Pedro Miguel
El
primer encargo significativo de Eduardo Medina Mora (EMM) fue alinear
al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en función de
los intereses y las fobias de Vicente Fox. Si bien ese instituto había
sido desvirtuado desde tiempos de Zedillo en el espionaje y
hostigamiento contra opositores políticos, bajo el foxismo abandonó el
trabajo de inteligencia en materia de seguridad nacional, fue
parcialmente desmantelado y no pocos de sus agentes fueron despedidos
sin más justificación que el haber trabajado para la administración
anterior y de manera irresponsable y aun criminal, es decir, sin
ninguna cobertura ni protección, lo que los dejó expuestos a
represalias de la delincuencia organizada. Algunos buscaron empleo en
empresas de seguridad privada, otros abandonaron el país y es razonable
suponer que algunos optaron por pasar a las filas de la criminalidad,
llevándose consigo información crucial y devastadora. El
desmantelamiento explica en parte la catástrofe en materia de seguridad
pública que tuvo lugar en los últimos años de Fox y a lo largo de todo
el calderonato (http://is.gd/3ECj1K).
A lo que sí se dedicó el Cisen de EMM fue a espiar a movimientos
sociales como el que protagonizaron los pobladores de San Salvador
Atenco en contra del frustrado aeropuerto foxista. La información
obtenida habría de ser clave en la violenta represión desatada contra
los atenquenses en 2006, cuando era ya secretario de Seguridad Pública
federal. En ese episodio atroz, EMM comparte responsabilidades con
Enrique Peña Nieto y Wilfrido Robledo Madrid por los dos homicidios,
las torturas, los abusos sexuales y las detenciones arbitrarias que las
fuerzas del orden perpetraron en contra de activistas y de ciudadanos
ajenos al conflicto. Bajo la dirección de EMM el Cisen fue involucrado
en la operación de desprestigio montada por Fox y Salinas en contra de
Andrés Manuel López Obrador, y posteriormente fue usado también contra
la insurgencia cívica emprendida por la Asamblea Permanente de Pueblos
de Oaxaca (APPO) y la otra campaña.
Calderón premió los servicios de EMM nombrándolo procurador federal.
Su desempeño al frente de la PGR destaca –cosa nada fácil, si se echa
un vistazo al expediente de muchos de sus antecesores y seguidores en
el cargo– por la ineficiencia, la deshonestidad, el entreguismo, la
sordidez y la parcialidad con que dirigió la máxima instancia de
procuración de justicia. En breve recuento, EMM fue clave para aplicar
la desastrosa Iniciativa Mérida y coautor de la
guerra contra la delincuencia; urdió el michoacanazo, que acabó en desfiguro faccioso; permitió que dependencias del gobierno estadunidense abastecieran a los narcotraficantes mexicanos con armas de alto poder (operaciones Receptor abierto y Rápido y furioso, realizadas por la oficina estadunidense de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, ATF) (http://is.gd/CBgLv1) y que lavaran millones de dólares de los cárteles de la droga (http://is.gd/iwDuXN). Por lo demás, EMM generalizó el uso de testigos protegidos (el caso más escandaloso fue el de Enrique Bayardo del Villar, antiguo subordinado suyo (http://is.gd/BhgdBy), luego reclutado por Ismael El Mayo Zambada, y finalmente asesinado en una cafetería de la colonia Del Valle.
Un
caso emblemático de la PGR bajo EMM es el de las indígenas Jacinta
Francisco Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio,
injustamente acusadas y encarceladas (más de tres años) por el
secuestrode seis policías de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI) (http://is.gd/MDJ6iP).
En menos de tres años EMM acabó peleado con un funcionario del
calderonato aún más entreguista –Genaro García Luna–, su gestión al
frente de la PGR dejó de ser útil a Washington (se volvió
ineficaz en los grandes asuntos, rezaba un reporte de la embajada gringa revelado por Wikileaks) y fue removido del cargo y enviado a la embajada mexicana en Londres.
Antes de eso, EMM pretendió impedir, mediante un recurso ante la
Suprema Corte, la despenalización del aborto en el Distrito Federal.
Ocho de los 11 ministros del máximo tribunal consideraron que su
recurso carecía de argumentos jurídicos. El fallo fue consistente con
lo que él mismo le había confesado al ex embajador estadunidense Carlos
Pascual cuando ambos comentaban sobre su sucesor en la PGR:
él es un buen abogado y yo, no; él traerá la capacidad jurídica que yo no tenía. Se refería a Arturo Chávez Chávez, quien, a su vez, y según los informes del propio Pascual le había echado “una mano a ciertas figuras de un cártel” cuando fungía como procurador de Chihuahua (http://is.gd/5n7PZh).
Producto y exponente del pacto transexenal prianista, EMM ha causado
al país daños gravísimos. Será por eso que su antiguo cómplice de
Atenco, Enrique Peña Nieto, lo quiere tener de magistrado en la Suprema
Corte de Justicia.
Twitter: @Navegaciones
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