5/07/2008

El EZLN creó esperanzas, indígenas y jóvenes su base social, pero es perseguido y reprimido




Pedro Echeverría V.

1. Entre la izquierda no electoral el levantamiento zapatista (del Ejército Zapatista de Liberación Nacional) del 1 de enero de 1994 en Chiapas, nos causó un enorme entusiasmo y mucha alegría. Escribía entonces para un periódico diario y una revista semanal y a los dos días (por propia iniciativa) estaba ya en la ciudad de San Cristóbal observando y persiguiendo las noticias que llegaban de la selva de Guadalupe/Tepeyac, Ocosingo u Oventic. La realidad es que el presidente Carlos Salinas, que a finales de 1993 había firmado el TLC e impuesto al candidato priísta (Colosio), aparecía antes del levantamiento como el presidente más grande que haya dado el país; a tal grado que anunciaba que México (país con un 60 por ciento de pobres y miserables) había pasado del tercer al primer mundo. Se le veía cantando el himno nacional por todos los canales de televisión y con una cínica sonrisa se burlaba de toda la oposición a su política.

2. Presionamos los periodistas para que nos habilitaran una sala de prensa, misma que a los cuatro días abrieron en el hotel Mazariegos con algunas computadoras y servicio telefónico. Entrevistamos a varias personas que habían estado cerca de aquellos lugares y viajamos a algunas poblaciones donde se hacían actos políticos, pero los periodistas que no pertenecían a Televisa o a un medio extranjero poderoso, no pudimos brincar el cerco del ejército “por falta de autorización”. La mayoría de los que buscábamos noticias esos días, incluso los de otros países que eran los más, tuvimos simpatía por el levantamiento. En todo el país se desataron apoyos al EZLN mediante mítines, mantas, pintas y pegas de volantes; mientras tanto la policía recibía órdenes de reprimir y encarcelar. En sólo 12 días, por la gran movilización nacional e internacional, el gobierno de Salinas tuvo que bajarle a la represión y abrir una mesa de diálogo.

3. Comenzó entonces el EZLN a transformarse en un gran movimiento nacional zapatista. A causa del coraje por el levantamiento y por lo difícil de los problemas que tuvo en su último año de gobierno, Salinas incrementó la tropa militar en Chiapas e hizo crecer los cuerpos policíacos en los estados de la República. Aunque se iniciaron las conversaciones formales en San Cristóbal, la represión no bajó. Sin embargo, a raíz de que Ernesto Zedillo asumió la Presidencia, hizo hasta lo imposible para destruir al EZLN, a pesar de que éste había declarado que no era un ejército para la guerra sino para la paz. Le preparó Zedillo una trampa a la dirigencia del EZLN, encabezada por Marcos, muy parecida a la trampa que le pusieron a Zapata en 1919 que concluyó con su asesinato en Chinameca, Morelos. Zedillo incluso se vio obligado a abrir una mesa de diálogo que luego desconoció al no reconocer los acuerdos de San Andrés.

4. El gobierno que el charlatán panista Vicente Fox encabezó, prometió en su campaña que resolvería los problemas con el EZLN “a los 15 minutos” de tomar posesión. Pasaron dos meses de espera y el EZLN resolvió realizar una gran caravana de San Cristóbal a la Ciudad de México en la que participamos en más de 40 autobuses y decenas de camionetas y automóviles casi 1,500 personas y fuimos recibidos con aplausos, entusiasmo y comida en más de 50 pueblos de unos ocho estados de la República. Al entrar al Zócalo de la Ciudad de México nos recibieron (a EZLN, a sus líderes y a los caravaneros) alrededor de 400 mil personas. Fox buscaba salir en la Tele con Marcos y hasta la misma Televisa y TV Azteca abrieron sus puertas al líder zapatista. En los días siguientes los panistas y priístas fueron cerrando la “apertura” de Fox hasta tratar de evitar que el EZLN hable en el Congreso e impedir que se aprueben los Acuerdos de San Andrés,

5. Fox ordenó movimientos de tropa militar y cambios de retenes en la zona zapatista de Chiapas. Al parecer no reprimió con brutalidad como Salinas y Zedillo, pero bloqueó la aprobación de los Acuerdos indígenas de San Andrés que se discutieron durante varios meses en Laráizar con la participación de más de 15 comisionados por bando y con la asistencia de cientos de personas que acordonamos como protección la zona de pláticas. Fox pudo gobernar en paz su sexenio y decir cínicamente que el problema de Chiapas con el EZLN “estaba resuelto”. Entre tanto, el EZLN aprovechó la coyuntura para organizar sus Caracoles, es decir, gobiernos legítimos en la zona zapatista, que son sin duda, experiencias importantes de autogobierno. Sin embargo, a pesar de la enseñanza que pueden mostrar, durante el gobierno ultraderechista de Fox, pareciera que el EZLN se hizo más local perdiendo su carácter y presencia nacional.

6. La Otra Campaña fue, al parecer, una interesante experiencia para conocer de manera directa lo que en el país se desarrollaba; además permitiría hacer contactos, agrandar el movimiento y consolidar una fuerza importante en el país. La Otra parece haber servido poco porque no se instrumentó adecuadamente una política de alianzas, de contacto con otras fuerzas e incluso se polarizó con el lópezobradorismo que en ese momento, incluso hasta hoy, (aún con sus limitaciones) sigue en la izquierda electoral con un programa nacional. Sin embargo, a pesar de mucho sectarismo (en un país donde la burguesía con sus medios de información, la escuela y la iglesia sigue ejerciendo un gran control sobre el pensamiento de las masas) todavía hay sectores de izquierda que buscan fortalecer la lucha de masas en las calles como forma importante de presión para generar cambios y frenar la represión burguesa. Ni modo, hay que caminar con lo que hay.

7. Tengo la convicción de que al mismo ritmo en que un partido o una organización se hace más grande y poderosa en ese mismo ritmo se hace más corrupta y entreguista. Los partidos socialistas y comunistas de Europa fueron un ejemplo claro al ponerse al servicio de los empresarios y el capitalismo. Por el contrario, mientras más pequeña es una organización menos riesgo de contaminación de programas y objetivos tiene. Pero por otro lado una pequeña organización sólo puede dejar recuerdos o testimonios. No podrá ser nunca una fuerza importante que pudiera hacerle daño alguno a la explotación capitalista si no sabe coordinarse con otras y siempre asume una conducta sectaria. Aunque duela, tenemos que aprender a hacer causa común para batallar en un punto concreto aunque después haya que buscar otros aliados. Quizá en este contexto puedan analizarse los problemas que sufre el PRD grandote que goza de los privilegios del poder.

8. En varios momentos, desde hace dos años, “soñé despierto” en el posible y enorme papel que podría jugar doña Rosario Ibarra (muy aceptada por todos) para ser la convocante de una gran reunión de representantes de organismos de izquierda en los que no podrían faltar representantes comisionados de: lópezobradoristas, zapatistas, la APPO, el Diálogo Nacional, la CNTE, los pascuales y representantes de decenas de organizaciones como el los sindicatos del IMSS, de los mineros, telefonistas, universitarios, estudiantes y grupos de izquierda. El objetivo sería analizar diferentes propuestas y estrategias de unidad y lucha para conformar frentes por demandas concretas, tales como la lucha contra la privatización del petróleo, libertad a los presos políticos, contra la reforma a la ley del trabajo, etcétera. y hacer avanzar la batalla contra la burguesía dominante. Un movimiento de masas alejaría los pleitos internos en las organizaciones.

pedroe@cablered.net.mx

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