así lo refiere Rosario Ortiz Magallón, feminista y diputada federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en su texto La equidad de género en la reforma laboral, donde puntualiza que desde hace una década diputadas federales, sindicalistas y feministas se han dado a la tarea de realizar una investigación y análisis para definir una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) con perspectiva de género.
Dicha reforma a la LFT debe “tomar en cuenta la realidad diferente y desigual de las mujeres y los hombres que trabajan, para que atienda las necesidades de las mujeres, ya que el ámbito del trabajo y las normas laborales están centradas en las necesidades e intereses de los hombres”, afirma Ortiz Magallón.
La reforma laboral con enfoque de género “se fundamenta en la defensa los derechos humanos de las trabajadoras, la justicia social con equidad de género, la igualdad de trato y oportunidades, la reproducción humana como asunto de interés social y un mundo laboral libre de violencia”, expone Ortiz Magallón.
“Lograr la equidad de género en el mundo del trabajo requiere construir mecanismos para erradicar la discriminación tanto directa como indirecta mediante acciones afirmativas, entendidas éstas como medidas temporales que permiten generar igualdad de oportunidades y de trato”, refiere el documento.
Para modificar la Ley Federal del Trabajo desde un enfoque de género, la autora destaca que es necesario construir nuevos instrumentos legales armonizados con los tratados internacionales (convenios, convenciones y declaraciones relativos al trabajo y a los derechos universales) que permitan “elevar a rango constitucional el derecho al trabajo y la igualdad real entre mujeres y hombres”, menciona.
CONTENIDOS DE GÉNERO
Un nuevo contenido de la LFT tendría un lenguaje incluyente que nombre y visibilice a las mujeres y deberá ser garante de la igualdad de oportunidades y de trato, como la incorporación del concepto de no discriminación, el establecimiento del fuero materno y la bilateralidad en la negociación colectiva dice en su texto la perredista, integrante de integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.
Asimismo, deberá proteger a las trabajadoras contra la violencia laboral y el hostigamiento sexual, a través del reconocimiento del hostigamiento como riesgo de trabajo, sancionar al agresor y brindar protección a las víctimas, explica la también integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social y miembro del Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y de la Equidad de Género.
Esta iniciativa de reforma laboral con perspectiva de género, señala la diputada del PRD, contemplará las condiciones laborales de las trabajadoras durante la gestación y la lactancia, como: la ampliación del periodo pre y posnatal a ocho semanas, y en parto múltiple o prematuro dos semanas más, con goce de salario y prestaciones.
De igual forma, establece que las y los trabajadores tienen derecho a guardería proporcionado por el sistema de seguridad social, así como permisos para atender cuidados de hijas e hijos, entre otros.
En lo que respecta a los derechos reproductivos de las y los trabajadores, Rosario Ortiz señala que tienen el derecho a decidir de manera libre el número y espaciamiento de hijas e hijos, sin que pierdan su empleo o sus salarios, puntualiza.
En su último apartado, titulado De los trabajos especiales, Ortiz Magallón señala la relevancia de modificar la denominación de trabajadoras domésticas por trabajadoras del hogar y la ampliación de sus derechos. Así como la incorporación de los derechos laborales de las jornaleras agrícolas y los de las trabajadoras de la maquila.
DETERIORO NEOLIBERAL
La necesidad de modificar la LFT con perspectiva de género se origina por el deterioro de las condiciones laborales para las mujeres en México, determinadas por el actual modelo económico, que se caracteriza por: adelgazamiento del Estado, desregulación económica, flexibilidad laboral, debilitamiento de los sindicatos y de las organizaciones sociales, afirma la legisladora.
Dichas políticas “han sido algunos de los compromisos asumidos por el Ejecutivo federal para garantizar a las grandes trasnacionales el ambiente de paz social y laboral que exigen sus inversionistas”, afirma Ortiz Magallón.
Las consecuencias de la aplicación de estas políticas económicas en el país, acentuadas a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), en 1994, “permitieron la obtención de ganancias exorbitantes a costa de la caída estrepitosa del poder adquisitivo de la población, y de las condiciones laborales y ambientales, con lo cual se ha arrojado cada vez a más mujeres y hombres a la pobreza y discriminación”, indica.
Ejemplo de ello es la aplicación de horarios flexibles de trabajo como los llamados tiempos parciales, el trabajo a domicilio y la media jornada, que se han propiciado bajo el argumento de que permiten a las trabajadoras seguir atendiendo sus responsabilidades en el hogar. En realidad, “estas facilidades profundizan la depreciación de los salarios, de las condiciones de trabajo y de los derechos humanos laborales”, asevera la diputada federal.
La mayoría de las trabajadoras en México se ubican en asalariadas y por cuenta propia. De las primeras, se encuentran laborando en la manufactura, pero con mayor peso en el comercio y en los servicios, ambos sectores perciben entre 1 y 3 salarios mínimos con jornadas en promedio de entre 15 y 48 horas por semana, menciona Rosario Ortiz en su manuscrito.
“Estos datos evidencian que sus trabajos no son estables y sus contratos son por honorarios, medios tiempos, o con otro tipo de contratación flexible, lo cual indica que 5.9 millones de mujeres no cubren su jornada legal de 48 horas a la semana y eso tiene estrecha relación con el alto número de mujeres sin acceso a la salud: 9.9 millones de trabajadoras, es decir, 61 por ciento del total de la población femenina ocupada no tiene cobertura de atención médica”, refiere.
La propuesta de reforma a la LFT con perspectiva de género se presentó y discutió con sindicatos, como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), con partidos políticos como el PRD, el Revolucionario Institucional (PRI); con la Subsecretaría A de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, responsable de la Mesa Central de Decisión para la Actualización y Modernización de la Reforma Laboral, desde las pasadas legislaturas LVIII y LIX.
08/GCJ/GG
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