Reciben financiamiento para cultivar y vender en el mercado
Las
mujeres se organizan en pequeños grupos colectivos para negociar y
vender mejor sus productos
Miles
de mujeres en Bangladesh (sudeste de Asia) se labraron un futuro mejor
para ellas y sus familias, y en parte se lo deben a los huevos de
pollo, la piña y a un pequeño préstamo inicial.
Desde 2009, la organización sin fines de lucro Helen Keller
International (HKI), llamada así por su fundadora, la afamada escritora
y activista estadounidense sorda y ciega (1880-1968), supervisa
programas en Chittagong, una zona en el este de Bangladesh, que
capacita a mujeres en la agricultura a fin de que produzcan alimentos
para sus familias y la venta en el mercado.
Kathy Spahn, presidenta de HKI, afirmó que 20 por ciento de las
familias de Chittagong pasan hambre, mientras que 50 por ciento de las
y los niños tienen un crecimiento y un peso inferiores a los de su edad
debido a la mala nutrición. En la zona donde opera la organización,
cerca de 75 por ciento de la población sobrevive con apenas 12 dólares
al mes (180 pesos mexicanos).
“La zona está estigmatizada y tiene poco acceso a los servicios
sanitarios”, señaló Spahn en un encuentro celebrado el pasado 24 de
febrero por la organización Microfinanzas para el Avance de las Mujeres
Nueva York.
“Les estamos enseñando a las mujeres a cultivar frutas y verduras
nutritivas, a criar pollos por la carne y los huevos, y a cultivar lo
suficiente para vender en los mercados para recibir dinero adicional”,
explicó.
El programa “Mercados que funcionan para las mujeres” (M2W2, en inglés)
aporta el capital inicial y asesoramiento permanente. Las mujeres de
Chittagong, que antes eran vistas únicamente como amas de casa, reciben
las herramientas para cultivar productos nutritivos, como espinacas y
zanahorias para alimentar a sus familias, y otros más lucrativos como
el ananá (piña) y el maíz para su venta.
Las mujeres, que nunca antes tuvieron control sobre las finanzas de la
familia, de repente están aportando sus propios ingresos para pagar la
educación y la atención médica.
Antes HKI se dedicaba a proyectos exclusivamente vinculados con la
vista y la ceguera, pero ahora abarca una gama más amplia de temas de
salud y nutrición, como la ceguera causada por la deficiencia de
vitamina A. La organización tiene ahora 180 programas en más de 20
países de África y Asia.
“HKI opera en Bangladesh desde 1978, trabajando con la ceguera
nutricional”, informó Spahn a IPS/Cimacnoticias. “Al programa lo
llamamos ‘producción doméstica de alimentos mejorada’. Con eso, viene
la información nutricional. No se trata sólo de aumentar sus ingresos,
sino de que la educación las lleve a una vida más sana y más
productiva”, añadió.
EMPODERAMIENTO FEMENINO
Las mujeres se organizan en pequeños grupos colectivos para negociar y
vender sus productos de mejor manera. Cada hogar produce una cantidad
muy pequeña para que la venta individual sea efectiva, pero la suma de
fuerzas con otras mujeres implica que cada colectivo tiene más para
vender.
“Queremos generar su capacidad en los negocios y el marketing. Las
capacitamos en investigación de mercado, demanda y contabilidad y
organizamos los hogares en grupos para que puedan acumular sus
productos”, explicó Spahn.
También se ofrece un plan de ahorro grupal que permite a las mujeres
colocar parte de sus ingresos en un fondo compartido al que todas las
integrantes pueden acceder para sus gastos mayores, como una
hospitalización o la sustitución de maquinaria de envasado.
“Si algo se rompe, no podemos reemplazarlo porque eso no es sostenible.
Esto tiene que ver con el desarrollo, no con la caridad”, precisó Spahn.
En su origen, M2W2 fue un programa piloto de tres años de duración que
terminaría en 2012, pero una inyección adicional de fondos del gobierno
británico le permitirá continuar hasta enero. “Estamos buscando más
apoyo para seguir adelante”, indicó Spahn.
Los resultados del programa son rotundos. Spahn aseguró que de los 2
mil 500 hogares involucrados, los ingresos de “casi todos” aumentaron
en un 30 por ciento. “Cuando empezamos, todo el mundo tenía un régimen
dietético malo.
Tres años después, ya nadie lo tiene”, sostuvo.
Los huevos, una rica fuente de vitamina A, ayudaron a reducir la
deficiencia vitamínica y sus problemas derivados, pero Spahn dijo que
el beneficio más fuerte fue social, más que físico.
“Encontramos que 90 por ciento de las mujeres tenían la capacidad de
decisión absoluta sobre el dinero que generaron. Negociaban con más
eficiencia y se sentían más empoderadas”, observó.
MICROEMPRESARIAS
El empoderamiento y la independencia financiera de las mujeres es uno
de los pilares ideológicos de Microfinanzas para el Avance de las
Mujeres Nueva York.
Danielle LeBlanc, una de las directoras del grupo, señaló que los
micropréstamos y el emprendimiento social son de las maneras más
sencillas y eficaces para mejorar la situación económica de las mujeres
privadas de sus derechos en los países más pobres.
“Con la oportunidad de obtener ingresos por su cuenta, ayudan a las
mujeres a obtener cierta independencia y aumentar la sostenibilidad
financiera de sus familias”, señaló LeBlanc.
“Cuando las mujeres recibieron las ganancias de estos emprendimientos,
las gastaron en sus familias, enviando a sus hijos a la escuela,
mejorando su casa.
El objetivo no es sólo ayudar a crear empresas, sino
mejorar el bienestar de la familia”, añadió.
El término microfinanciación es un concepto amplio, visto de distintas
maneras, destacó LeBlanc. Para los gobiernos, se trata de subvenciones
inferiores a los 50 mil dólares (749 mil pesos mexicanos), mientras que
los bancos consideran que esa cifra es más cercana a los 250 mil (cerca
de 3 millones 750 mil pesos mexicanos).
No obstante, la activista aseguró que se puede avanzar mucho con un
desembolso inicial de unos pocos cientos de dólares. “En Estados
Unidos, la microfinanciación podría ayudar a los vendedores ambulantes,
como en Nueva York, o financiar guarderías infantiles o incluso
pequeñas empresas.
En el extranjero… serían los más pobres, como las
mujeres que venden productos junto a la carretera, las agricultoras o
las artesanas”, dijo.
“Para nosotros, el aumento en los ingresos de una familia en los países
pobres puede parecer algo muy pequeño, pero implica una gran diferencia
en sus vidas. Ayuda a aumentar la nutrición de los niños, mejora la
posición de la mujer en la familia, o puede poner un techo de hojalata
en una casa con techo de paja”, explicó.
*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
| Foto: Helen Keller International
Por: Josh Butler*
Cimacnoticias/IPS | Nueva York.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario