BEIJING+20
Estados mantendrían incumplimiento de Plataforma de Acción
Reportaje -
Mujeres salieron a marchar este 8 de marzo en Nueva York previo a "Beijing+20"
La
implementación de los acuerdos emanados de la IV Conferencia Mundial
sobre la Mujer de 1995 no ha traído beneficios plenos para la población
femenina.
Al igual que hace 20 años, cuando se aprobaron la Declaración y
Plataforma de Acción de Beijing –que compromete a las naciones a
impulsar la igualdad de género–, la salud sexual y reproductiva de las
mujeres, el acceso al aborto legal y seguro, así como la distribución
equitativa de los recursos económicos y el trabajo no remunerado, son
los temas en los que los Estados se resisten a involucrarse de manera
adecuada.
Feministas que estuvieron presentes en las discusiones en 1995 en China,
y que otra vez harán escuchar su voz ante Naciones Unidas en el evento
“Beijing+20”, dijeron a Cimacnoticias que esa falta de compromiso real
por parte de los gobiernos perjudica en mayor medida a las jóvenes, las
indígenas y las mujeres en condición de pobreza o que viven en zonas
rurales.
María Consuelo Mejía Piñeros, directora de Católicas por el Derecho a
Decidir (CDD); Rafaella Schiavon Ermani, directora de Ipas-México;
Gloria Careaga Pérez, académica del Programa Universitario de Estudios
de Género (PUEG) de la UNAM, y Emilia Reyes, integrante de Equidad de
Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, coincidieron en que persisten
ideas “sexistas, machistas y misóginas” en la toma de decisiones, que
impiden alcanzar la igualdad de género.
Mejía Piñeros, quien formó parte de la delegación mexicana en la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, dijo que se debe
reconocer que en América Latina, México –junto con Colombia y Uruguay–
son los países que más han avanzado en las 12 esferas de interés
acordadas en esa cumbre.
La activista puso como ejemplo la creación de instancias especializadas
para investigar la violencia de género. No obstante, acotó, existen
severos retos pues “los derechos de las mujeres han avanzado mucho, pero
no estamos ni en el 10 por ciento de lo que deberíamos lograr; las
maravillas que Beijing ha promovido sólo han beneficiado a una élite”,
consideró.
María Consuelo Mejía explicó que las mexicanas con acceso a servicios de
salud adecuados por lo común cuentan con un alto nivel educativo, viven
en las ciudades o tienen recursos económicos.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) identificó que
el 33 por ciento de las mexicanas vive en entidades con desarrollo
humano bajo (limitado acceso a salud, educación y empleo), mientras que
ocho de cada 100 mujeres mayores de 15 años no sabían leer ni escribir.
La doctora Rafaella Schiavon apuntó que la implementación de la
Plataforma de Acción de Beijing no ha beneficiado por igual a todas las
mexicanas, por ejemplo en la ampliación de los servicios de salud.
Para la especialista en salud sexual y reproductiva, México ha tenido un
avance significativo en la generación de datos oficiales y ampliación
de servicios incluso para las mujeres que abortan. “Existe una tasa de
hospitalización alta por complicaciones por aborto, pero desde nuestra
lectura eso nos habla de un acceso mayor a los servicios de salud”,
precisó.
Schiavon resaltó que “la interrupción del embarazo sigue siendo uno de
los cuellos de botella más severos en las discusiones a nivel nacional e
internacional”, problema que se agudiza con las “barreras ideológicas”
que no permiten garantizar el acceso a métodos anticonceptivos,
especialmente para las jóvenes.
Según el Consejo Nacional de Población, la necesidad insatisfecha de
anticonceptivos se redujo apenas en 2.2 puntos porcentuales en 12 años,
pues la estimación era de 23.7 por ciento en 1987 y para 2009 bajó a
21.5 por ciento.
RESISTENCIAS CONSERVADORAS
Para Gloria Careaga, fundadora de la organización El Clóset de Sor Juana
y quien jugó un papel primordial para que la voz de las lesbianas se
incluyera en la agenda aprobada en 1995, coincidió en que lo que el
movimiento feminista logró en Beijing “ha tenido un proceso irregular de
implementación”.
“Se consideró que los años 90 fue la década de las mujeres por todos los
logros que alcanzamos, pero hubo una gran resistencia que ha impedido
que se avance de manera más clara en la protección de todos los derechos
de las mujeres”, señaló.
La académica observó que no se ha logrado “el cambio cultural tan grande
que imaginamos hace 20 años”, cuando se buscaba que las mujeres
estuvieran presentes en todas las etapas de la vida. La resistencia
“hacia esos cambios” se traduce –precisó– en índices de violencia, abuso
sexual o discriminación elevados.
Careaga agregó que se han dado contextos emergentes no atendidos
adecuadamente por el gobierno, tales como la alta tasa de embarazos
tempranos, a la que se le ha dado una respuesta basada en la reducción
de cifras, pero no enmarcada en un respeto de los Derechos Humanos (DH).
Emilia Reyes, quien estará presente en las discusiones que se realizarán
en Nueva York desde este 8 de marzo y hasta el día 20, consideró que a
partir de la Plataforma de Acción se avanzó en la realización de
diagnósticos para identificar dónde se encontraban las mayores brechas
de desigualdad entre los sexos.
No obstante, uno de los grandes retos es que no se ha podido entrar en
todos los aspectos de la economía y en especial en aquellos relacionados
a la pobreza, el comercio y la política fiscal, así como tampoco se ha
avanzado en la redistribución del trabajo doméstico y no remunerado.
Al brindar su balance, las activistas señalaron su preocupación de que
el replanteamiento de la Plataforma pueda implicar un retroceso.
Emilia Reyes explicó que previo a “Beijing+20” se han dado reuniones
extraordinarias entre los Estados, y se teme que se esté “planchando” un
proyecto de Plataforma con muy poco margen para la negociación.
Alertó que existen tres puntos de preocupación para las organizaciones
civiles: algunas naciones (sobre todo islámicas) han mostrado una
reticencia a incluir el término de igualdad de género; los intentos de
que el documento no reconozca plenamente todos los DH de las mujeres, y
que no se vincule la declaración final con la Agenda de Desarrollo Post
2015, que establecerá los objetivos de desarrollo sostenible que deberán
alcanzar los países.
CIMACFoto: Yunuhen Rangel Medina
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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